El Boston Globe reporta que un neoyorquino retirado de 63 años, no encontró nada mejor que hacer con su tiempo libre que pelear para que le revoquen una multa por estacionarse junto a un hidrante. La multa impuesta en 2006 costaba solo $115, pero el hombre invirtió 2 años de su vida y $7,500 en abogados para que lo ayuden a «pelear» el ticket. En febrero 2009 se decidirá en corte el ganador de la disputa.