Un reciente estudio realizado por Ed Trust y The MassINC Polling Group revela una preocupación creciente entre los padres de estudiantes K-12 sobre el rendimiento en matemáticas de sus hijos. Aunque el informe destaca diferencias significativas relacionadas con los ingresos económicos, pasa por alto aspectos clave que afectan a la comunidad hispana y multilingüe, como el impacto del idioma y las experiencias educativas previas de los estudiantes inmigrantes.
Según la encuesta, el 54% de los padres consideran que sus hijos están “rindiendo bien” en matemáticas, mientras que el 35% expresa preocupación por su progreso. Este porcentaje aumenta considerablemente entre los padres de estudiantes multilingües (56%) y aquellos con hijos en grados intermedios, como de 5to a 8vo grado (42%).
Otros datos importantes incluyen que solo el 29% de los estudiantes de familias con ingresos bajos ($50K o menos) cursan Álgebra antes del 8vo grado, frente al 44% de los estudiantes de altos ingresos. Los padres latinos (56%) y los de familias con menor nivel educativo (60%) tienen menos probabilidades de afirmar que sus escuelas ofrecen cursos avanzados, como Honores o AP.
Según Jennie Williamson, directora estatal de EdTrust en Massachusetts, «Los resultados de la encuesta subrayan la persistencia de las inequidades sistémicas profundamente arraigadas. Las familias con mayores niveles educativos y de ingresos tienen acceso a recursos y oportunidades que contribuyen al éxito de sus hijos en matemáticas, mientras que las familias desatendidas enfrentan opciones significativamente limitadas». Hay disparidades raciales y socioeconómicas en el acceso a cursos avanzados: apenas el 30% de padres afroamericanos, latinos y asiáticos informan que sus hijos tuvieron acceso a Álgebra I antes del 8vo grado, en comparación con el 43% de padres blancos.
El 33% de los padres busca apoyo adicional en matemáticas fuera de la escuela, siendo la tutoría (45%) el recurso más común.
Si bien los resultados destacan disparidades socioeconómicas, el enfoque exclusivo en el ingreso económico como causa principal subestima factores fundamentales que afectan específicamente a la comunidad inmigrante hispana. Entre ellos, el idioma y las experiencias educativas previas juegan un papel determinante en el éxito académico de los estudiantes.
Por ejemplo, los estudiantes inmigrantes recientes suelen enfrentar una doble barrera: adaptarse a un nuevo idioma mientras lidian con las diferencias en los sistemas educativos. En muchos países de América Latina, las matemáticas se enseñan de manera distinta, con prioridades curriculares que no necesariamente coinciden con las del sistema estadounidense. Estas diferencias pueden influir en la forma en que los estudiantes abordan conceptos clave en matemáticas al llegar al país.
Además, la falta de información culturalmente accesible limita la capacidad de muchas familias hispanas para aprovechar los recursos educativos disponibles. A menudo, los programas y tutorías no están diseñados para ser inclusivos con las familias multilingües, lo que perpetúa las desigualdades.
La encuesta pone de manifiesto una disparidad evidente en el acceso y el rendimiento académico, pero abordar estas diferencias exclusivamente desde el ángulo económico es insuficiente. “Los estudiantes hispanos enfrentan desafíos adicionales que requieren atención urgente. Solo reconociendo estas realidades podrán desarrollarse políticas y estrategias verdaderamente inclusivas que cierren la brecha educativa en Massachusetts” afirmó una madre de un estudiante hispano a El Planeta.