Cuando yo era un joven reportero para el departamento de deportes en el Boston Globe, sugerí una vez a uno de los editores que el periódico necesitaba escritores bilingües y biculturales como yo, especialmente si Boston y los Red Sox se encontrarían con más peloteros de Puerto Rico y la República Dominicana.
Nadie me hizo caso.
Era 1989 y ya sabía que esta ciudad, donde estudié y luego a la que regresé para vivir y establecer mi vida, invisibilizaba comunidades latinas.
Tenía 20 años y estaba a punto de entrar a mi último año en la universidad. Ya conocía los mejores lugares en la ciudad para jugar dominó o fútbol. Visitaba los barrios latinos y, aunque estaban cerca, se sentían muy lejos de lo que definía Boston.
La invisibilidad era obvia. Pero Boston no quería aceptarla. Yo quería que la ciudad reconociera a mi gente y a mí como parte vital de su presente y futuro.
Esa experiencia me marcó. Para que Massachusetts sea un hogar de verdad y nuestras comunidades latinas no se sientan desplazadas o ignoradas, hace falta algo más que una presencia física. Necesitamos voces auténticas que nos representen en los medios y cuenten nuestras historias, nuestras luchas y nuestras victorias. Por eso, el periodismo local tiene un papel fundamental.
Hoy, Massachusetts es hogar de miles de familias latinas. Muchos llegaron buscando oportunidades, otros huyendo de situaciones difíciles, pero todos con el deseo de construir un futuro mejor. Sin embargo, para que este sueño se cumpla de verdad, debemos ver, leer y escuchar estas voces en los medios, en los espacios públicos y en el diálogo político.
Invertir en periodismo local para latinos en español, en inglés y bilingüe no es solo un acto de justicia. Es una estrategia inteligente para fortalecer la democracia, la inclusión y la cohesión social. Cuando los medios reflejan auténticamente la diversidad de sus comunidades, construyen puentes entre vecinos, combaten prejuicios y brindan herramientas para la participación cívica.
Pero este periodismo no se produce solo. Requiere recursos, formación y apoyo institucional. El apoyo a los medios locales en Massachusetts es muy limitado. Grandes grupos corporativos como Gannett y Alden Global dominan el sector, poniendo primero a sus inversionistas y dejando de lado a las comunidades. La cancelación de fondos federales para medios públicos golpeó duramente, especialmente a estaciones en pueblos pequeños y zonas marginadas. Quienes mantienen vivo el periodismo independiente luchan día a día contra un sistema que les niega recursos y oportunidades, en medio de una economía digital implacable.
Aquí es donde entra la importancia de un fondo local para el periodismo comunitario. Un fondo que permita a periodistas latinos, bilingües y biculturales contar las historias que importan.
Estas realidades nos llevan a una verdad necesaria. Si el periodismo local es realmente un bien público, necesitamos apoyarlo a nivel estatal con financiamiento público sólido. Debemos alzar la voz y pedir a los legisladores que formen un fondo público para el periodismo local, un fondo que permita a periodistas latinos, bilingües y biculturales contar las historias que importan.
Un periodista que conoce la cultura y habla el idioma puede hacer la diferencia. No solo informa, sino que conecta, emociona y moviliza. Puede dar voz a quienes usualmente no la tienen, denunciar injusticias y celebrar la riqueza cultural que nos define.
Además, este tipo de periodismo fortalece la identidad y el sentido de pertenencia. Para muchos latinos en Massachusetts, sentirse incluidos en las noticias significa sentirse parte del estado, reconocidos y valorados. Es un paso clave para construir comunidades más fuertes y cohesionadas.
También hay un impacto económico. El periodismo local impulsa la economía al promover negocios y eventos locales, especialmente aquellos de pequeñas y medianas empresas latinas que muchas veces luchan por hacerse visibles. Al apoyar el periodismo local, también se mejora el acceso a información vital para que estas empresas crezcan y prosperen.
Sé que la inversión pública es limitada y hay muchas prioridades, pero esta es una inversión para crear más cohesión social, educación cívica y desarrollo económico. Massachusetts tiene la oportunidad de liderar un cambio que beneficie a toda la sociedad, no solo a un sector.
Por eso, debemos apoyar la creación de un fondo estatal que financie el periodismo local en español, inglés y bilingüe. Un fondo que garantice que podamos contar las historias de las comunidades latinas —y de todas las comunidades diversas— con rigor, respeto y compasión.
Esto no es un sueño inalcanzable. Legisladores en Nueva Jersey han financiado por años un Consorcio de Información Cívica con una junta independiente que distribuye millones a medios y organizaciones que atienden las necesidades de sus comunidades. California está por seguir su ejemplo con un nuevo Fondo de Medios Cívicos, y legisladores en Oregon y Wisconsin han propuesto leyes para crear fondos similares.
Massachusetts puede y debe ser el próximo estado.
Mi historia personal es solo una entre muchas. El Boston de hoy es más diverso que nunca, y nuestras voces ya no pueden ni se deben ignorar. Massachusetts puede y debe ser un hogar para todos, y eso empieza por reconocernos, respetarnos y escucharnos.
Invertir en periodismo local diverso no es un gasto: Es un acto de justicia, de inclusión y de construcción para un futuro compartido.
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Julio Ricardo Varela es un periodista premiado, fundador de The Latino Newsletter y productor para Free Press.