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A un mes de conmemorarse el primer año de la trágica muerte del recluta puertorriqueño, Enrique Delgado García, en Massachusetts State Police Academy (Escuela de formación de policías), la madre, el padrastro, la hermana y el primo de Delgado García desde casa, compartieron con El Planeta y MassLive sobre su vida, sus sueños y lo que lo motivó a su hijo a convertirse en policía estatal.
Los familiares del joven fallecido hablaron por primera vez, del infierno que vivieron el 12 y 13 de septiembre de 2024, cuando una llamada de un miembro de la Policía Estatal de Massachusetts, le dijo a Sandra García que su hijo había sufrido un accidente y se encontraba en la unidad de traumatología del UMass Memorial Medical Center de Worcester. Al llegar vio a dos agentes en la enfermería, uno de los cuales le puso la mano en el hombro y le dijo que algo había pasado y que habían traído a Delgado García al hospital por previsión. “Me dijo que no me preocupara, que no era nada grave. Que estaba entrenando y se desmayó y, por precaución, lo trajeron aquí”. En el fondo, su instinto de madre le decía que algo andaba mal con su hijo.
Cinthia Ramírez, la hermana mayor de Delgado García, llegó poco después que su madre. Preguntó a uno de los policías estatales sobre el estado de su hermano. “Me dijo que está estable”, sostuvo Ramírez. “Y era mentira”.
Recuerda que el cuarto en la sala de emergencia de aquel fatídico 12 de septiembre, donde fue trasladado Enrique, estaba lleno de doctores, enfermeros, asistentes médicos y afuera permanecían un grupo de policías estatales. “Mi hermano estaba entubado, había tanta gente que no cabían en el cuarto, la doctora cuando me vio me dijo que él no iba a sobrevivir. Cuando le dije eso a mi mamá ella se cayó al piso, y después nos enteramos que Enrique tenía sangrado en todo el cerebro”, expresó al comentar que le hicieron dos pruebas de pupila para evaluar la función neurológica de Enrique y conocer el estado del cerebro pero a ninguna de las dos respondió. Según el neurólogo Fernando Ramírez, las pruebas de pupila ayudan a los médicos a detectar posibles daños en el cerebro después de un golpe. “Si las pupilas no reaccionan normalmente, puede ser señal de algo serio, como hinchazón o hemorragia interna”, aseguró el médico.
A las 4 de la tarde, los médicos dijeron que si su condición no mejoraba en 24 horas, lo iban a desconectar del soporte vital. García visitó a su hijo horas antes de su muerte. Se arrojó sobre él, lo abrazó y le pidió que despertara. Nunca lo hizo, pero ella vio una lágrima rodar por su ojo.
Su hermana Cinthia Ramírez García, de 33 años, comentó que cuando el doctor vio las imágenes del cerebro de Enrique, pensaba que había tenido un accidente de carro a más de 100 millas por hora, porque el golpe que recibió en la cabeza fue muy fuerte. “Cuando le dijimos que el golpe fue en un entrenamiento y no en un accidente de tránsito, el doctor se sorprendió”.
Un retrato pintado de Delgado García cuelga en la sala de estar de la familia. Su rostro sonríe ampliamente en la pintura, como se ve en muchas de sus fotos.

Un par de zapatos deportivos que usó mientras corría durante la preparatoria está en un estante cercano. Su gorra de policía estatal está cerca de la mesa del comedor. Hay una pequeña mesa dedicada a Delgado García en lo alto de las escaleras de la casa de su familia. Una bandera estadounidense sobre un lienzo enmarcado lleva el nombre “Soldado Enrique Delgado García” en letras negras y doradas. Sobre la mesa hay medallas y trofeos de su infancia.


La imagen a la izquierda muestra una bandera estadounidense con una “Thin Blue Line”, sobre un lienzo enmarcado que lleva el nombre del soldado Enrique Delgado García, en letras negras y doradas. La “Delgada Línea Azul” representa el papel de la Policía como barrera entre el orden y el caos, protegiendo a la comunidad de la delincuencia. La imagen a la derecha muestra un par de zapatos deportivos que Enrique Delgado García usó mientras corría en la escuela secundaria, son uno de los recuerdos más preciado que tiene su madre, luego que el profesor de Atletismo se los entregó el día del funeral porque Enrique se los había regalado como parte de sus memorias estudiantiles. Fotos: Gustavo Atencio Flores, MassLive.
Enrique medía 6 pies con 4 pulgadas y tenía dos pasiones en su vida, la primera era convertirse en jugador de básquet de la NBA. Su segunda pasión era vestir con honor el uniforme de la Policía Estatal de Massachusetts para proteger con valor y servir con orgullo.
A sólo tres semanas de acabar el entrenamiento en Massachusetts State Police Academy en New Braintree, Enrique Alexander Delgado García, de 25 años, falleció trágicamente el 13 de septiembre de 2024, a consecuencia de una práctica de tácticas defensivas, una rutina de boxeo, que lo dejó con daño cerebral, fracturas en el cuello y pérdida de piezas dentales.
"Le dije que dejara [la academia], y él me dijo que no"
Un año atrás había aprobado con el 90% el examen de ingreso “Massachusetts Police Officer Civil Service Exam”, conocido como el State Trooper Exam, requisito indispensable para poder acceder a la academia de policía. “Cuando Enrique me dijo que quería ser policía le dije que no me gustaba... la verdad nunca estuve de acuerdo”, expresó entre llanto y sollozos, la señora Sandra García, mamá de Enrique Delgado.
Delgado García fue juramentado como trooper en sus últimas horas de vida, antes de su fallecimiento, siendo declarado oficialmente parte de la 90 promoción del Massachusetts State Police Recruit Troop.

En la sala de emergencia junto a sus familiares y compañeros, Enrique recibió en una ceremonia, que se realizó en inglés y español, la placa de trooper. Dos horas después fue desconectado de los equipos que lo mantenían con vida, porque el diagnóstico médico fue irreversible, Enrique tenía muerte cerebral. La graduación de Enrique como policía estaba programada para el 9 de octubre de 2024 y fue el cadete, que su grupo había escogido mucho antes que ocurriera el accidente, para dar el discurso de graduación.
García dijo que recibió una invitación de la gobernadora Maura Healey para asistir a la ceremonia de graduación el 9 de octubre de 2024 en el Centro DCU de Worcester. En lugar de asistir a la ceremonia, ella y su familia visitaron a su hijo en el cementerio.
Delgado García ingresó a Massachusetts State Police Academy, el 9 de abril de 2024. El entrenamiento para convertirse en trooper tiene una duración de 25 semanas, aproximadamente 6 meses, tiempo en el que los reclutas viven en la academia de lunes a viernes, con un horario diario que comienza a las 5:30 de la mañana con entrenamiento físico, seguido de clases académicas hasta las 8:00 de la noche. Luego tienen un tiempo de estudio o personal, y las luces deben estar apagadas a las 9:30 de la noche. Los aspirantes a policías pueden regresar a casa los fines de semana si así lo desean.
Durante las semanas de formación, se imparten más de 90 cursos, que incluyen áreas como derecho penal y de tránsito, identificación de evidencia y procedimientos de patrulla, tácticas defensivas, ética, diversidad y comunidad, uso de armas de fuego, primeros auxilios, procedimientos judiciales y ejercicios prácticos en escenarios reales.
La mayoría de los reclutas pasan un periodo de 3 meses de entrenamiento en el campo acompañados de un trooper experimentado.
Cuando Enrique regresó a su casa, luego de la primera semana de entrenamiento, según sus familiares había perdido mucho peso, les contó que sólo le daban 5 minutos para comer con la mano extendida y parados, y que el ejercicio físico era extremo. “Enrique lloró mucho, yo le dije Enrique deja eso, él me decía que no, que él podría y que iba a llegar hasta el final”, recordó su madre. “Yo en verdad nunca le tuve miedo a la Academia, mi miedo siempre fue cuando saliera como policía en la calle. Mi miedo era que un delincuente me lo mate”, manifestó. Su hermana Cinthia también le dijo que se fuera de la Academia, pero él les dijo que llegaría hasta el final y que sería un policía.
Datos de la Policía Estatal obtenidos mediante una solicitud de registros públicos muestran que 24 de los 285 reclutas en la clase de Delgado-García reportaron lesiones durante la academia. Nueve de esos reclutas eventualmente abandonaron el programa. Las lesiones incluyeron rodillas lastimadas, un dedo meñique roto y esguinces de tobillo, entre otras.
En total, el 35 % de los reclutas abandonaron la clase de Delgado-García — la 90ª promoción de entrenamiento — es decir, 99 de 285.
La marca que Enrique Delgado García aspiraba a dejar
Enrique nació en Río Piedras, Puerto Rico el 2 de enero de 1999 y fue el segundo hijo de Sandra García, de nacionalidad dominicana. “Enrique fue un hijo muy deseado lo esperé durante 7 años, yo ya tenía una niña, cuando él nació fue un día hermoso, fue algo muy lindo, era mi bebé”, dijo su madre.
De niño, se mudó con su mamá y su hermana desde República Dominicana a Worcester, Massachusetts, donde vivían sus tías. “Siempre fue dueño de un corazón bueno, excelente estudiante, quería ayudar, fue voluntario. Recuerdo que en la época de la pandemia recogía comida y la repartía en las neveras que se instalaron para la comunidad”, recordó su madre. Sobre su infancia dijo su madre que “era muy travieso, juguetón, pero a la vez muy introvertido, porque siempre fue más grande que la edad que tenía, siempre fue un niño muy inteligente, yo lo cuidaba mucho, es duro porque yo siempre estuve con él hasta el día de su partida y lo acompañé hasta la meta que quería llegar, esto ha sido muy duro para mí”.
Delgado García estudió en la escuela primaria Elm Park Elementary School. Se graduó en la escuela intermedia Forest Grove Middle School. En el 2017, terminó con honores la escuela North High School, donde destacó no solo académicamente, sino también en el atletismo y baloncesto, ganando medallas en ambas divisiones deportivas. “El andaba sólo con los libros, le gustaba estudiar mucho y hacía bastante deporte”, comentó orgullosa su mamá. Enrique en la secundaria tomó cuatro materias AP, que son créditos universitarios.

Hablaba perfecto español, aunque tenía acento. Su música favorita era el pop en inglés, no sabía bailar; hacía ejercicios por la mañana y por la noche, luego de estudiar o trabajar.
Aunque el padre de Enrique es Neftalí Delgado, la imagen paterna en el hogar fue desde los 7 años la de su padrastro José Ramón Pérez, quien estuvo en el día a día, con quien jugaba al baloncesto e intentó a los 14 años que se interesara en el negocio familiar “Pérez Shipping INC”, empresa de envío y entrega de paquetes a República Dominicana, “pero qué va, fue inútil”, dijo. “Enrique tenía otros intereses. A él le gustaba estudiar”.
“Desde niño fue un muchacho muy especial”, aseguró su madre, a tal punto que no comía pescado porque quería ser biólogo, después como todo joven cambió su manera de pensar y vio en la enfermería profesional un camino para ayudar a las personas, quería ser “nurse practitioner”, e inició su carrera universitaria en UMass Dartmouth; pero decidió dejar de lado la parte médica e ingresó a estudiar una licenciatura en Justicia Penal, graduándose el 13 de mayo del 2022, en la Westfield State University en Springfield, Massachusetts.
Mientras estudiaba en la universidad, Enrique participó activamente en atletismo y dedicó su tiempo libre a ayudar a personas sin hogar, a colaborar con refugios de animales y donar tiempo y dinero a los niños con cáncer, fue colaborador habitual del Hospital Infantil St. Jude. También, se vestía de Papá Noel para alegrar a los niños desamparados. “Todas estas cosas que él hacía las mantenía en reserva, ahora que él murió entre sus cosas veo que tenía carticas, regalitos de los lugares que ayudaba”, expresó con admiración la madre.
Tras su graduación y obtener su licenciatura (bachelor's degree en inglés), Enrique comenzó su carrera profesional en la Fiscalía del Distrito de Worcester, trabajó año y medio como defensor de víctimas. Pero quería seguir creciendo profesionalmente, así que retomó su sueño de ser policía estatal y decidió postularse.
Se inició una investigación independiente
La familia no habló en la entrevista sobre la investigación independiente dirigida por David Meier, un abogado defensor privado designado por la Fiscal General Andrea Campbell para liderar la indagación sobre la muerte de Delgado-García.
El costo de la investigación independiente ha superado los $430,000 hasta finales de mayo, según facturas obtenidas por MassLive. La Fiscalía General proporcionó documentos con muchas secciones censuradas mediante una solicitud de registros públicos sobre las facturas de la investigación de Meier, con quien tiene contrato hasta junio de 2026.
Públicamente, las autoridades no han compartido muchos detalles sobre lo ocurrido el 12 de septiembre de 2024 en la academia de policía. La Policía Estatal informó en ese momento que Delgado-García perdió el conocimiento durante un ejercicio de tácticas de defensa antes de ser trasladado a un hospital en Worcester.
La Fiscalía del Condado de Worcester, dirigida por Joseph Early, tenía jurisdicción para investigar su muerte, pero Early se recusó porque Delgado-García trabajó previamente como defensor de víctimas y testigos en esa oficina.
Early afirmó en ese momento que el incidente ocurrió en el ring de boxeo y que existe un video, el cual no ha sido divulgado públicamente.
El viernes, un portavoz de la Policía Estatal proporcionó una declaración a El Planeta y MassLive en respuesta a preguntas sobre la investigación.
“Bajo la dirección del coronel Geoffrey Noble y su predecesor, el coronel John Mawn, la Policía Estatal de Massachusetts ha cooperado plenamente con la revisión independiente de esta tragedia. Compartimos el deseo de la familia Delgado-García de obtener un informe exhaustivo de los hechos y circunstancias, y esperamos los resultados de esa investigación”, escribió el portavoz en un comunicado escrito.

Las heridas siguen abiertas para los familiares del oficial Enrique Delgado, quien murió hace 11 meses y que hasta la presente fecha no se conocen los motivos reales de su fallecimiento, tampoco se han presentado cargos formales ni se ha publicado un informe final. La familia sigue esperando resultados concluyentes.
“Hay noches que no duermo, hay mañanas que yo me levanto y empiezo a llorar y a llorar, y le pido mucho a Dios que me perdone porque hay que ser conforme, la conformidad se la pido a Dios porque esto es duro. Es bien difícil, porque cuando Enrique llegaba lo primero que hacía es darme un abrazo, la última vez que se fue me dijo Má ya faltan 3 semanas, acuérdate que tenemos que estar temprano ese día de la graduación. Es algo duro, pero yo no quiero fallarle a Dios, sé que Dios me lo tiene”, expresó la madre de Enrique Delgado.