Martha Bebinger/ WBUR
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Está claro que algunas condiciones de salud aumentan el riesgo de un caso grave de COVID-19. Entonces, en sus planes de vacunación, Massachusetts y varios otros estados están dando prioridad a los residentes con cáncer, enfermedades cardíacas, obesidad y otros problemas médicos.
Pero los criterios pueden resultar confusos. Y la lista de afecciones para las que los Centros para el Control de Enfermedades dicen que hay evidencia confirmada de un mayor peligro (diabetes tipo 2, por ejemplo) no coincide con lo que algunos médicos aseguran que es de sentido común: la diabetes tipo 1 no está incluida.
Ahora, a medida que Massachusetts pone las vacunas a disposición de los residentes con dos o más afecciones de riesgo para COVID-19, muchos residentes están tratando de averiguar si califican.
Tomemos a Suzy Dolan, una residente de Cambridge diagnosticada con diabetes tipo 1. Dolan dice que el consejo de sus médicos ha sido claro desde el comienzo de la pandemia.
«‘Si contrae COVID, estará grave’, es básicamente lo que dijeron», explica.
Dolan también tiene una segunda afección de alto riesgo: asma. En una cita la semana pasada, preguntó a los médicos que la ayudaron a controlar su diabetes si debería vacunarse. Hablaron sobre un formulario estatal que firmarán los pacientes con al menos dos condiciones, como una forma de jurar que sí corresponden a la población elegible.
«Me dijeron que pusiera diabetes y que no especificara de qué tipo, porque mis médicos me decían: ‘Tienes diabetes. Si no debes especificar qué tipo, directamente ya eres elegible», comenta.
Pero Dolan indica que no mentirá diciendo que tiene diabetes tipo 2 para recibir la vacuna. Esta decisión se deja al paciente. Los sitios de vacunas no solicitan registros médicos o una nota del médico para demostrar que alguien tiene una enfermedad cardíaca o renal.
Y los criterios de elegibilidad dentro de estas enfermedades no siempre están claros. Con respecto al asma de Dolan. Ella dice que los médicos le han dicho que es un caso «moderado». La lista del estado, adoptada de los CDC, optó por incluir también el asma «moderada a grave». Pero, ¿qué es moderado?
«Creo que cuando se entra en la categoría moderada de asma, se vuelve un poco más ambiguo, tanto para los pacientes como para los proveedores de atención médica», comenta el Dr. Sean Levy, neumólogo del Beth Israel Deaconess Medical Center.
Él considera que «fumar», otro factor de riesgo elegible, también está abierto a interpretación. La lista de los CDC incluye tanto a fumadores actuales como a exfumadores. Levy dice que las personas que fuman ahora están definitivamente en riesgo, pero las que dejaron de fumar son un grupo diverso.
«Estoy pensando, por ejemplo, en una persona de 55 años que fumó durante un año en la universidad», explica. «¿Esa persona debería correr el mismo riesgo que alguien que tiene 55 años y dejó de fumar el año pasado después de haber fumado dos paquetes al día durante los últimos 20 años?»
Probablemente no, señala Levy, pero evaluar el riesgo individual es difícil porque el COVID es una enfermedad totalmente nueva. Eso es cierto para los pacientes con otra afección médica calificada: cáncer.
«Ciertamente, tener un cáncer activo pone a los pacientes en mayor riesgo», indica el Dr. Andrew Wagner, director médico asociado del Instituto de Cáncer Dana Farber. «Pero los pacientes que están en remisión; en algún momento tuvieron cáncer activo, y lo que no sabemos es, ¿dónde disminuye ese riesgo?»
Entonces, nuevamente, los pacientes decidirán, quizás en consulta con su médico. Wagner comenta que Dana Farber dará prioridad a los pacientes que se someten a quimioterapia y otros tratamientos que comprometen su sistema inmunológico. Las personas con VIH, que también pueden tener un sistema inmunológico debilitado, están en esa lista de condiciones que, según los CDC, podrían hacer que el COVID sea más peligroso, pero para las cuales aún no hay suficiente investigación. La presión arterial alta, la enfermedad hepática y la fibrosis quística (FQ) también están en esa lista. Los médicos y los grupos de defensa de los pacientes dicen que no tiene sentido dejar algunas de estas afecciones fuera de la lista de elegibilidad para vacunas.
«Si tiene fibrosis quística y sus pulmones se están llenando literalmente de líquido», señala Colin Killick, director ejecutivo de Disability Policy Consortium, «por supuesto, una enfermedad que afecta su sistema respiratorio lo pondrá en mayor riesgo».
Killick indica que muchos estados están vacunando a personas en esa lista del «tal vez», incluidos los pacientes con FQ.
«Massachusetts tiene un enfoque mucho más restrictivo para las comorbilidades que la mayoría de los otros estados», dice.
Killick comenta que la administración Baker ha acordado considerar algunas otras condiciones para agregar a su lista actual.
«Desde el comienzo de este proceso, dijimos que si tuviéramos un suministro ilimitado, querríamos vacunar a todos de inmediato», explica el Dr. Paul Biddinger, presidente del grupo asesor de vacunas del estado. «Las discusiones realmente difíciles se derivan del hecho de que la oferta es limitada».
El gobernador Charlie Baker dijo que tomará al menos un mes vacunar a todos los que conforman al grupo de personas elegible desde el jueves 18 de febrero, según el plan estatal actual. Pero algunos proveedores ya han ampliado sus criterios para calificar a las vacunas.
«Creo que estamos tratando de no ser demasiado analíticos», dice Cheryl Bartlett. Dirige el Greater New Bedford Community Health Center. Agrega que la diabetes tipo 1, la hipertensión y algunas de las otras condiciones de riesgo posibles sí cuentan ahora para sus pacientes que desean vacunarse.
«Esta categorización estricta», señala, «realmente ha limitado nuestro progreso en la salud pública, y yo prefiero más bien que siga avanzando».
Bartlett indica que aproximadamente la mitad de sus pacientes tienen dos o más enfermedades crónicas.
La Dra. Cassandra Pierre, epidemióloga interina del hospital del Boston Medical Center, comenta que el acercamiento hacia los pacientes de color será especialmente importante en esta fase del lanzamiento de la vacuna, porque tienen altas tasas de asma, diabetes tipo 2, anemia de células falciformes y algunos de los otros factores de riesgo para COVID.
BMC ya ha priorizado las vacunas para pacientes de 75 años o más en Dorchester, Roxbury, Mattapan y East Boston, donde las altas tasas de infección por coronavirus se superponen con la pobreza, las viviendas abarrotadas y otros riesgos para la salud.
«Este es un grupo más grande de personas a las que hay que llegar», dice Pierre, «por lo que debemos asegurarnos de que nuestros recursos se utilicen de forma inteligente».
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