Un altercado dentro de Chelsea High School, en Massachusetts, el pasado miércoles desencadenó una serie de eventos que terminaron con la detención de un estudiante por agentes de ICE (U.S. Immigration and Customs Enforcement).
El joven fue trasladado inicialmente a la estación de policía de Chelsea tras el incidente en la escuela. Allí, le tomaron las huellas dactilares, lo que activó una alerta migratoria. Pocas horas después, agentes de ICE lo arrestaron y ahora permanece bajo custodia federal.
Lucy Pineda, directora de la organización comunitaria LUMA, le explicó a El Planeta que su equipo fue contactado por el padre del joven, quien pidió ayuda tras la detención.
“Nosotros fuimos llamados por el papá que necesitaba ayuda con su hijo. No tuvimos contacto con el joven porque cuando ya llegamos, ya estaba en custodia de ICE".
Pineda también explicó que LUMA tiene límites claros sobre los casos en los que pueden involucrarse, especialmente si hay antecedentes escolares o legales:
“Nosotros siempre le preguntamos al padre o al joven si tiene récords, si ha tenido problemas anteriormente en la escuela o en la calle. El padre nos dijo que su hijo ya había tenido unos problemas en la escuela. Entonces, cuando ya eso sucede, pues ya nosotros no… no nos involucramos mucho.”
Este caso no es aislado. La semana anterior, agentes de ICE entraron a la comisaría de Chelsea y detuvieron a tres adolescentes más, además del padre de uno de ellos que fue a recogerlo. Organizaciones locales han advertido que cualquier roce con la policía, incluso por conflictos escolares, puede derivar en consecuencias migratorias.
Ante esta realidad, Pineda hizo un llamado a los padres:
“Mi consejo es para los padres: Estar pendientes cuando sus hijos están en la escuela, cuando regresan, a qué hora regresan, y poner el dedo en los estudios, porque las consecuencias de lo que sucede… se lamentan después".