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Guiando a ‘panas’ latinos a descubrir sus talentos

Por María Íñigo

Cuando en abril pasado Joel Mora, coordinador del programa de mentores TAG Panas, recibió la oferta de tomar a su cargo un grupo de muchachos rebeldes de la escuela secundaria Madison Park, las estadísticas estaban en su contra.

Sin embargo, con dedicación y confianza en el talento de estos jóvenes, Mora los ha guiado a descubrir que detrás del estereotipo que les ha sido impuesto, cada uno de ellos esconde un universo de posibilidades esperando ser explotadas.

«Yo era uno de los estudiantes más problemáticos aquí en la escuela», recuerda David M., de 18 años, quien apenas en 2008 llegó de Puerto Rico a Boston, donde formaba parte de una ganga. «Me presentaron a Joel y lo fui conociendo poco a poquito, y me enseñó a pensar diferente… desde entonces han cambiado muchas cosas».

Desde que David se incorporó al grupo de los Madison Boys de TAG Panas, sus notas escolares han mejorado de «F» a «B», y desea seguir estudiando. Actualmente es uno de los muchachos más activos del grupo: constantemente habla a otros jóvenes como él de las oportunidades que ofrece el unirse al programa, y está enfocado en lograr su sueño de ser cantante de rap.

«He aprendido a confiar en mí mismo para lograr lo que quiero», expresa David con una gran sonrisa.

En sus 25 años de existir, el programa TAG Panas – que se traduce a Talented And Gifted: Para Ayudar a Nuestros Alumnos a Sobresalir – ha ido de ayudar a 60 estudiantes al año a proveer herramientas de estudio y apoyo para más de 700 jóvenes anualmente. En 2008, TAG Panas vio graduarse de universidad a 13 de sus jóvenes, cantidad que se duplicó a 30 en 2009 y se espera que aumente a 35 para este año.

El programa de mentores trata de propiciar el crecimiento integral de sus jóvenes trabajando sus relaciones académicas, sociales y culturales.

«Tratamos de proveer elementos individualizados que a cada estudiante le ayuden a llegar a su meta», dice Lucia Mayerson-David, directora del TAG Panas.

El programa que preside Mayerson-David enfoca sus esfuerzos en proveer a cada joven lo que necesita. En el caso de Jorge G., de 16 años, quien llegó hace un año de Santo Domingo, la necesidad era aprender inglés. «Tengo un año en el país y me dijeron que para seguir en la escuela tenía que aprender inglés…antes yo no sabía ni lo que era Hi y ahora ya me doy a entender».

Además de enseñarle inglés, cuando Jorge se vio involucrado hace unos meses en un problema con la policía que le exigía hacer horas de servicio comunitario, Panas le ofreció la oportunidad de hacerlo con ellos. «Estuve haciendo trabajo en la oficina, asistiendo con las actividades del fin de semana y ayudando como tutor», dice el joven dominicano.

«En muchas ocasiones los padres mismos son foráneos aquí y no saben cómo ayudar a sus hijos… aquí les proveemos un espacio seguro donde discutir sus problemas y la oportunidad de recibir ayuda en lo académico», dice Mayerson-David agregando que «además somos capaces de simpatizar con la situación porque la hemos vivido».

Mayerson-David, expatriada de Chile que llegó a Boston hace más de 20 años, reconoce que aunque no tuvo que enfrentar la difícil problemática social que atañe a estos jóvenes a ella misma caber en esta cultura se le hizo muy difícil.

De igual manera Mora, quien llegó de Peru a la corta edad de tres años y siempre sintió la necesidad de tener a «esa persona extra [ajena a la familia] que lo guiara en el camino correcto», dice: «Es algo que yo nunca tuve cuando llegué a este país y que quiero que estos muchachos sí tengan».

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