El Boston Symphony Orchestra (BSO, por sus siglas en inglés) nombró a la violinista Rachel Arcega Orth, al violonchelista Maximiliano Oppeltz y al violista Yuri Hughes como beneficiarios de la beca para músicos que inician su carrera del programa BSO Resident Fellowship.
«Es en nuestro mejor interés, no solo aquí en la BSO, sino en la comunidad de música clásica en general, garantizar que las futuras generaciones de músicos tengan oportunidades de desarrollar una práctica artística y profesional satisfactoria, sin importar su origen», explicó Chad Smith, presidente y CEO de BSO.
Superando barreras para acceder al mundo de la música clásica
La beca con el programa Resident Fellows fue lanzada a principios de la temporada 2022-2023 y apoya a los músicos de cuerda de comunidades históricamente subrepresentados a través de nombramientos remunerados con Boston Symphony Orchestra.
Los miembros actúan en el Symphony Hall, Tanglewood, Carnegie Hall y en giras nacionales e internacionales tanto con la BSO como con la Boston Pops. Además de un salario anual, beneficios de salud y alojamiento, los becarios reciben compensaciones para lecciones privadas, viajes de audición y entrenamiento especializado para audiciones.
Comenzando en Venezuela y siguiendo un sueño en Boston
El músico venezolano, Maximiliano Oppeltz, comenzó a tocar el violonchelo a los cuatro años en El Sistema, Caracas, Venezuela. Como parte de este prestigioso programa, tuvo la oportunidad de aprender de grandes maestros como Natalia Gutman y Phillipe Muller.
En 2014, se mudó a Estados Unidos para estudiar en Juilliard School bajo la guía de Richard Aaron. Posteriormente, continuó su formación en University of Denver y el Conservatorio de Cincinnati, tocando con las orquestas sinfónicas de Cincinnati y Baltimore. Actualmente, es miembro de la Orquesta Sinfónica de Nueva Jersey y se unirá al Boston Symphony Orchestra este otoño como el segundo grupo del programa de becas.
«El Boston Symphony Orchestra siempre ha tenido un lugar especial, casi legendario, en mi corazón. Desde que crecí escuchando sus grabaciones, siempre he creído que es una de las pocas orquestas en el mundo que ha mantenido un sentido de tradición y un deseo de actuar siempre al más alto nivel. Poder unirme a la BSO… ¡Es un sueño hecho realidad!”, compartió Oppeltz.
Según el BSO, esta beca remunerada se centra en el desarrollo profesional con mentoría brindando una posición de un año como músico en el Boston Symphony Orchestra.
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