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El 17 de noviembre un juez estatal suspendió nuevamente las pruebas de control de aliento que determinan los niveles de alcohol en conductores tras considerar múltiples denuncias sobre fallas de empleo y calibración de los dispositivos, que habrían alterado su fiabilidad.

El juez Robert Brennan ordenó excluir los resultados como parte de las evidencias en todos los casos de conductores acusados ​​de manejar bajo la influencia del alcohol.

Esto significa que si una persona tiene programada pronto una cita ante la Corte por un cargo de OUI (Operating While Under The Influence) y la única evidencia en su contra es el resultado de una prueba de alcohol, es probable que el caso no avance.

Joseph Bernard, un abogado que ha dedicado a defender a los conductores y cuestionar la confiabilidad de las pruebas, declaró hace unos años que la OAT (Office of Alcohol Testing) retuvo cientos de documentos que demostraban fallas en los dispositivos Draeger 9510.

Incluso una investigación de la Oficina Ejecutiva de Seguridad Pública del estado encontró que la OAT intencionalmente ocultó evidencia exculpatoria. Tras eso, hace unos 4 años, la OAT se sometió a importantes reformas y como resultado un alto funcionario fue despedido.

Varios fiscales de distrito del estado eliminaron pruebas de nivel de alcohol en casos que se remontan al 2011. Años más tarde, en 2017, el juez Brennan indicó que si bien las pruebas eran precisas, la forma en que el estado aseguraba su mantenimiento y calibración no lo eran.

Desde entonces, la mayoría de los fiscales de distrito han dejado de usar estas pruebas en la Corte, informó WBUR en junio. «Como fiscales, debemos tener confianza en la integridad de las pruebas que presentamos en la corte», dijo la fiscal de distrito del condado de Suffolk, Rachel Rollins,

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