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Mientras recortan la ayuda alimentaria, Massachusetts se une para enfrentar el hambre

La gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, lanza el grupo de trabajo contra el hambre. Foto: Cortesía.

La inseguridad alimentaria sigue creciendo en Massachusetts. Un informe reciente del Greater Boston Food Bank reveló que uno de cada tres hogares en el estado experimentó dificultades para acceder a alimentos en 2024. En solo cinco años, las tasas de hambre han aumentado del 19% al 37%, una tendencia que preocupa a líderes comunitarios, autoridades estatales y organizaciones sociales.

En respuesta a esta crisis, la gobernadora Maura Healey anunció esta semana la creación de un grupo de trabajo estatal contra el hambre. Esta iniciativa busca reunir a líderes del gobierno, organizaciones sin fines de lucro, bancos de alimentos, el sector privado y, sobre todo, a personas directamente afectadas por la inseguridad alimentaria —como beneficiarios del programa SNAP, agricultores y pequeños empresarios— para diseñar soluciones prácticas e impulsar estrategias a largo plazo.

Este esfuerzo surge tras cambios a nivel federal. A principios de julio, el gobierno de Estados Unidos firmó una ley que recorta los beneficios del SNAP (antes conocido como cupones de alimentos), impone nuevos requisitos de elegibilidad y modifica la forma en que se comparten los costos entre los estados y el gobierno federal. Esto podría dejar sin asistencia a miles de personas en Massachusetts, y también impactar negativamente a agricultores y pequeños negocios que dependen de estos programas para sostener su actividad.

“En Massachusetts no vamos a aceptar eso”, dijo la gobernadora Healey. “Por eso estoy reuniendo a los increíbles líderes que trabajan día a día para brindar alimentos a las familias necesitadas, así como a quienes serán afectados directamente por estos recortes, para que nos asesoren sobre cómo prevenir el hambre en nuestras comunidades”.

Además de los cambios al SNAP, se han cancelado fondos clave: $12 millones para ofrecer alimentos saludables en escuelas y centros de cuidado infantil, $3.4 millones para bancos de alimentos, y otros $6 millones que se destinaban a la compra de productos locales para distribuir a familias en situación de vulnerabilidad.

El nuevo grupo de trabajo trabajará en coordinación con iniciativas ya existentes, como Make Hunger History, una coalición intersectorial liderada por Project Bread, que agrupa a más de 300 organizaciones con el fin de crear una hoja de ruta compartida para erradicar el hambre en el estado.

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