Este artículo de opinión está firmado por un grupo de líderes de diversas industrias, quienes en su mayoría han ocupado puestos de alto rango en educación y desarrollo de la fuerza laboral en los gobiernos local, estatal y federal. Sus nombres se encuentran al final.
Antes de que Massachusetts creara el requisito de graduación del Sistema de Evaluación Global de Massachusetts (MCAS, por sus siglas en inglés) como parte de su Ley de Reforma Educativa de 1993, los estudiantes latinos enfrentaban tasas de graduación, admisiones universitarias y oportunidades de carreras con buenos salarios considerablemente más bajos.
Antes del MCAS, casi una cuarta parte de los estudiantes no llegaban a graduarse. La mitad de esos estudiantes que fracasaban procedían de Boston y de nuestras otras ciudades urbanas con alta concentración de latinos.
Ahora, tres décadas después, Massachusetts ocupa el primer puesto en educación, en parte gracias a nuestros estrictos requisitos de graduación. Aunque los latinos siguen enfrentando desafíos, familias de todo el mundo vienen aquí para matricular a sus hijos en nuestro sistema de clase mundial.
Durante la pandemia de COVID-19 de 2020 a 2022, se suspendieron temporalmente las clases presenciales y las pruebas del MCAS.
Citando el aumento de las tasas de graduación durante ese tiempo, la poderosa Asociación de Maestros de Massachusetts ha promovido una iniciativa electoral denominada “Pregunta #2” que pretende eliminar por completo el requisito del MCAS.
Esta justificación de la iniciativa electoral es engañosa. Ignora la alarmante caída en la competencia que se produjo en los estudiantes durante estos años escolares de pandemia, particularmente para los latinos, que ha puesto de manifiesto desigualdades aún más marcadas. También es probable que los estudiantes latinos sean multilingües, y el MCAS proporciona una herramienta de diagnóstico para determinar si esos estudiantes están siendo atendidos equitativamente.
Durante la pandemia, el 60 por ciento de los estudiantes latinos no alcanzaron el nivel de competencia en matemáticas y el 65 por ciento no alcanzaron el nivel de competencia en ciencias, lo que representa un descenso del 15 por ciento en ambas categorías con respecto a los niveles anteriores a la pandemia.
Si bien el MCAS actual podría beneficiarse de una actualización, sería perjudicial para nuestros estudiantes y nuestra competitividad si eliminamos por completo un modelo estandarizado de competencia académica.
Por estas razones, un grupo de líderes latinos de todo el Estado han firmado una carta abierta instando a los votantes a oponerse firmemente a la eliminación del MCAS votando ‘NO’ en la Pregunta #2 de la Boleta Electoral este 5 de noviembre.
Los defensores de la eliminación del MCAS lo han presentado como un examen único de gran exigencia que pone demasiada presión sobre los estudiantes para graduarse. Sin embargo, como el diario The Globe ha afirmado correctamente en su editorial contra la Pregunta #2, los estudiantes con dificultades pueden repetir el examen varias veces y recibir ayuda intensa hasta que lo consigan. El estado ofrece las secciones de matemáticas y ciencias del MCAS en español.
El MCAS también ofrece adaptaciones para los estudiantes con discapacidades, que pueden incluir asistencia personalizada, prolongación del horario y asistencia tecnológica. Estos recursos fundamentales no deberían eliminarse.
Otro problema evidente de la pregunta #2 es que pretende eliminar el MCAS sin proponer un estándar integral para reemplazarlo. Como escribió nuestro ex secretario de educación Paul Reville en the Globe, “el MCAS debe mejorarse, no eliminarse”.
Este tema no debería discutirse en una votación confusa que está fuertemente financiada por la poderosa MTA (Asociación de Maestros de Massachusetts por sus siglas en inglés); en cambio, se deberían brindar oportunidades de participación comunitaria para que los padres participen reflexivamente en los cambios y actualizaciones necesarios para el examen.
Si se aprueba la pregunta 2, ¿qué sucede con nuestros estudiantes vulnerables que no pasan la prueba? Si el MCAS ya no es obligatorio, ¿recibirán esos estudiantes la ayuda adicional que necesitan o simplemente obtendrán su diploma y se graduarán sin estar preparados para una educación postsecundaria rigurosa?
Esto sería un retroceso a la época anterior a la reforma educativa en Massachusetts, cuando los títulos de secundaria a menudo se consideraban insignificantes. Massachusetts volvería a tener unos requisitos de graduación en secundaria menos rigurosos que estados como Mississippi y Alabama.
Podríamos terminar con un sistema fragmentado, donde los distritos más ricos dispondrían de más recursos para desarrollar sistemas de evaluación completos, mientras que los distritos con escasos fondos y una alta población de estudiantes latinos lucharían por intentar crear y aplicar alternativas eficaces.
Algunos distritos escolares simplemente reducirían sus estándares si se eliminara el requisito del MCAS. Esto exacerbaría las desigualdades educativas existentes, afectando particularmente a los estudiantes latinos de entornos de bajos ingresos y escuelas con recursos insuficientes. Los niños latinos actualmente representan el 30 por ciento de todos los estudiantes en Massachusetts, lo que representa una parte significativa de nuestra futura fuerza laboral basada en habilidades.
Si se elimina el MCAS como requisito para graduarse, el diploma volverá a ser simplemente una medida de participación y una confirmación de asistencia.
No cabe duda de que, el MCAS puede mejorarse y los estudiantes que tienen dificultades con el MCAS (incluidos los estudiantes neurodivergentes y los estudiantes de inglés) deberían recibir ayuda específica. Pero la pregunta de la votación no resuelve ese problema porque simplemente elimina el requisito sin proporcionar una alternativa para medir la capacitación.
Trabajemos juntos para mantener nuestra promesa a los diversos niños de Massachusetts que se detalló hace una generación en nuestra Ley de Reforma Educativa.
La razón por la que Massachusetts ocupa el primer lugar en materia de educación es porque evaluamos, buscamos desigualdades y corregimos los cursos. Al mantener una prueba constante a través del MCAS, no solo promovemos altos estándares, sino que también determinamos dónde se encuentran las desigualdades, de modo que podamos crear un sistema más igualitario para nuestra próxima generación de estudiantes.
Artículo de opinión firmado por:
- Aixa Beauchamp, cofundadora de Latino Equity Fund
- Amanda Fernandez, ex fideicomisaria de la Junta de Educación Primaria y Secundaria de Massachusetts
- Andrea Wolfe, directora ejecutiva de Mass Insight
- Andrew Melendez
- Andrew Rodriguez
- Eneida Roman
- Dr. Evonne S. Alvarez, Ed.D., superintendente de Lynn Public Schools
- Oscar Escobar, director ejecutivo de Blue Nest
- Isis Ortiz
- Jabes Rojas
- Jeffrey Sanchez, ex Representante Estatal
- Josiane Martinez, directora ejecutiva de Archipelago Strategies Group
- Juan Carlos Morales, director ejecutivo de Surfside Capital Advisors
- Lazaro Lopez
- Lucy Pineda, líder comunitaria de Everett
- Mary Skelton Roberts
- Natalia Hilton
- Noemi Custodia-Lara
- Oz Mondejar
- Phyllis Barajas, líder de la organización sin fines de lucro y ex subsecretaria Adjunta del Departamento de Educación de EE. UU.
- Rosalin Acosta, exsecretaria del Labor & Workforce Development
- Sol Carbonell
- Dr. Stephen Zrike, superintendente de Salem Public Schools
- Vanessa Calderon Rosado
- Veronica Conforme, co-directora ejecutiva de Greenhouse E3
- Vivian Iannotti, directora ejecutiva de Stop and Compare
- Yvonne Garcia
- Zamawa Arenas, directora ejecutiva de Flowetik