Por ERICA WERNER
WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama se preparaba a promulgar una histórica reforma del sistema de salud que brindaría cobertura médica a casi toda la población por primera vez en la historia del país para luego salir de gira a convencer de las ventajas de la nueva ley a un público desconfiado.
Obama viajará a Iowa City, Iowa, el jueves, anunció la Casa Blanca, mientras se concentra en que el Senado apruebe un proyecto complementario de la reforma y en defender las ventajas de ésta, cuya aprobación representó un riesgo para varios legisladores de su partido. Es probable que promulgue la ley el martes, aunque estos planes no se confirmaban aún, dijo un alto funcionario del Ejecutivo que pidió no ser identificado.
A pasos de triunfar donde numerosos presidentes y legisladores fracasaron antes, los exultantes representantes demócratas lograron la noche del domingo 219 votos a favor ante 212 en contra, para que Obama pueda promulgar el proyecto que extiende la cobertura de salud a 32 millones de estadounidenses que no la tienen, reduce los déficits federales y prohíbe a las aseguradoras negar servicios a quienes están enfermos.
«Así es como se ve el cambio», dijo Obama en declaraciones televisadas que recordaron su promesa de campaña en el 2008 de traer «un cambio en el que podemos creer».
«Demostramos que este gobierno, un gobierno del pueblo y para el pueblo, aún funciona para el pueblo», añadió.
La presidencia de Obama, de poco más de un año, recibió el soplo de aire fresco que necesitaba al aprobarse el proyecto, que tendría efecto en las vidas de prácticamente todos los estadounidenses. La batalla por el futuro del sistema de seguros de salud, un sexto de la economía nacional, generó una oposición monolítica de los republicanos y de activistas conservadores que ahora esperan las elecciones legislativas de noviembre.
Un paquete adicional de cambios propuestos por los representantes demócratas, que acompaña el proyecto principal ya aprobado por el Senado, fue sancionado con 220 votos a favor y 211 en contra. Ahora pasará a la cámara alta, donde podría ser debatido desde el mismo martes. Los senadores oficialistas esperan aprobarlo sin cambios y mandárselo a Obama sin más escalas. Sin embargo, los republicanos intentan presentar objeciones reglamentarias que podrían cambiar el texto y forzar a que sea enviado de nuevo a los representantes.
El senador republicano John McCain dijo la mañana del lunes que el debate aún no se termina y que le repelía «toda esta euforia que está sucediendo».
«Fuera de la zona de Washington, el pueblo estadounidense está muy enojado», dijo McCain en el programa «Good Morning America» del canal ABC. «No les gusta y lo vamos a rechazar».
El complejo proceso de aprobación en dos etapas se hizo necesario porque los senadores demócratas perdieron una «supermayoría» que les permitía evitar maniobras dilatorias de la oposición. Cuando se les escapó una banca por Massachusetts en una elección especial en enero, muchos dijeron que la reforma no tenía esperanzas.
Sin embargo, la líder demócrata de la cámara baja Nancy Pelosi y otros dirigentes mantuvieron la presión con insistencia hasta que lograron revivir el proyecto. El paquete complementario de enmiendas será votado en el Senado bajo reglas especiales que permiten sortear maniobras dilatorias de la minoría.
«Nos uniremos a aquéllos que crearon la Seguridad Social, Medicare, y ahora, esta noche, un sistema de salud para todos los estadounidenses», dijo feliz Pelosi, quien condujo la campaña oficialista junto a Obama y al líder del Senado Harry Reid.
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