Por Martín Morales
El pasado fin de semana terminó la 43 ava edición de la Copa América. El torneo más antiguo de fútbol del continente americano, realizado en esta ocasión en Argentina, tuvo como ganador al aguerrido equipo uruguayo, que de manera convincente se impuso 3-0 frente a la escuadra paraguaya en el Estadio Monumental de Buenos Aires.
Un justo ganador que empezando de menos a más, logró afianzar sus filas y convertirse en el más regular de toda la copa. El equipo charrúa, con el excelente guardameta Fernando Muslera, una defensa dura y dinámica y una delantera letal comandada por sus estrellas Diego Forlán y Luis Suárez (elegido el mejor jugador del campeonato) se hizo acreedor al prestigioso trofeo por 15ava vez en la historia de esta nación.
Paraguay llegó a la final sin mostrar un gran juego. Increíblemente, el cuadro guaraní había llegado a esta final sin obtener victoria alguna. No había perdido ni ganado ningún partido, avanzando hasta la final gracias a empates, afortunadas definiciones por penales frente a Brasil y Venezuela, y a la buena actuación de su arquero Justo Villar quien fue considerado el mejor guardameta del campeonato.
FRACASARON
Lo que sí llamó la atención fue el bajo nivel mostrado por selecciones consideradas favoritas. Argentina, el equipo anfitrión, comandado por el mejor jugador de fútbol de la actualidad, Lionel Messi, apenas alcanzó jugar los cuartos de final para ser eliminados por Uruguay.
Brasil también fue otro de los grandes que nunca logró encontrar su ritmo, se mostró confundido, sin brújula y poco efectivo a la hora de anotar. Sus atacantes Robinho, Pato y en especial Neymar, la sensación de 19 años, tuvieron una opaca actuación.
Colombia estaba supuesto a ser otro de los protagonistas pero, su poderío en el ataque, timoneado por «El Tigre» Radamel Falcao, no pudo traducirse en goles cayendo en cuartos de final 0-2 frente a Perú.
IMPRESIONES POSITIVAS
Pero así como hubo actuaciones que desilusionaron, también otras causaron gratas sorpresas. El seleccionado de Perú logró llevarse la medalla de bronce del campeonato tras vencer por 4-1 al cuadro venezolano en el partido por el tercer lugar. El cuadro inca, de la mano del estratega Sergio «El Mago» Markarían, que venía con un equipo reducido debido a lesiones de último minuto, fue una grata sorpresa mostrando un juego ordenado en todas sus líneas y letal a la hora del contragolpe.
La Vinotinto ha dejado de ser el patito feo del fútbol de Sudamérica para convertirse en un rival de sumo respeto
La escuadra venezolana siguió demostrando su gran superación dejando de ser el patito feo de Sudamérica para convertirse en un rival de sumo respeto.
La vinotinto, bajo la batuta del estratega Cesar Farias, ha demostrado que un trabajo serio y a largo plazo termina rindiendo sus frutos. Dentro de sus grandes actuaciones destacan un importante triunfo frente al buen seleccionado chileno en cuartos de final y el ser eliminado a duras penas en la semifinal por Paraguay en penales.