Por Perla Chaparro
A la casa de de Aura Valverde comenzó a llegar una carta certificada con su información, pero por semanas no le dio importancia y constantemente la siguió haciendo a un lado.
«Yo decía, ‘quién me estará escribiendo tanto’. Sentía que eran importante para mí, hasta pensé que estaban interesados en comprar mi casa y decía, ‘pero si no la estoy vendiendo'», cuenta Valverde.
Pero un día, según dijo, ese sentimiento de que algo estaba mal se incrementó y decidió buscar la última carta que había arribado. Al leerla, Valverde le preguntó a su hijo, «Â¿Qué significa la palabra foreclosure?» «Mamá, dice que el banco nos va a quitar la casa», le respondió su hijo.
Hoy, la mujer originaria de Nicaragua sabe el por qué de la odisea que pasó al darse cuenta que había dejado de pagar la segunda hipoteca de su hogar. La solución no fue nada fácil, pues tuvo que realizar largas llamadas a diferentes compañías, hablar con un abogado y conseguir la cantidad que debía pagar sin falta en una nueva fecha estipulada.
Pero en las últimas semanas, Aurora entendió todo lo que le había sucedido, mediante su participación en el programa de clases «De las Deudas a los Bienes» (Moving from Debt to Assets) que trata sobre cómo cuidar el presupuesto, entender el crédito y los servicios de los bancos.
Valverde y un grupo de 24 miembros de la comunidad latina recientemente concluyeron estos cursos de educación financiera que se realizaron en español. Los graduados, de la edición número 30 de estas clases, son miembros de la parroquia Holy Family Parish en Dorchester.
La historia de María Peguero fue otro de los testimonios durante el evento de graduación. Al caminar con ayuda hacia al pódium, María portaba una máscara, símbolo de su sentir.
«Mi vida era como tener un antifaz, yo no sabía nada de finanzas. Mi esposo era el que pagaba todo. Aprendí a manejar mis finanzas, saber lo que es pagar bills y me estoy abriendo camino sola», dijo.
El programa creado en 2005 por la organización Greater Boston Interfaith Organization, (GBIO) ofrece educación financiera a personas de bajos ingresos o por debajo del límite requerido y que acuden a distintas instituciones religiosas afiliadas a GBIO.
Lesley Salado, maestra de la clase, dijo que las personas aprenden cómo hacer un presupuesto personal, el crédito y cómo establecerlo, sobre intereses, cómo escoger y pagar las tarjetas de crédito, préstamos y aprenden a reducir los gastos de utilidades, entre otros temas.
Una de las sesiones se enfoca solamente en el tema de cómo evitar el juicio hipotecario (foreclosure) para quienes ya tienen una casa o están buscando bienes raíces.
«Lo más interesante es que los estudiantes comparten sus historias y aprenden así uno del otro con sus experiencias», dijo Salado, quien mencionó que las lecciones siguen el modelo de información del programa educacional de finanzas Money Smart de la FDIC.
Elga Mercedes Paulino es una joven que enfrentó altas deudas, una de $20,000 que resultó ser sólo de $11,000 y logró negociar una rebaja, así como otras cuentas de $700 y $400. Pero pudo disminuir las cuentas tras decidirse a tomar el tiempo necesario para hablar con los acreedores y entender realmente su situación económica para negociar los descuentos.
«Ahora sé que tengo que ser más responsable, ahorrar, tener un plan de presupuesto y dinero de emergencia», dijo Paulino.
De acuerdo a los organizadores, la idea del programa resultó como medida a las crecientes situaciones donde miembros de distintas comunidades decían estar ‘ahogados’ en deudas o perdían sus casas, como