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Estudiantes hispanos apoyan a profesores despedidos en Central Falls

Por Ray Henry

Ashley Delgado completó la secundaria en una de las escuelas con peor desempeño de Rhode Island y quería ir a la universidad.

Sus padres no podían llevarla a visitar la Lesley University en Cambridge, Massachusetts. Pero su profesora de francés en la Central Falls High School, Hope Evanoff, sí lo hizo. La acompañó en tren y la ayudó a conseguir ayuda financiera. Hoy Delgado es estudiante de Lesley.

Y Evanoff es una de los 93 profesores y demás personal que serán despedidos al culminar el actual curso lectivo en un esfuerzo por mejorar el desempeño académico de la escuela, que se encuentra en una ciudad con una enorme concentración de hispanos.

«Tal vez se necesita mejorar el nivel general, pero está claro que no hace falta despedir a todos», afirmó Delgado, de 19 años, durante una vigilia llevada a cabo el pasado 9 de marzo para apoyar a Evanoff y a los demás profesores despedidos.

Los despidos masivos desataron un debate nacional en torno a una reforma educativa que hace que las escuelas respondan por su desempeño y que el presidente Barack Obama describió como algo necesario para mejorar el nivel académico. La mayoría de los afectados –estudiantes, sus padres y los profesores–, no obstante, critican los despidos y se quejan de que nadie las ha pedido su opinión.

Marisol Vega, de 39 años, defiende a los profesores a capa y espada. Vega tiene cinco hijos en este distrito escolar, incluidos tres en la secundaria. Todos han recibido honores académicos, afirmó.

«Si a todos ellos les va tan bien, debe ser que los profesores algo bueno hacen», sostuvo Vega, quien trabaja como voluntaria en la escuela secundaria, enseñándole a los chicos cómo administrar un negocio.

Los despidos fueron motivados por el desempeño tan bajo que tuvieron los estudiantes: en 2009, menos de la mitad de los alumnos completaron sus estudios en el plazo normal de cuatro años. Y en los exámenes finales, apenas el 7% de los alumnos del 11mo grado aprobaron matemáticas, el 33% aprobó redacción y el 55% lectura. En la escuela hay más de 1,000 estudiantes.

El comisionado de educación de Rhode Island señaló a la escuela como una de las seis de nivel académico más bajo del estado en enero y ordenó a sus directores que eligiesen entre cuatro planes de reforma. Al fracasar las conversaciones con el sindicato de maestros, la superintendente escolar de Central Falls Frances Gallo optó por la solución más radical: el despido de todo el personal. Según las normas vigentes, al armarse un nuevo plantel, se puede volver a emplear a la mitad, pero no más.

Los expertos calculan que todos los años se apela a esta táctica drástica en 20 o 30 escuelas del país.

Delgado, quien está estudiando gerencia de personal en la universidad, considera que el despido de los profesores es muy injusto porque los estudiantes de la ciudad son distintos a los de los subur bios.

En Central Falls hay muchos más pobres que en el resto del estado. Casi la mitad de los 19,000 residentes de esta ciudad se identifican como hispanos y la mayoría de ellos no habla inglés en su casa.

Evanoff, quien lloró durante el acto, dijo que las calificaciones han mejorado en tiempos recientes pero que no son una forma justa de medir los progresos de los estudiantes. Destacó que muchos estudiantes trabajan para ayudar a sus familias.

«En muchos casos, estos chicos son la primera persona en su familia que termina la secundaria y que puede ir a la universidad», expresó Evanoff. «Esto no sucede en los suburbios».

Evanoff opina que lo principal es darle estabilidad a la escuela, que ha tenido cinco directores en seis años.

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