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¿Es Halloween una celebración diabólica o solo una fiesta para los más pequeños?

Para los católicos la fiesta de Halloween refleja un culto a la brujería, hechicería, magia, satanismo, ocultismos y al espiritismo.

Los católicos no deberían festejar el Día de las Brujas por ser una fiesta del demonio, según afirma la Biblia. El Halloween
Los católicos no deberían festejar el Día de las Brujas por ser una fiesta del demonio, según afirma la Biblia. El Halloween es parte de la cultura anglosajona y muchos de los latinos que viven en Los Estados Unidos han adoptado esta celebración donde los niños y las brujas son los protagonistas principales. Foto de la izquierda: cortesía Myrka Castillo, foto de la derecha cortesía Jehovagni D. Santana. Arte cortesía Jehovagni D. Santana

Según la religión católica la palabra «Halloween» es una deformación de la frase en inglés «All Hallows Eve», que significa «Víspera de Todos los Santos», también conocida como «Noche de Brujas», una fiesta que se celebra el día 31 de octubre en países como Los Estados Unidos, Canadá, Irlanda y el Reino Unido, cuyo origen es celta.

La Biblia «Deuteronomio 18:10-12» dice que los hijos de Dios no deben participar en ninguna celebración que tenga adivinación, hechicería o magia, por consiguiente, se lee en las Santas Escrituras, “los católicos no deben celebrar Halloween”.

Para los católicos la fiesta de Halloween refleja un culto a la brujería, hechicería, magia, satanismo, ocultismos y al espiritismo.

Algunas actividades tradicionales del 31 de octubre son las fiestas de disfraces, la visita de casas encantadas, y ver películas o leer historias de terror. Como tal, difiere en gran medida de la celebración del Día de Todos los Santos y el Día de Muertos, donde el 1 de noviembre se honra a todos los santos de la iglesia que se considera que llegaron al cielo y el 2 de noviembre es un día dedicado a honrar a los seres queridos que han fallecido. Se acostumbra acudir al cementerio en familia y llevar flores a la tumba. “Este es un día muy bello para todos nosotros los católicos”, manifestó Ximena Salazar Rodríguez, miembro de la Comunidad Neocatecumenal, experta conocedora y practicante de la Biblia.

El 2 de noviembre es la festividad católica de Todos los Santos, dedicada a la memoria de los difuntos. Malena, una niña de 6 años visitando la tumba de su abuelo para entregarle un nuevo dibujo que hizo pensando en él, a quien no recuerda porque solo tenía 8 meses cuando falleció, pero en sus pinturas siempre están juntos al lado de su perrita Mocca. En su más reciente obra destaca un corazón partido en dos colores, el rojo que representa el amor y el negro que expresa el duelo que a su corta edad ya carga. Foto: Jeaneth D. Santana

Si bien no es un día festivo en Los Estados Unidos, el Día de Todos los Santos se celebra de manera oficial en muchos países. Por ejemplo, en Francia y Alemania, es un día libre y los negocios están cerrados.

Ximena vivió, en primera instancia, 7 años en Los Estados Unidos, cuando sus dos hijos eran pequeños. Al residir aquí se vio inmersa en la cultura anglosajona del Halloween y lo celebró por muchos años junto a sus niños, pero con disfraces de Barnie o payasito, nunca de brujas, ni monstruos, aseguró.  Por trámites migratorios tuvo que salir del país y radicarse en España, su hogar por 17 años y fue allí donde se convirtió e hizo de su fe su acción de vida, siguiendo el camino de conversión y catequesis. Hace un año regresó a vivir en Los Estados Unidos y está batallando contra el Halloween, pues el esposo de su hija como americano que es le gusta celebrarlo y como pronto serán padres y ella abuela de una niña, ha comenzado a evangelizarlos para que su nieta crezca alejada del Halloween y a quien afirma le inculcará sus principios católicos mientras le sea posible.

A pocos días de la celebración de Halloween el Papa Francisco recuerda que “el diablo no es un mito, existe, cada día es una lucha constante contra Satanás y contra las insidias del demonio”, aseveró el Pontífice. Pero, la celebración de la Fiesta de Halloween, tal como la conocemos hoy, no tienen nada que ver con una fiesta católica, se puede pensar que es una fiesta inofensiva porque los niños se disfrazan, se divierten, comen dulces y pasan un momento diferente, “algo agradable” que, en teoría, no le hace ningún mal a nadie.

Algunas actividades tradicionales del 31 de octubre son las fiestas de disfraces, la visita de casas encantadas, y ver películas o leer historias de terror. Salem, ubicada a 15 millas de Boston es conocida como la Ciudad de las Brujas debido a los juicios que tuvieron lugar entre los años 1692 y 1693 para castigar delitos de brujería. En la actualidad Salem recibe más de un millón de visitantes al año, que provienen de todo el mundo. Foto: Cortesía Jehovagni D. Santana

“El Halloween es la fiesta del demonio porque él aprovecha la inocencia de la fiesta de los niños y se mete sutilmente porque quiere ser un dios, que lo adoren, por ejemplo, existen rituales, yo tengo un gato negro en mi casa y llega el 31 de octubre y no lo dejo que ni se asome a la ventana como alerta ante la posibilidad que cualquier persona pase y se me lleve el gato para matarlo y entregarlo como un ritual de adoración a Satanás”, indicó Salazar Rodríguez.

Para conocer el origen de Halloween debemos remontarnos a la cultura de los pueblos celtas de Europa, en la que el 31 de octubre de cada año, celebraban el fin del verano y el comienzo de un nuevo ciclo anual con una fiesta llamada Samhain, un día que estaba lleno de supersticiones, incluida la creencia de que los muertos vagaban en busca de cuerpos humanos que incorporar, además, dicen los historiadores que en estas festividades se sacrificaban animales, se hacían bailes y utilizaban disfraces con pieles y cabezas de animales. Es así como se comenzó a celebrar la «víspera de Todos los Santos», que en inglés es «All Hallows Eve», de donde procede el nombre de «Halloween».

Durante siglos, esta tradición se convirtió en lo que hoy conocemos a nivel mundial como «trick or treat» o «dulce o truco», que es ampliamente vinculado al Halloween, por lo que los niños van de puerta en puerta pidiendo caramelos a cambio de abstenerse de hacer travesuras.

Angélica Borrayo vive en Los Estados Unidos desde hace más de 30 años y dejó Guatemala para darles, desde acá, mejor vida a los que dejó allá, afirmó. Ya en Waltham, ciudad donde vive junto a su hermano, cuñada y dos sobrinos, a quienes ayuda a criar desde que nacieron, ha luchado por inculcarle a los niños su convicción de que Halloween es una festividad del demonio. “Esta fiesta no es buena, ni mental, ni espiritual, me desagrada saber que uno le está siendo fiel al diablo, no me gusta ni siquiera nombrarlo, nos está haciendo daño porque le dejamos la puerta abierta para que haga y deshaga del ser humano, nos está destruyendo, sino mire lo que está pasando en el mundo”, expresó.

Kelly, acabó de cumplir 18 años y Joshua 7, ambos nacieron en Boston y son los sobrinos de Angélica Borrayo (centro), quienes desde pequeños se acostumbraron a dejar de lado los disfraces, los caramelos y el tradicional «trick or treat». Foto: Cortesía Jehovagni D. Santana

Borrayo hace énfasis en la mente frágil y vulnerable de los niños, sostiene que los disfraces no son malos siempre y cuando se los utilice en otras ocasiones, no el 31 de octubre. “Los niños no saben lo que se está celebrando en sí, mientras que el adulto si, entonces estamos manipulando la mente de los más pequeños inculcándoles valores demoniacos”, manifestó.

Entonces, cómo se puede criar a un niño en Los Estados Unidos y evitar que celebre Halloween, tomando en cuenta que esta es una fiesta de la cultura americana. Kelly, acabó de cumplir 18 años y Joshua 7, ambos nacieron en Boston y son los sobrinos de Angélica, quienes desde pequeños se acostumbraron a dejar de lado los disfraces, los caramelos y el tradicional «trick or treat». “La manera que hemos evitado que los niños no celebren Halloween es no mandarlos a la escuela ese día y en la noche del 31 de octubre nos reunimos en la casa, vemos programas, comemos, ellos ni se dan cuenta lo que está pasando a su alrededor porque ni ponemos dulces afuera ni adornamos la casa”, expresó Angélica Borrayo, quien asegura que sus sobrinos saben que Halloween no es bueno y que “con Dios todas las bendiciones, pero con el enemigo -el diablo- nada. En Guatemala no se celebra el Halloween, hemos querido mantener nuestras raíces y cultura de infancia, sólo celebramos el Día de los Muertos”.

Michelle García es residente de Lawrence, sus padres llegaron desde Ecuador hace 33 años, ella al nacer aquí creció bajo la influencia de la cultura americana y desde pequeña ha celebrado el Halloween. En la actualidad lo festeja con su hija Amber de 12 años. Parecería contradictorio que Michelle festeje el 31 de octubre por el hecho de que su niña estudia en una escuela católica, pero afirma que son dos cosas diferentes, una es la fe católica y otra cosa es vestirse con un disfraz y disfrutar del día.  “Mi hija conoce las diferencias entre las tradiciones inocentes de Halloween como disfrazarse, recoger caramelos y compartir con sus amigas y lo malo como es la ouiga o tabla de espiritismo, haunted house o casas embrujadas, nunca vemos películas que tienen significado diabólico como El Exorcista, esto yo nunca lo permito en nuestra casa, nos mantenemos lo más lejos posible de la parte oscura del Halloween porque Dios está primero, luego la familia, los amigos y la comunidad, mi hija sabe esto porque desde pequeña se lo he enseñado. Halloween puede ser bueno o malo todo depende cómo crías a tus hijos enseñándoles y protegiéndolos”, manifestó al indicar que quiere que su hija tenga sus propias memorias.

María de Los Ángeles llegó desde Guayaquil, Ecuador a visitar Salem para disfrutar de los mounstros y las brujas que merodean la ciudad. A muchos seguidores del Halloween les gusta realizar la ouiga «tabla de espiritismo» y visitar las haunted house o casas embrujadas.Foto, Arte y diseño: Cortesía Jehovagni D. Santana

Andrea Vega, es de El Salvador, vive en Brighton desde hace 10 años, tiene dos hijos que nacieron en Boston, de 5 y 7 años. Recuerda que en su infancia nunca celebró el Día de Las Brujas, ni se disfrazaba, mucho menos comía caramelos o hacía algún ritual especial por el Halloween. “Cada 2 de noviembre iba junto a su mamá al cementerio para visitar a mi hermanita y a mis abuelos, le llevábamos flores, limpiábamos las tumbas y la hacíamos pintar”, comentó. Pero, asegura que al tener dos niños pequeños y ver tanta variedad de disfraces y caramelos que se ofertan en el mercado, en la actualidad el Halloween forma parte de su vida. “Yo no le veo nada malo al Halloween porque lo que yo hago es disfrazar a mis niños el 31 de octubre y salir a recoger caramelos a lo largo de la Washington Street en Brighton”, aseveró al concluir diciendo que cada persona es libre de optar una posición enmarcada en sus principios católicos como hijos de Dios o no.

Pero es tanta la influencia que reciben los niños y los jóvenes a través de las redes sociales, televisión y cine para celebrar el Halloween, que en ocasiones es casi imposible luchar contra esa vorágine mediática. El @padre Yoni, Yobani Enrique, con casi 200 mil seguidores en TikTok, evangeliza con divertidos videos y reflexiones profundas, donde insta a los católicos a celebrar All Hallows Eve, Día de la Santidad y dejar de lado al Día de las Brujas. “El 31 de octubre acostumbramos a ver en los centros comerciales e incluso en algunas casas decoraciones que tienen que ver con brujas, murciélagos y calabazas, esto no es cristiano, esta fiesta es pagana que se originó en la cultura celta, todo esto atrae el mal”, afirmó el sacerdote, quien continúa reflexionado y asegura que nosotros debemos revestirnos de las obras de la luz y no de las tinieblas. “No celebremos Halloween, Día de las Brujas, celebremos All Hallows Eve, la santidad vence porque Dios ha creado todo lo bueno, recordemos aquella enseñanza de la tercera carta de San Juan, capítulo 1, versículo 11 que dice «hijitos míos no imite lo malo sino lo bueno, el que hace lo bueno es de Dios, el que hace lo malo no ha conocido a Dios»”, concluyó el padre Yoni.

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