En Estados Unidos, solo un porcentaje relativamente bajo de trabajadores pueden retirarse cómodamente a los 60 años.
Según diversos estudios y estadísticas de entidades como el U.S. Bureau of Labor Statistics (BLS) y el Federal Reserve, solo alrededor del 40% de los estadounidenses pueden jubilarse a los 60 años o antes sin necesidad de seguir trabajando. Sin embargo, muchos no pueden hacerlo por diversas razones.
Las razones para jubilarse después de los 60 años
La principal es la insuficiencia de ahorros para la jubilación debido a diversos factores, como la falta de acceso a planes de ahorro como 401(k), salarios bajos, o el gasto en necesidades inmediatas como la vivienda, la educación y la salud.
Como resultado, no tienen un colchón financiero adecuado para mantenerse sin trabajar durante la jubilación, lo que los obliga a continuar trabajando más allá de los 60 años para asegurar su estabilidad económica.
El endeudamiento, en particular las deudas de tarjetas de crédito o préstamos estudiantiles, es otra razón importante por la que las personas se ven obligadas a seguir trabajando más allá de los 60 años.
¿Plan de retiro? Controla las deudas
Las deudas pendientes pueden consumir una gran parte de sus ingresos, obligándolos a mantenerse en el mercado laboral.
Una de las principales razones por las que estas deudas persisten hasta la vejez es la creciente dependencia de los préstamos para financiar la vida cotidiana, especialmente ante el aumento del costo de vida y la falta de ahorros suficientes para la jubilación.
Los préstamos hipotecarios también juegan un papel importante. A medida que las personas envejecen, muchos siguen pagando hipotecas por sus viviendas, lo que reduce significativamente su capacidad de ahorro. En algunos casos, la falta de liquidez se compensa con el uso de créditos adicionales, lo que aumenta aún más la carga financiera.
El resultado es que, para muchas personas mayores, retirarse es una tarea difícil, ya que las deudas continúan siendo una prioridad. Esto obliga a muchos a retrasar su jubilación, buscar trabajos de medio tiempo o incluso seguir laborando a tiempo completo, a pesar de su edad avanzada.
Por lo tanto, para muchos trabajadores estadounidenses los 70 años se están convirtiendo en la edad promedio a la que sienten que pueden permitirse dejar de trabajar sin comprometer su estabilidad financiera.
Qué dice la ley de discriminación por edad
Las personas de 65 años o más tienen derecho a trabajar tanto como deseen, siempre que puedan cumplir con las condiciones de su puesto y no haya discriminación por su edad.
La Ley de Discriminación por Edad en el Empleo (ADEA, por sus siglas en inglés) prohíbe la discriminación en el empleo por razón de edad, lo que incluye la negación de un trabajo o la terminación de un empleo. No existe un límite de edad en cuanto a la jubilación o la capacidad de seguir trabajando.