Un grave incidente en el condado de York, Pensilvania, ha llevado a once personas, incluidos niños, a ser hospitalizadas tras consumir setas silvestres potencialmente mortales.
Entre los afectados se encontraba una familia amish, un hombre, una mujer y nueve niños, que, sin saberlo, recolectaron y comieron estas setas tóxicas.
Los servicios de emergencia acudieron rápidamente y todos los afectados recibieron atención médica en un hospital local. Afortunadamente, fueron dados de alta tras el tratamiento, según confirmó la filial de la NBC WGAL. Las autoridades alertaron sobre los riesgos ligados al consumo de setas silvestres sin conocimiento.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) desaconsejan la ingesta de setas silvestres a menos que las personas tengan conocimientos especializados en micología, el estudio de los hongos. Las intoxicaciones por setas ocurren con frecuencia en todo EE.UU., por lo que la concienciación es primordial.
Los «sombreros de la muerte», conocidos científicamente como Amanita phalloides, son una de las variedades más peligrosas que suelen encontrarse en casos de envenenamiento. Estas setas pueden provocar síntomas graves, como dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, deshidratación e incluso insuficiencia hepática. En situaciones extremas, su consumo puede ser mortal.
Aunque la búsqueda de setas es una tradición muy apreciada por muchos, requiere pericia y precaución.
Las campañas de salud pública insisten en la necesidad de consultar a micólogos profesionales cuando se busquen setas silvestres. Estos especialistas están equipados para distinguir entre las variedades seguras y las mortales, garantizando la seguridad de los buscadores de setas.
Este percance demuestra la necesidad de una mayor concienciación y educación sobre los peligros que pueden ocasionarse el actuar sin conocimiento en la naturaleza.