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No hay cama para tanta gente y las que hay están muy caras

A pesar de tener ingresos corrientes, Oscar Guana, no ha podido conseguir una vivienda digna por los altos costos que suman los diferentes adelantos que hay que pagar, a la hora de alquilar. Foto: Jenny Gonzalez.

Zozobra es la palabra que define la vida de Patricia Ospina en los últimos cuatro meses, después de la solicitud de devolver el inmueble en donde ella y otros tres roommate, vivieron por cinco años.  

Con toda su vida empacada en cajas, le urge conseguir un nuevo espacio. “No es que no me quiera ir, es que no consigo”, dijo esta ciudadana estadounidense, de origen colombiano.

Cuartos como el que habitaba, pero más costosos, o del mismo valor sin luz y muy pequeños, o apartamentos tipo loft, tres veces más de lo que paga actualmente, es lo que ha encontrado. “No puedo solo trabajar para pagar la renta”, afirmó la mujer de 57 años, empleada en el servicio de aseo de un hospital.

Un análisis de la inmobiliaria Redfin sitúa a Boston entre las ciudades con mayor brecha entre ingresos y costos de vivienda en Estados Unidos, superada por Nueva York y Miami. “Se necesita un ingreso anual de $113,400 para cubrir el alquiler promedio de $2,835 al mes, mientras que el ingreso medio de los inquilinos es de $69,493, creando una brecha del 38.7%”.

Tras 15 años defendiendo los derechos de las comunidades a una vivienda digna, Andrés Del Castillo, director interino de Vida Urbana, asegura que el problema es más grave comparado con otros años.

“El inmigrante aún recién llegado, indocumentado, podía acceder a vivienda digna, sin cucarachas, sin ratones, sin problemas de moho, ni huecos en las paredes. Hoy en día para tener una vivienda asequible es con un dueño que le va a ofrecer situaciones deplorables”, explicó Del Castillo.

Según el portal apartamentos.com a partir de septiembre de 2025, el alquiler promedio en Boston es de $3,511 mensuales, un 114% más alto que el precio promedio de alquiler nacional. “Lo que convierte a Boston en una de las ciudades más caras de los EE. UU, cuando alquilas un apartamento”.

La situación empeora aún más cuando los propietarios exigen depósito, primer y último mes. “Eso hace la situación mucho más imposible para la comunidad, no sólo poder encontrar apartamento, sino tener la plata ahorrada para poder mudarse, es un obstáculo”, aseguró Oscar Guana, un colombiano investigador de Indiana University, quien vive desde el 2019 en Boston.

En un artículo publicado a comienzo de este año, Demetrios Salpoglou, el CEO de Boston Pads, empresa que controla el alquiler en toda Nueva Inglaterra, explicó que las unidades de vivienda nueva han disminuido de forma constante durante los últimos cuatro años, repercutiendo directamente en el aumento de los costos de alquiler. 

En su escrito, aseguró que la escasez de oferta de alquiler no desaparecerá en 2025 y es probable que los precios sigan subiendo ligeramente, con un aumento entre un 2% y un 4% este año.

Salpoglou aseguró, además, que esta escasez se contrapone al crecimiento poblacional, viene con un mayor poder adquisitivo. “La ciudad sigue generando empleos bien remunerados en los sectores médico y tecnológico, lo que atrae talento de todo el mundo. Estos nuevos residentes han generado y continuarán generando una demanda adicional de vivienda de alta calidad”.

La pregunta, cuál es la clase de residentes que quiere tener Boston y, cuál es el tipo de vivienda que se necesita construir. Del Castillo, de Vida Urbana, ha visto cómo en los últimos seis años varias partes de East Boston, una zona tradicionalmente de clase migrante, se han renovado, pero asegura que quizás sólo un 1% es de vivienda asequible. 

“Queremos solucionar el problema de vivienda, no solo porque es muy cara, sino por una razón moral: Hay comunidades que merecen y deben poder vivir en esta ciudad. Lo primero es preservar esas comunidades”, dijo.

Agregó que ha visto aumento de alquileres hasta de 1.000 dólares, en vivienda en donde los dueños no invierten en sus arreglos básicos y dada la situación migratoria actual, los inquilinos se ven atemorizados a hacer valer sus derechos.

Esta organización ha luchado por años por el control de la renta. “Los pequeños dueños voluntariamente tienen rentas accesibles y prefieren familias, porque ellos viven en el barrio, quieren sentirse en comunidad. Debe haber una postura estructural que trate de preservar eso”.

Resaltó, cómo los logros de las comunidades para mejorar la calidad de vida, se revierte hoy en su contra. “Hemos visto a generaciones luchar por el parque, las escuelas, el acceso a transporte y actualmente esos mismos argumentos se usan para subir la renta”.

Este líder social explicó, además, que los estudiantes son para muchos inversionistas en Boston, el inquilino preferido. “Con la entrada de los desarrolladores ha cambiado la idea de cómo puede ser el barrio, cómo hacerlo atractivo para los estudiantes”, expresó. 

“Cuando el residente de Boston se va, la pregunta es ¿para dónde? Si nuestra comunidad no puede estar aquí se mudan a Lynn o Revere y entonces, suben los precios allá, e impulsan a los que están allá a tenerse que ir, es como lanzar una piedra al agua”, puntualizó Del Castillo.

Para facilitar la adquisición de vivienda, la gobernación de Massachusetts determinó que a partir del primero de agosto el broker’s fees debe ser pagado por la persona que contrató al broker o vendedor, y no por el inquilino.

*Si estás enfrentando un desalojo o aumento de renta, comunícate con Vida Urbana.  617-524-3541

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