Cambiar de rutina no es como cambiar de calcetín aunque así muchos (Donald Trump y su combo) quieran verlo. Volver a la oficina de manera forzosa u obligada (como quieras verlo) no será fácil, para ninguna de las partes, pero especialmente para los trabajadores, quienes ahora enfrentan el gran dilema si cumplir la RTO o simplemente, renunciar.
El presidente Donald Trump está encabezando una directiva para que los empleados federales vuelvan al trabajo de oficina a tiempo completo. Este mandato da instrucciones a los líderes de las agencias para que reduzcan el trabajo a distancia y restablezcan las tareas presenciales.
Una decisión a un alto costo
La decisión de Trump no será sencilla, para ninguna de las dos partes. Primero, los empleados federales están atados al trabajo híbrido y soltarlo va a ser más que difícil. Pero, además, este cambio presenta importantes retos logísticos, de costes y de retención de empleados.
En particular, Elon Musk y Vivek Ramaswamy, figuras clave del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Trump, prevén que una política de oficina a tiempo completo podría provocar dimisiones voluntarias, una posibilidad que aceptan.
Entre líneas. En el año fiscal 2023, el 43% de los empleados federales civiles trabajaban a distancia, lo que pone de relieve la compleja tarea de poner en práctica la visión de Trump.
Los expertos también opinan
La experta en política laboral Mika Cross señala: «Se espera que los trabajadores a distancia mantengan al menos el teletrabajo a tiempo parcial».
Cross dice que la transición para volver por completo a la oficina se complica por diversos factores financieros y logísticos.
Mientras tanto, la directiva presidencial sigue siendo vaga, pues carece de claridad sobre si se aplica a los empleados totalmente remotos o a los que tienen horarios híbridos.
La experta señala que las referencias al «trabajo a distancia» en el memorando carecen de especificidades sobre el teletrabajo, lo que crea incertidumbre sobre sus verdaderas implicaciones.
Las orientaciones obtenidas recientemente de la CNN indican que todos los acuerdos a distancia e híbridos podrían verse afectados.
Lo que debes saber. Los responsables de las agencias deben informar a los empleados, salvo excepciones, para que vuelvan a trabajar in situ antes de la fecha límite de la directiva. No obstante, persisten numerosos obstáculos logísticos.
Interrupciones en el trabajo
La aplicación de estas directrices podría provocar interrupciones, ya que muchos trabajadores totalmente a distancia no disponen de espacios de oficina designados. Las agencias deberán encontrar lugares de oficina cercanos o reubicar al personal, soluciones ambas costosas.
Las consideraciones legales complican aún más la situación, ya que la directiva de Trump debe respetar los contratos existentes con los sindicatos de empleados, como la Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno. El representante sindical Tim Kauffman dice que “deben respetarse las obligaciones estipuladas en los contratos».
Más allá de los desafíos legales, un mandato exhaustivo de regreso a la oficina podría dificultar la adquisición y retención de talentos. Los estudios demuestran que las políticas de trabajo flexible son cruciales para atraer y retener a los trabajadores cualificados.
Las conclusiones de Gallup revelan que el 93% de los empleados que pueden trabajar a distancia prefieren mantener cierto grado de flexibilidad.
El trabajo híbrido NO afecta la productividad (aunque quieran hacerlo ver así)
Las investigaciones sobre productividad indican que el trabajo híbrido no afecta negativamente al rendimiento; al contrario, aumenta la satisfacción laboral y reduce la rotación. Los retos tecnológicos y las carencias de competencias subrayan aún más la necesidad de estrategias de contratación adaptables.
Aunque el impulso para reinstaurar el trabajo de oficina a tiempo completo se alinea con objetivos gubernamentales más amplios, debe navegar por la intrincada mezcla de realidades políticas, de recursos humanos y legales.
Mientras las agencias se preparan para cualquier transición, deben estar preparadas para que las emergencias cumplan con la Ley de Mejora del Teletrabajo de 2010.
