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El “Big, Beautiful Bill” incluye un cambio importante para las universidades privadas

El "endowment tax" impactaría principalmente a las universidades privadas con mayores recursos económicos como Harvard.

Harvard University. Foto: Rosanna Marinelli.

Este 4 de Julio, después de meses de deliberación en Washington, el congreso pasó el “Big, Beautiful Bill”, una ley de más de 900 páginas reformando miles de leyes y provisiones.

Sin embargo, entre las 140 disposiciones incluidas en la nueva ley, hay un cambio poco visible pero de gran impacto: Una medida que afectará significativamente a las universidades más grandes del país, incluidas varias ubicadas en Massachusetts.

Este cambio se le llama “endowment tax”.

Cómo funciona

Muchas universidades no dependen únicamente de las matrículas para financiar sus operaciones. También cuentan con un fondo de dotación (o endowment), que es un capital acumulado a través de donaciones filantrópicas o privadas. Ese capital no se gasta directamente, sino que se invierte en activos financieros como acciones, bonos y bienes raíces. Las ganancias generadas por esas inversiones —conocidas como rendimientos o returns— se utilizan para cubrir gastos institucionales clave, como becas estudiantiles, programas académicos especiales y ayuda financiera, asegurando así la sostenibilidad a largo plazo de la institución.

Muchas universidades, especialmente las más establecidas, tienen miles de millones en dotaciones. Harvard, Yale, y MIT tiene unas dotaciones de más de 50.749, 40.747, 23.453 millones de dólares respectivamente. 

Por la mayoría de la historia, las universidades se han beneficiado de no tener que pagar nada de impuestos por su construcción a la sociedad y su misión educacional. Pero, en el 2017, una ley llamada el “Tax Cuts and Jobs Act” impuso un impuesto de 1.4% al dinero que ganan las universidades a través de sus dotaciones. Específicamente, este impuesto solo aplicaba a las universidades con al menos 500 estudiantes matriculados y activos de dotación superiores a $500,000 por estudiante.

En 2025, el Congreso propuso un impuesto federal dirigido a los fondos de dotación (endowments) de las universidades, que son grandes sumas de dinero que las instituciones invierten para financiar su funcionamiento a largo plazo. La propuesta inicial buscaba aplicar un impuesto de hasta 21% sobre las ganancias de inversión generadas por estos fondos.

Después de protestas y debates, el Senado redujo la tasa máxima y estableció un sistema más flexible: un impuesto graduado (de varios niveles), basado en la dotación per cápita —es decir, cuánto dinero hay en el fondo por cada estudiante elegible.

¿A quién afecta y por qué?

El impuesto está diseñado para aplicarse principalmente a universidades privadas muy ricas, como Harvard, Yale o Princeton, que manejan dotaciones millonarias por estudiante. Las universidades públicas están completamente exentas del impuesto.

El impacto de este cambio

Las universidades afectadas advierten que el impuesto podría reducir su capacidad de ofrecer becas, ayuda financiera y financiar investigación, lo que a largo plazo perjudicaría a los estudiantes. 

La presidente de la Universidad de Yale Maurie McInnis compartió una carta justo después de que la ley pasó. “[El impuesto] implica que Yale pagará aproximadamente 280 millones de dólares durante su primer año de vigencia, y probablemente más en los años siguientes”, dijo McInnis dijo, “Este dinero, de otro modo, apoyaría a nuestros estudiantes, profesorado, personal y las colaboraciones locales con la ciudad de New Haven”.

McInnis también mencionó los otros ataques a fondos federales de investigación en la carta, explicando la gravedad de estos varios ataques. Yale ya acaba de congelar contratación y bajar salarios, dijo McInnis, y este cambio empeorara la situación. Harvard y MIT todavía no han hecho una declaración oficial, pero muchos expertos argumentan que estos cambios tendrán impactos parecidos a otras universidades.

La mayoría de las universidades grandes, que incluyen a Harvard y MIT en Massachusetts, sufrirán gravemente por esta aumentación. Estas universidades establecidas y prestigiosas provienen de millones de dólares en ayuda financiera para hacer la educación más accesible a estudiantes de todos diferentes recursos económicos y tienen programas de primer nivel, todo fundado por sus dotaciones. 

Kara D. Freeman, presidente y directora ejecutiva de la asocia nacional de funcionarios comerciales de Colegios y Universidades dijo que su organización “sigue oponiéndose firmemente a cualquier impuesto dirigido a las dotaciones, incluidos estos cambios propuestos que empeorarán aún más la mala política, aumentando los costos universitarios y haciendo que la educación superior sea menos asequible”.

Aunque, entre todas estas pérdidas, hay unas selectas 26 universidades que se beneficiaron de los cambios en el “Big, Beautiful Bill”. Un estudio de Forbes derivó que 26 universidades con menos de 3,000 estudiantes matriculados, incluyendo a Williams College, Amherst College, y Wellesley College en Massachusetts, serán excluidos del impuestos cuando anteriormente pagaban el impuesto de 1.4%.

La razón por esta excepción es que Republicanos en el Congreso querían defender a una universidad pequeña y ultra-conservativa llamada Hillsdale College. Además, muchos republicanos fueron abiertos a la idea de proteger a escuelas pequeñas que aunque tengan una gran dotación por cápita, en verdad no tengan una dotación tan grande como la de una Universidad como Harvard.

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