Por Nicolás Torres Pardo / El Planeta
Con esta frase el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se refirió la dada de baja de alias Jorge Briceño Suárez, también conocido como ‘Mono Jojoy’, una de las cabezas más importantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. El golpe lo dio el ejército colombiano en la madrugada del miércoles y, según Santos, decenas de guerrilleros habrían muerto en el operativo.
La confirmación del hecho se dio esta mañana, después de la identificación del cadáver de ‘Jojoy’. La noticia ha sido reseñada ya por varios medios alrededor del mundo–hasta la página en Wikipedia de Briceño Suárez fue actualizada en las primeras horas del jueves.
El presidente colombiano no escatimó en halagos para los militares, e hizo incapié en que el hecho registrado es de gran importancia para la historia de Colombia.
Pocos días después de la posesión de Santos, en agosto de este año, un atentado terrorista en el norte de Bogotá revivió el miedo que, en parte, había desaparecido de la vida cotidiana de los colombianos en los años anteriores, en la primera parte del gobierno de Álvaro Uribe. Se pensaba que el ejército había bajado la guardia y que la nueva tendencia, que venía desde los años finales del segundo mandato de Uribe, sería a estancarse en el tema anti-terrorista. De hecho, algunas encuestas realizadas en las primeras semanas del gobierno de Santos mostraron la preocupación de los ciudadanos por la seguridad en las ciudades y en el país en general. El golpe a las FARC se da en un momento ideal para el nuevo presidente.
En palabras de Santos, «el Mono Jojoy simbolizaba el terror y su muerte es, incluso, más importante que la de Raúl Reyes (otro jefe de las FARC, asesinado durante el gobierno de Álvaro Uribe, en territorio ecuatoriano)».