Cada vez más mujeres deciden ser mamás después de los 35 años, marcando un cambio en los patrones de maternidad. En 2025, esta tendencia sigue creciendo, impulsada por avances médicos, transformaciones sociales y nuevos retos en salud. Entender sus implicaciones resulta esencial para valorar este fenómeno.
Más mamás mayores y menos jóvenes
El promedio de edad de las mujeres al convertirse en mamás llegó a los 27 años, y en las últimas décadas, los nacimientos en mujeres mayores de 40 crecieron notablemente. Según un reporte publicado en marzo del 2025 por National Center for Health Statistics (NCHS):
- La fertilidad en mujeres de 35 a 39 años aumentó un 71% desde 1990.
- Las mayores de 40 experimentaron un incremento histórico de 127%.
Por el contrario, los nacimientos en adolescentes disminuyeron drásticamente. Solo representan el 4% de los partos actuales, en comparación con el 13% que figuraban en 1990. NBC News celebró este cambio como un logro en salud pública.
Factores detrás de la decisión
La decisión de postergar la maternidad refleja cambios en las prioridades de vida. Según la revista Time, varias razones explican esta tendencia:
- Crecimiento personal y profesional con mejores oportunidades laborales.
- Recursos como métodos anticonceptivos que permiten planificar la maternidad.
- Uso creciente de tecnologías como la congelación de óvulos y la fertilización in vitro.
Este cambio también responde al aumento de tratamientos médicos. En 2021, casi 100,000 nacimientos se dieron mediante técnicas de reproducción asistida en EEUU, un número que sigue en ascenso.
Beneficios de la maternidad tardía
Las mamás que tienen hijos en edades más avanzadas experimentan ventajas que impactan positivamente tanto en ellas como en sus hijos:
- Desarrollo infantil sobresaliente: según WebMD, los niños de madres mayores poseen mejores habilidades en lenguaje y enfrentan menos problemas emocionales.
- Mayor madurez emocional en las mamás: están preparadas emocional y económicamente, lo que se traduce en una crianza más estable.
- Beneficios cognitivos: mujeres mayores de 35 años que tuvieron hijos mostraron mejores habilidades de memoria y pensamiento en la vejez.
Estos factores hacen que muchas mujeres elijan esperar, basándose en su nivel de preparación y estabilidad.
Retos y riesgos asociados
Aunque los beneficios son considerables, los riesgos de salud aumentan con la edad. WebMD destacó que:
- El riesgo de preeclampsia en mujeres mayores de 40 sube al 10%.
- Las probabilidades de anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down, también aumentan significativamente.
Sin embargo, técnicas como el uso de aspirina para prevenir preeclampsia y un monitoreo prenatal cuidadoso disminuyen los efectos de las complicaciones, según especialistas en University of California San Francisco.
Desigualdades en el acceso a tratamientos
El alto costo de los tratamientos de fertilización crea divisiones claras entre quienes acceden a ellos y quienes no. Un ciclo de fertilización in vitro cuesta más de $10,000 y no siempre garantiza éxito. Las tasas de éxito caen con la edad, lo que provoca que muchas mujeres enfrenten barreras económicas, destacó Time.
Maternidad tardía, un reflejo social
El auge de mamás mayores simboliza una evolución en los roles de género y las expectativas sociales. Sin embargo, también señala desigualdades estructurales. Obstáculos como el alto costo de vida y la falta de políticas de apoyo afectan cuándo y cómo las mujeres pueden formar familias.
La sociedad debe evolucionar para garantizar que las mujeres cuenten con opciones reales y accesibles al momento de decidir sobre la maternidad. Este fenómeno muestra que el significado de criar una familia sigue cambiando, redefiniendo cómo las personas planifican su futuro.