Por Eduardo A. de Oliveira
Ocho días antes de la elección especial para elegir al nuevo Senador de Estados Unidos por Massachusetts, los candidatos Martha Coakley, demócrata, y Scott Brown, republicano, se enfrentaron en un debate donde discutieron temas de salud, impuestos y economía, entre otros.
El debate, organizado por el Instituto Edward Kennedy en la Universidad de Massachusetts en Boston, pareció acentuar las marcadas diferencias entre Brown y Coakley.
Para los votantes norteamericanos, un ejemplo que reflejó tales diferencias fue en el campo del seguro de salud.
Mientras que Brown dijo que de ser elegido sería el Senador número 41 que se opondría al proyecto de ley de la actual Reforma de Salud que pasó el Congreso, Coakley explicó que se sentiría orgullosa de «otorgar el voto número 60 para asegurar que la Reforma de Salud actual sea aprobada».
El tercer candidato, Joseph Kennedy (independiente, y sin relación alguna al fallecido senador Edward Kennedy), destacó varias veces que ya es hora de cortar el gasto en el gobierno federal.
Pero las familias inmigrantes – especialmente para aquellos que son indocumentados y no pueden votar – claramente sintieron la ausencia del tema de la reforma migratoria, ya que el encuentro fue una oportunidad perdida para que los candidatos presentaran sus opiniones sobre el importante tema.
En esta campaña, la inmigración no ha alcanzado estatus de factor importante y decisivo, pero ganó un poco de tracción cuando Brown propuso una legislación el 6 de enero pasado para obligar al Fiscal General de Massachusetts – en este caso su oponente, Coakley – a que revisara el estatus migratorio de todos los trabajadores que deciden demandar a sus empleadores por no seguir las leyes estatales de trabajo.
La propuesta, caracterizada como una simple maniobra política para avergonzar a la candidata demócrata al Senado, originó criticas fuertes entre varias agencias no gubernamentales que abogan en pro de los derechos laborales. La elección especial es el martes 19 de enero.