El alcalde de Everett, Carlo DeMaria, defendió con firmeza este martes la construcción de un estadio de fútbol en un terreno industrial abandonado donde antes operaba una planta de energía. El ambicioso proyecto, valorado en mil millones de dólares y promovido por el grupo Kraft, busca convertir el sitio en el nuevo hogar del equipo New England Revolution. El estadio tendría capacidad para 25,000 personas y serviría también para conciertos y eventos comunitarios. DeMaria calificó la propuesta como “una oportunidad histórica” para transformar la ciudad y aseguró que la iniciativa es clave para revitalizar la economía local.
“Ya no somos una ciudad industrial sucia”, declaró. “Fuimos la ciudad que dio energía a los demás—energía, comida, producción. Pero ahora estamos construyendo parques, transporte y oportunidades”.
La alcaldesa de Boston Michelle Wu expresó anteriormente su preocupación por el impacto del estadio en Charlestown, citando problemas de tráfico y un paquete de mitigación “poco serio” de $750,000 ofrecido por el grupo Kraft. Wu comparó esa cifra con los $68 millones que Boston recibió por el casino Encore y reclamó falta de información técnica detallada sobre transporte, ruido y resiliencia climática. También advirtió que Charlestown asumiría los costos del estadio sin recibir beneficios fiscales.
En su rueda de prensa, DeMaria refutó varios de los puntos planteados por Wu. Minimizó los riesgos de tráfico, asegurando que se invertirán recursos en infraestructura y mejoras en la red de transporte, incluyendo la ampliación del servicio de trenes y la línea Silver Line. Además, recordó que el estadio estaría en territorio de Everett, por lo que la ciudad será la beneficiaria directa de los impuestos generados.
"Para nosotros, ahora mismo esto es una planta de energía abandonada, contaminada y en ruinas, justo frente al río. Pero alguien está dispuesto a invertir cerca de mil millones de dólares en fondos privados para demoler ese edificio, recuperar el acceso al borde costero, construir un parque comunitario de cuatro acres y conectar un servicio de taxi acuático con el del Encore", agregó.
Además, el alcalde DeMaria expresó, aunque él y la alcaldesa Wu tienen diferencias sobre el estadio, en otros temas están de acuerdo, especialmente en la importancia del transporte público. Él destaca que es un firme defensor del transporte público y pone como ejemplo que su ciudad, Everett, fue pionera en el estado al implementar carriles exclusivos para autobuses — un tema que se había discutido durante mucho tiempo, pero que ellos llevaron a la acción rápidamente, instalándolos y empezando a usarlos de inmediato. Ahora, su objetivo es mejorar y conectar esos carriles exclusivos dentro de toda la ciudad para facilitar y acelerar el transporte público.
Las negociaciones entre el club (grupo Kraft) y Boston están en mediación formal, según la ley estatal de desarrollo económico 2024. Antes de avanzar, deben firmar un acuerdo de mitigación con Everett y Boston. Si no hay acuerdo voluntario antes de fin de año, el caso irá a arbitraje vinculante para evitar bloqueos al proyecto.
Según Brian Bilello, presidente de New England Revolution, después de meses de insistencia, el equipo New England Revolution logró que la ciudad de Boston se sentara a conversar formalmente con ellos recién el 14 de febrero, más de dos meses después de solicitar una reunión, según explicó Brian, portavoz del club.
“Desde el inicio del proceso, hemos estado presionando para desarrollar un acuerdo justo que contemple el impacto en la comunidad”, afirmó Bilello. “Desde aquella primera reunión en febrero, nuestro equipo se ha reunido con la ciudad más de media docena de veces y el tono de esas conversaciones ha sido siempre cooperativo y cordial. Por eso nos frustra que lo único que se diga públicamente sea negativo".
El proyecto busca transformar un terreno industrial abandonado y contaminado en Everett, construyendo un estadio que incluirá un parque y servicios acuáticos. “Estamos usando fondos privados para adquirir el terreno y levantar una instalación que muchos otros lugares ni siquiera pueden lograr, mientras que en Boston se destinan cientos de millones de dólares públicos a estadios de uso privado”, afirmó Bilello.
Además, Bilello criticó a Wu por falta de transparencia en la rehabilitación del White Stadium en Franklin Park, Boston, que compartirá espacio y costos con el equipo femenino Boston Legacy. Wu aún no ha revelado el costo final, pero prometió hacerlo antes de fin de año.
Aunque el proyecto tiene respaldo político y financiero, aún faltan varias etapas clave. Si fracasa la mediación con Boston, un árbitro decidirá los términos del acuerdo comunitario. También se requerirán permisos estatales, evaluaciones ambientales y la demolición del actual sitio industrial.
Se estima que el estadio podría estar listo en cuatro o cinco años.