La confianza económica entre los consumidores estadounidenses disminuyó notablemente, y el optimismo sobre la economía alcanzó su punto más bajo en seis meses.
Según la última investigación de la encuesta a los consumidores de la Universidad de Michigan este viernes, existe una creciente preocupación por la inflación y su impacto en la seguridad financiera futura.
La encuesta a los consumidores de la Universidad de Michigan, un barómetro clave observado por el gobierno del presidente Joe Biden, representa una caída del 13% en la confianza de los consumidores desde abril, desplomándose hasta el 67.4%.
Inquietud entre los consumidores
Esta caída sustancial, la más importante desde mediados de 2021, indica una mayor sensación de preocupación entre las familias estadounidenses.
Aunque las tasas de inflación son actualmente inferiores a las del año pasado –se sitúan en el 3.5% frente al 4%-, la tendencia creciente del aumento de los precios crea inquietud ante posibles ajustes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
A la preocupación se suma la previsión de la inflación para el próximo año, que saltó al 3.5% desde el 3.2% de abril. Esto es preocupante, ya que se aleja aún más del objetivo del 2% de la Reserva Federal, lo que intensifica los temores de que continúen las presiones inflacionistas.
Además, la expectativa de inflación a largo plazo también aumentó hasta el 3.1%, lo que sugiere un horizonte económico difícil por delante.
Posibles subidas de precio en un futuro
Estas previsiones de inflación no sólo repercuten en los sentimientos de los consumidores, sino que también afectan a las estrategias de fijación de precios de las empresas, lo que probablemente dará lugar a continuas subidas de precios.
Este pesimismo económico general no se debe únicamente a la preocupación por la inflación. Joanne Hsu, directora de Encuestas de Consumidores de la universidad, identifica factores adicionales como el aumento de las tasas de desempleo como causas del estado de ánimo sombrío.
Bill Adams, economista jefe del Comerica Bank, señala varios factores que contribuyen a este empeoramiento, como las repercusiones de la gripe aviar en los precios de los alimentos, las tensiones geopolíticas y las fluctuaciones del mercado bursátil.
¿Representa un problema para el futuro?
Otros expertos financieros se hacen eco de estos sentimientos. Jeffrey Roach, economista jefe de LPL Financial, señala que la incierta trayectoria futura de la inflación podría restringir el gasto de los consumidores a corto plazo, lo que podría desembocar en estanflación, una situación en la que la inflación aumenta mientras el crecimiento económico se ralentiza.
No obstante, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sigue centrado en mantener una senda económica equilibrada.
Las perspectivas se complican aún más por las expectativas sobre el coste de la vivienda. Como se espera que suban los tipos hipotecarios, muchos posibles compradores de vivienda están retrasando sus adquisiciones.
Este reto se ve exacerbado por los elevados precios de los alquileres, que siguen superando los aumentos salariales, lo que supone una presión financiera adicional para los consumidores. Esta tensión se hace evidente en el aumento de la morosidad en los préstamos para automóviles, las deudas de tarjetas de crédito y los pagos de alquiler.