Por Miriam Valverde
«Somos personas, somos trabajadores, somos el cambio», leía uno de los rótulos alzado orgullosamente en la marcha del primero de mayo en el área de Boston, dirigida por inmigrantes y trabajadores demandando reforma migratoria y trato justo.
El Día Internacional del Trabajador es celebrado anualmente alrededor del mundo el primero de mayo; este año más de 3,000 personas salieron a las calles de Everett, Chelsea y East Boston para conmemorar el día y presentar demandas al gobierno.
«Estoy cansada de ver que los inmigrantes no reciban nada en este país, aún cuando trabajan muy fuerte», dijo Louise Hogan, originaria de Massachusetts, quien marchó en solidaridad con inmigrantes. «Nosotros somos un país de inmigrantes», dijo.
Roberto Rosas Ramos, originario de El Salvador, marchó junto al sindicato de trabajadores local SEIU 615. «Estamos luchando por los que no tienen sus documentos, estamos acá para darle un mensaje a Obama, para que extienda una reforma migratoria», dijo Rosas Ramos.
La marcha inició en Everett, se dirigió a Chelsea y culminó en East Boston, en un recorrido total de alrededor de cuatro millas. Alzaron sus voces gritando: «Obama escucha, latinos en la lucha», «Sí se puede», «No somos unos, no somos dos, somos millones, cuéntenos bien», entre otras palabras de aliento y frustración.
Massachusetts fue uno de los estados que participó en el movimiento. En total, se estima que marcharon cerca de medio millón de personas en Nueva York, Washington, Chicago y otras ciudades con gran población de inmigrantes en la nación.
Al ver la energía de la gran cantidad de personas marchando con rótulos y usando megáfonos para expresar su molestia con la administración, algunos vehículos que pasaban cerca pitaron y saludaron a los protestantes en forma de apoyo.
Rosas Ramos agregó que participó en la marcha para solidarizarse con personas que llevan mucho tiempo separadas de sus familiares.
Según el salvadoreño, debido a la falta de documentación legal, hay mucha gente que lleva varios años trabajando en Estados Unidos pero no han podido regresar a sus países de origen a visitar a sus familias.
Maria Barrientos, originaria de El Salvador, expresó que «si no se unen las personas, el gobierno no escucha». Ella considera importante marchar junto a miles de personas para que el gobierno vea que hay muchas personas interesadas en una reforma migratoria.
De la misma manera piensa Oscar Reyes, quien nació en Guatemala pero ha vivido en Estados Unidos por más de 18 años. Él dijo que ha participado en marchas similares anualmente para apoyar a los trabajadores. Reyes señaló que al parar las redadas y deportaciones se hará «justicia a todos los que llevamos años colaborando».
José Lopreto, originario de Guatemala y parte del Comité de Inmigrantes Latinos de Chelsea, dijo que es necesario que el presidente Obama tome en cuenta la diversidad de las personas marchando – personas en silla de ruedas, niños, adultos e inmigrantes de múltiples nacionalidades. «Es un sacrificio, con este sol, hay muchas madres cargando sus niños», dijo.
Una de las organizaciones que marchó fue el Movimiento Inmigrante Estudiantil (SIM, por sus siglas en inglés). Representantes de SIM marcharon con sus gorros de graduación, rótulos y pancartas expresando su frustración y deseo por una reforma migratoria que les facilite estudiar.
«Vengo a apoyar a toda mi gente, están siendo humillados, acompaño a estudiantes porque son el futuro, no son criminales», dijo Mitzila Pineda, originaria de Guatemala quien marchó junto a SIM.
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