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Justicia tardía pero segura

Por Perla Chaparro

La guatemalteca Claudia Meza quisiera no recordar la difícil situación que vivió en plena navidad tras no recibir su salario completo.

Ante la falta del pago de su sueldo por parte del restaurante Popeye’s ubicado en Kenmore, ella y otros cuatro empleados iniciaron desde hace nueve meses una pelea no sólo por el medio legal sino con una campaña pública como recurso para reclamar la suma pendiente al propietario Richard L. Taylor, quien fuera Secretario de Transporte Estatal.

Pero todo quedo atrás, luego de que este jueves 1 de julio se anunció en conferencia de prensa en City Hall que los ex trabadores recibieron un total de $9,748 en salarios que se les debía desde agosto de 2009.

La reunión había sido programada por Centro Presente, organización que apoyó en la queja, para recalcar ante los medios de comunicación que el dinero todavía no había sido liquidado a los empleados, tal y como lo ordenó previamente la oficina del fiscal general.

Pero horas antes de la junta, Taylor acudió y entregó un cheque certificado con la cantidad estipulada.

«La verdad me siento muy motivada y animada, por el logro que conseguimos, no tanto por el dinero pero se hizo justicia, porque no nos pagaban lo correspondiente», dijo Meza quien vive con su hija de un año y su esposo.

Desde el principio, la disputa se torno polémica ante la exposición en los medios de Taylor, quien en el pasado había expresado su apoyo a las minorías y dijo querer contratar a éstos cuando abrió el lugar.

Ahora, Taylor enfrenta una multa de $5,000 por no haber pagado a los trabajadores su salario a tiempo.

«No sentí miedo para iniciar el proceso, pero ya con el entrenamiento en derecho laboral que nos dieron fue donde tomamos más animo», dijo Meza sobre la decisión de iniciar la lucha.

A lo que agregó, «Aprendí que aquí se hace cumplir la ley».

El abogado de Taylor, Aaron Cohen, comentó a NECN que «fue una situación desafortunada. Él estuvo tratando fuertemente de solucionarlo, y lo ha hecho. Por su larga historia de servicio a organizaciones a favor de afroamericanos y personas de color, Richard Taylor no es un mal tipo».

Patricia Montes, directora de Centro Presente, dijo que estos trabajadores estuvieron reclamando sus derechos, ya que no recibían el salario a tiempo u horas no pagadas, lo que significó una violación a su derecho laboral básico.

La directora de Centro explicó que aunque la compañía reconocía que existía una deuda a los empleados, se hacían promesas y no las cumplían.

Para Meza, el recibir por lo menos una parte del salario fue la razón por la que no dejo el trabajo cuando comenzó la sequía de pago en agosto, pero ante más largas, en enero de 2010 los empleados dejaron de laborar en el lugar.

«Por ejemplo, si a la semana ganábamos $320, nos daban sólo 100», dijo Meza quien se vio imposibilitada de enviar dinero a su familia en Guatemala.

Otro de los factores fue que pensaban les pagarían todo y especialmente por la necesidad del empleo.

La campaña realizada incluyó a los trabajadores de origen latino y afroamericano en protestas públicas con reuniones y noticias que fueron creciendo, en medios impresos y electrónicos, aunado a críticas contra Taylor por parte de grupos que trabajan en pro de los derechos de inmigrantes, y grupos afroamericanos, como Union of Minority Neighborhoods.

Luego de que inició esta cruzada, a principios de 2010 parecía que se podría resolver ya que se señaló que os trabajadores habían llegado a una acuerdo. Pero al no cumplírseles el pago, los empleados recurrieron una protesta pública el pasado 8 de marzo frente al estableci

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