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Conoce cómo las várices afectan tu vida y descubre soluciones efectivas

Las várices son mucho más que un problema estético. Estas venas abultadas y torcidas no solo cambian el aspecto de tus piernas, también pueden generar molestias y afectar tu calidad de vida si no las tratas. Detrás de esas venas hinchadas hay señales que tu cuerpo está enviando, y es importante escu

Las várices afectan aproximadamente al 20% de los adultos en Estados Unidos. | Foto: Alina Rossoshanska/Pexels.

Las várices son mucho más que un problema estético. Estas venas abultadas y torcidas no solo cambian el aspecto de tus piernas, también pueden generar molestias y afectar tu calidad de vida si no las tratas. Detrás de esas venas hinchadas hay señales que tu cuerpo está enviando, y es importante escucharlas.

¿Qué son las várices?

Las várices afectan aproximadamente al 20% de los adultos en Estados Unidos, según el Cardiovascular Institute of America. Aparecen principalmente en las piernas debido a la alta presión que soportan las venas en esta área. Las válvulas dañadas en las venas provocan que la sangre fluya hacia atrás, acumulándose y generando venas hinchadas con un aspecto retorcido y de colores azulados o púrpuras.

Estas venas disfuncionales no cumplen con su propósito de transportar sangre eficientemente, algo que puede empeorar con el tiempo si no se toman medidas. Aunque muchos asocian las várices con el envejecimiento, estas pueden aparecer a cualquier edad, incluso en la adolescencia o en los 20 años. Además, los antecedentes familiares, la obesidad, los embarazos o trabajos que exigen estar mucho tiempo de pie aumentan el riesgo de desarrollarlas, como lo indica Cleveland Clinic.

Señales y síntomas que no deberías ignorar

Aunque muchas personas no sienten molestias al principio, los síntomas de las várices pueden progresar y complicar actividades diarias. Según Mayo Clinic, algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor o pesadez en las piernas
  • Hinchazón en tobillos y pies
  • Cambios en la piel, como enrojecimiento o endurecimiento
  • Calambres musculares, especialmente mientras descansas
  • Comezón alrededor de las venas afectadas

Signos críticos de várices, consulta médica urgente

En casos graves, las várices podrían causar úlceras, hemorragias internas o trombosis venosa profunda, una condición peligrosa en la que se forman coágulos en las venas más profundas. Si notas cualquier cambio repentino en tus piernas, como inflamación grave o dolor intenso, ve al médico. La prevención temprana puede marcar una gran diferencia.

¿Cuándo deberías preocuparte?

No todas las várices requieren un tratamiento urgente, pero existen situaciones que justifican atenderlas de inmediato. Si el dolor interfiere con tus actividades normales, notas cambios persistentes en la piel o sientes una presión constante en las piernas, consulta con un médico especializado. Estos problemas, al ignorarse, pueden generar complicaciones como heridas que no cicatrizan, infecciones o sangrados frecuentes.

Por otro lado, tener várices durante mucho tiempo puede llevar al adelgazamiento de la piel, dejándola vulnerable incluso a pequeños roces. Un paciente relató a PeaceHealth que, tras su tratamiento, recuperó su calidad de vida y hasta volvió a disfrutar de actividades como montar bicicleta. Historias como estas demuestran la importancia de abordar estos problemas a tiempo.

Tratamientos disponibles para las várices

Actualmente, existen opciones eficaces y accesibles para tratarlas, desde métodos caseros hasta procedimientos médicos. Según Mayo Clinic, los tratamientos más utilizados varían dependiendo de la severidad de los casos:

  • Medias de compresión: pueden aliviar síntomas al mejorar la circulación mediante presión suave. Funcionan bien para etapas tempranas y para prevenir empeoramientos.
  • Scleroterapia y tratamientos láser: funcionan cerrando las venas afectadas, calentándolas o inyectando soluciones que las cicatrizan. Los especialistas realizan estos procedimientos en consultorios y no requieren hospitalizaciones.
  • Ablación por radiofrecuencia: usa calor para sellar las venas problemáticas. Este método minimiza el dolor postoperatorio y la recuperación usualmente toma solo tres días.
  • Flebectomía ambulatoria: retira las venas superficiales con pequeñas incisiones, dejando apenas cicatrices visibles.

En casos más complejos, la ligadura y el despojo de várices eliminan las venas problemáticas, desviando la sangre hacia venas saludables cercanas.

¿Cuánto cuestan estos tratamientos?

Mayo Clinic menciona que algunas técnicas, como la scleroterapia, podrían no ser cubiertas por aseguradoras cuando los pacientes buscan resultados únicamente estéticos. Es importante revisar con tu proveedor médico qué opciones incluyen tu plan de seguro.

Cambios diarios que ayudan a prevenirlas

No todo tiene que solucionarse con un tratamiento médico. Según Medical News Today, algunos cambios simples en el día a día mejoran la circulación y reducen los síntomas relacionados con las várices:

  • Ejercicio regular: camina, nada o haz yoga para activar los músculos y mejorar la circulación.
  • Eleva tus piernas: esto disminuye la presión en las venas, ayudando a que la sangre fluya mejor.
  • Evita ropa ajustada: usar prendas sueltas y zapatos de tacón bajo favorece una mejor circulación.
  • Reduce el consumo de sal: esto ayuda a evitar la retención de líquidos, que empeora la hinchazón.
  • Además, mantener un peso saludable y consumir alimentos ricos en flavonoides, como frutas cítricas, espinaca y moras, contribuye a fortalecer las venas y evitar empeoramientos.

Las várices no tienen por qué limitar tu estilo de vida. Con el tratamiento adecuado y cambios en tus hábitos diarios, puedes recuperar la confianza en tus piernas y disfrutar de una vida más activa. Recuerda, tu salud vascular es importante; no la descuides.

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