La Administración Trump dio otro paso significativo en su plan para cerrar el Departamento de Educación de Estados Unidos, una reestructuración federal que está redistribuyendo algunos de los programas educativos más importantes hacia otras agencias del gobierno. El anuncio del martes implica trasladar oficinas clave —incluyendo programas que manejan fondos para escuelas de bajos ingresos, capacitación docente y becas de preparación universitaria— a departamentos como Trabajo, Salud y Servicios Humanos, Interior y Estado.
Estos cambios forman parte de una estrategia más amplia iniciada en marzo, cuando el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva instruyendo el cierre de la agencia y el traslado de sus funciones. Desde entonces, el gobierno federal ha reducido drásticamente la plantilla del Departamento y ha comenzado a convertir varios programas en “block grants”, dinero que sería administrado directamente por cada estado sin supervisión federal.
Expertos señalan que, aunque el cierre formal del Departamento requiere acción del Congreso —algo que aún no se ha logrado por la falta de apoyo bipartidista—, la administración está avanzando mediante transferencias, recortes y el cierre de oficinas.
“Si bien no fue inesperado, el anuncio del martes es decepcionante y desvaloriza el papel fundamental que desempeña la educación en la construcción de un futuro sólido para nuestro país", dijo el comisionado de Educación Primaria y Secundaria, Pedro Martínez.
En Massachusetts, líderes educativos advierten que estos cambios podrían afectar la protección de derechos civiles, los fondos para estudiantes vulnerables y el acceso a la educación superior asequible.
"Nuestros estudiantes y educadores necesitan una agencia federal de educación que los respalde, y me preocupan seriamente la manera en que se gestionarán las futuras subvenciones y apoyos federales", agregó Martínez.
Qué significa esto para el país y para Massachusetts
- Los fondos federales para estudiantes de bajos ingresos (como Title I) serán administrados por otros departamentos o convertidos en subvenciones estatales, sin las garantías previas.
- Miles de trabajadores federales han sido despedidos, incluyendo personal de oficinas regionales como la de Derechos Civiles en Boston.
- La supervisión nacional sobre equidad educativa, educación especial y préstamos estudiantiles está siendo reducida o eliminada.
- Massachusetts afirma que seguirá protegiendo el acceso a la educación pública, desde la primera infancia hasta la universidad, a pesar de la reducción del apoyo federal.
"En los últimos meses, el presidente Trump ha retenido de manera imprudente fondos federales para la educación, despedido a trabajadores federales del sector educativo y cerrado oficinas clave, como la Oficina de Derechos Civiles en Boston. Este último paso debilita la capacidad del Departamento de Educación para actuar con rapidez cuando los derechos y el futuro de los estudiantes están en juego. Continuaremos luchando para que cada estudiante tenga acceso a una educación pública de alta calidad y a oportunidades equitativas de educación superior asequible", concluyó el secretario de Educación, Dr. Patrick Tutwiler.