Durante los últimos dos años, los inquilinos han disfrutado de una rara racha de estabilidad en los precios de alquiler. Un auge en la construcción de apartamentos, el más grande desde 1974, ha mantenido los costos a raya.
Con una oferta abundante, los propietarios han competido para atraer inquilinos con descuentos y beneficios. Sin embargo, la fiesta podría estar llegando a su fin.
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El problema: menos grúas, más problemas
El aumento en los costos de construcción y las dificultades para obtener financiamiento han hecho que los desarrolladores reduzcan sus planes de nuevos proyectos.
Aunque en 2025 aún se entregarán cerca de medio millón de nuevas unidades, la disminución en nuevas construcciones significa que el alivio para los inquilinos no durará mucho más allá de 2026.
Los datos son claros: la cantidad de unidades en construcción ha disminuido drásticamente desde los días en que el financiamiento barato permitía proyectos masivos.
En 2023 se entregaron 440,000 apartamentos, mientras que en 2024 la cifra alcanzó un récord de 588,900. Para 2025 se espera que sean 500,000, pero el problema comienza en 2026, cuando el número bajará a 414,000 y en 2027 a solo 341,000.
Lo que esto significa para los inquilinos
A corto plazo, los descuentos y las concesiones para atraer inquilinos seguirán existiendo. Con una cantidad considerable de nuevas unidades aún por entregarse en 2025, los propietarios deben llenar sus edificios antes de subir las rentas.
Pero a medida que la oferta se reduzca en los años siguientes, los precios inevitablemente comenzarán a subir otra vez.
Según datos de Yardi Matrix, los alquileres podrían aumentar en un 1.5% en 2025, 1.1% en 2026 y hasta un 3.3% en 2027.
Otros expertos, como Jay Parsons, predicen un crecimiento aún mayor a partir de 2026, con incrementos anuales en los «dígitos medios».
¿Dónde se sentirá más el golpe?
No todas las ciudades enfrentarán esta crisis de la misma manera. Durante el auge de la construcción, la mayoría de los nuevos apartamentos se construyeron en ciudades del sur como Austin, Atlanta, Phoenix y Houston, así como en Denver y Salt Lake City.
Entre líneas. Estas ciudades podrían ver un aumento en las rentas más lento que otras, aunque la alta demanda de vivienda podría hacer que el alivio sea breve.
Las ciudades costeras como Nueva York, Boston, Seattle y San Francisco probablemente enfrentarán los mayores aumentos.
Aquí, la disponibilidad de terrenos y las dificultades para obtener permisos ya han dificultado la construcción, y el declive en nuevos proyectos ha sido aún más pronunciado: una caída del 30% en 2023 y casi un 60% en 2024.
Con menos proyectos en marcha, los propietarios de apartamentos en estas ciudades tendrán más poder para subir los precios en los próximos años.
¿Cómo llegamos aquí?
La pandemia provocó un aumento en la demanda de alquileres a medida que la gente buscaba más espacio o se mudaba a vivir sola. En respuesta, los desarrolladores lanzaron una ola masiva de construcción.
Lo que debes saber. Las altas tasas de interés y el aumento de costos de materiales han hecho que ese ritmo sea insostenible.
El resultado: una industria de la construcción cíclica que genera épocas de abundancia seguidas de escasez. Y aunque algunos proponen soluciones, como un fondo nacional de construcción que estabilice la financiación de nuevos proyectos, por ahora, el futuro para los inquilinos parece incierto.
Aprovecha las ofertas mientras duren
Si estás buscando mudarte, este podría ser el momento ideal para aprovechar promociones y precios estables.
Pero no te confíes: la reducción en nuevas construcciones sugiere que los descuentos actuales podrían desaparecer pronto.
Si la historia nos ha enseñado algo, es que el mercado de alquiler es un péndulo que oscila entre la oferta y la demanda, y la próxima subida de precios parece estar más cerca de lo que muchos esperan.