En el verano de 1987 en Boyle Heights, Los Angeles, una joven llamada Ana sueña con volar alto, con ser periodista en Nueva York, lejos del techo protector de sus padres inmigrantes. Su historia, contada en el musical Real Women Have Curves, resuena profundamente en mí, Rosanna Marinelli, una actual periodista que dejó su natal Venezuela para perseguir un sueño similar en Boston en la industria del periodismo.
Real Women Have Curves es más que un musical y mucho más que la traducción exacta de «las Mujeres Reales Tienen Curvas»; es un espejo de las vidas de tantas mujeres inmigrantes, mujeres con familias inmigrantes, mujeres con amigos inmigrantes o con familias inmigrantes, mujeres que hablan solo un idioma, mujeres que hablan más de un idioma, mujeres emprendedoras, mujeres que trabajan en negocios pequeños, mujeres que trabajan en corporaciones, mujeres con poder, mujeres que desean tener más poder, mujeres que viven «el sueño americano», mujeres que persiguen «el sueño americano», mujeres que no creen en «el sueño americano», mujeres que aceptan su cuerpo, mujeres que buscan aceptar su cuerpo… entre otras muchas mujeres. Hasta me atrevería a decir mujeres como tu y mujeres como yo.
Josefina López, la dramaturga, escribió esta obra a los dieciocho años, reflejando los dilemas de la identidad, la inmigración y la aceptación del propio cuerpo. Aunque la obra está ambientada en 1987, sus temas son sorprendentemente actuales con una pregunta universal de la historia de Josefina: “¿Qué nos debemos a nosotros mismos versus qué le debemos a nuestras familias?”
En la parte de inmigración, como Ana y como muchas otras mujeres, nos hemos enfrentado a la dualidad de cumplir nuestros sueños y honrar los sacrificios de nuestras familias. Yo por ejemplo, soy la primera generación tanto de parte de mi madre como de mi padre en haber cursado mis estudios de universidad fuera de Venezuela. Es decir, que el haber tenido esta oportunidad gracias a ellos requiere de de salir adelante y llevarlos adelante también.
Para no dar muchos «spoilers» la letra de una de las canciones principales del musical, que dice «♪ Volando lejos, el viento de mi lado, arriesgándome ♪», habla de tomar oportunidades. Esta melodía la percibo como la respuesta a esa pregunta universal de la escritora, junto con esta parte de la canción: «♪ Tal vez mis sueños no tendrían que ser pequeños, si encuentro una manera de ponerlos de mi lado♪».
Aunque ahora tendrás que ver el musical para quitarte esa curiosidad de saber más y responder acorde a tu percepción, yo te tengo una respuesta según mi perspectiva del musical. “¿Qué nos debemos a nosotros mismos versus qué le debemos a nuestras familias? Nos debemos volar lejos arriesgándonos a soñar en grande pero encontrando nuestras propias maneras de hacerlos realidad que al mismo tiempo honraría a nuestras familias». Y según la escritora Lisa Loomer la respuesta es algo similar: «Nuestra heroína, Ana, dice que ser hija de inmigrantes ‘es como nacer endeudado’. Lo que aprende es que, sí, le debemos mucho a las personas sobre cuyos hombros nos apoyamos… Pero no se trata sólo de pagarles una deuda, sino de verlos y celebrarlos. ¡Este espectáculo es una celebración!»
En la parte de identidad en la obra, la madre de Ana le recuerda todo el tiempo que el inmigrante en Estados Unidos nunca será parte de «ellos» y a ellos se refiere a los «gringos». Ana al ser hija de inmigrantes pero ciudadana americana, al hablar en español en casa pero en inglés fuera de casa y al vivir como inmigrante pero tener oportunidades como americana se encuentra en una batalla de identidad. Resalto esto porque escucho que muchos se encuentran en la misma situación o en realidades similares. En mi caso, me relaciono con esto porque al llegar a Boston y empezar mis estudios acá, mi mayor temor era no lograr ser periodista en EE. UU. debido a mi acento. Pero, con el tiempo, mi perspectiva cambió como ha cambiado este país. He visto más periodistas de color y emigrantes en los medios. Como dijo la escritora Loomer en su nota sobre el musical «para mí, estamos en un momento en el que las mujeres de color y las inmigrantes realmente están llegando al poder». Entendí que y entendí que mi «sueño americano» no era imitar a otros periodistas, sino ser una voz única que resaltara historias únicas como las de las comunidades diversas.
Nuevamente lo menciono, ahora tendrás que ver el musical para poder saber como el personaje de Ana luchó contra esa batalla de identidad.
Real Women Have Curves es una oda a la resiliente trayectoria de la mujer inmigrante, que debe navegar curvas y obstáculos. Este musical, con su poderosa mezcla de trabajo, risas, canto y baile, es una celebración de esa fuerza y alegría. Cada escena, cada nota, refleja mi propia historia y la de muchas otras: una historia de desafíos, adaptación y triunfo.
Si también quieres disfrutar un poco de nuestra bella y graciosa cultura (me refiero a graciosa porque los personajes reflejan escenas de «sesiones de chismes tipo novelas» mientras trabajan) el musical tendrá funciones hasta el domingo 21 de enero del 2024 en el Loeb Drama Center en Harvard Square, Cambridge.