Boston le abre las puertas al nuevo restaurante peruano “Rosa y Marigold”, el cual tendrá su apertura alrededor del otoño del 2025 y se encuentra al final de Newbury Street en el nuevo edificio Lyrik, un desarrollo moderno construido sobre el Mass Pike.
María Rondeau, arquitecta y productora, junto a JuanMa Calderón, chef y cineasta, fundaron Celeste, un restaurante que comenzó como un experimento culinario, preparando comida para amigos y con la intención de crear un espacio íntimo y acogedor. Este enfoque experimental se extendió a La Royal en Cambridge, que rápidamente se consolidó como otro éxito. La oportunidad de abrir Rosa y Marigold en un lugar muy turístico de Boston les ofreció una nueva oportunidad para expandir su visión gastronómica a un nuevo nivel.
En una reciente entrevista que tuvo El Planeta con JuanMa Calderón y María Rondeau, contó más sobre el desarrollo de este nuevo restaurante.
Según Rondeau, La propuesta de abrir Rosa y Marigold se presenta como un homenaje a la ciudad y su gente. La ubicación del restaurante en el área de Newbury Street, un área que ha sido transformada en un punto clave de Boston en término a turismo y negocios, fue uno de los factores que atrajo a María y Juan.
También, como explicó Rondeau, el restaurante será parte de un proyecto que fue construido sobre el Mass Pike, una zona que ha sido transformada para conectar vecindarios que habían estado desconectados por mucho tiempo a causa del Big Dig. “La idea es que se vuelva la culminación de toda esa área, una forma de unir a la gente de distintas partes”, comentó. Esto se refleja también en el propósito detrás de este restaurante “que la gente se una, célebre, disfrute y se reúna en un mismo espacio”, agregó Rondeau.
Lo que además hace a Rosa y Marigold único es su capacidad de transformarse a lo largo del día, desde un lugar ideal para el almuerzo hasta un espacio animado con música en vivo y cócteles por la noche, incluyendo un cambio de menú. “La idea es mantener esa emoción todo el día, que el restaurante sea un punto de encuentro que atraiga a trabajadores, vecinos y turistas. Desde el almuerzo, más relajado, hasta la cena, con un ambiente vibrante y música en vivo. Queremos que siempre se sienta como una celebración”, comentó Rondeau.
Fusión de culturas que da vida al menú
El menú de Rosa y Marigold da homenaje al chifa, la fusión de culturas china y peruana en la gastronomía que originó del siglo XX cuando inmigrantes chinos llegaron al Perú y trajeron sus tradiciones culinarias que se fusionaron con los ingredientes y sabores locales. “Mi tatarabuelo vino de China y trabajó en una hacienda en Trujillo, y mi abuelo siempre cocinaba su ‘tallarín salteado’ los domingos. Ese recuerdo me marcó profundamente y me quedó esa inspiración”, enfatizó Calderón.
Con nostalgia, Juan comentó cómo esta mezcla de sabores ha sido clave en su cocina, “La fusión de estos sabores en platos como el lomo saltado conecta con mis raíces, un legado que siempre ha estado presente en mi familia”.
En Rosa y Marigold, la cocina peruana se mezcla con la frescura del marisco local, un lujo que ofrece Boston. “Estamos en un lugar privilegiado para ofrecer mariscos frescos, que será una parte esencial de nuestro menú. Queremos que nuestros clientes disfruten de productos de alta calidad, lo que junto a mis raíces, será la esencia del restaurante”, exclamó Calderón.
Rosa y Marigold para la comunidad latina en Boston
La apertura de Rosa y Marigold también representa un símbolo de orgullo para la comunidad latina,“es un honor y un orgullo ser latinos, porque no solo somos nosotros y la comida que servimos, que es peruana, sino también todo nuestro equipo, que está compuesto por latinos», señaló Rondeau.
Calderón, por su parte, subrayó cómo este proyecto se convierte en un ejemplo para otros latinos que desean avanzar y dejar su huella. “Es algo para que los latinos podamos ver que siempre se puede hacer algo más o llegar un poquito más allá”. Calderon contó cómo han logrado expandirse desde su primer restaurante, Celeste, hasta llegar al centro de Boston, “nosotros salimos de casa, fuimos a un barrio, luego a otro, y poco a poco logramos llegar al downtown de Boston”. Para él, la historia de Rosa y Marigold prueba que con esfuerzo y pasión, siempre es posible llegar lejos.
Cuando se le pregunta qué consejo le daría a otros latinos que buscan abrir su propio restaurante, Calderón compartió una reflexión basada en su propia experiencia: “empecé cocinando en casa y cobrando por la necesidad que tenía cuando recién llegué aquí. No conocía a nadie, pero sabía que la forma de juntar a la gente era cocinando”, concluyó. Para él, antes de tener una ambición hay que tener un sueño y perseguirlo.