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La Ley de Reducción de la Inflación es una oportunidad para transformar la salud de las familias latinas

Ha transcurrido más de un año desde la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), la legislación climática más grande en la historia de los Estados Unidos. Con una inversión masiva en empleos verdes y energía limpia, los estados han sido incentivados para reducir la contaminación del a

Foto: Pixabay.
Foto: Pixabay.

Por Mercedes McKinley / Coordinadora estatal de EcoMadres -Moms Clean Air Force Nevada

Ha transcurrido más de un año desde la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), la legislación climática más grande en la historia de los Estados Unidos. Con una inversión masiva en empleos verdes y energía limpia, los estados han sido incentivados para reducir la contaminación del aire e invertir en transporte público sostenible.

Por consiguiente, es crucial que los gobiernos estatales aprovechen la  IRA, dada la afectación desproporcionada de la contaminación del aire en familias latinas y otras comunidades desfavorecidas. Esta es una oportunidad para asegurar justicia ambiental para aquellos expuestos al smog y al aire peligroso.

Esto lo he vivido. Mi familia huyó de la guerra civil en El Salvador a mediados de la década de 1980, se estableció en el norte y el este de Las Vegas. Estos vecindarios tienen las tasas de asma más altas de la ciudad, gracias al tráfico intenso y al smog. Nuestra primera casa quedaba a una cuadra de la autopista I-15, donde estábamos constantemente expuestos al humo proveniente de los motores. Nunca olvidaré la suciedad acumulada que salía al cambiar el filtro de aire de mi casa.

Mi padre trabajó duro, arreglaba televisores y radios, no fumaba desde 1994, y aún así sufría frecuentes problemas respiratorios. Durante la pandemia de COVID-19, él y yo, que estaba embarazada, nos enfermamos. Ambos nos preocupamos ya que el barrio donde vivíamos tuvo las tasas más altas de transmisión y muerte por COVID-19 de Nevada.

De acuerdo al Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés), ni la contaminación ni el COVID-19 son asesinos equitativos: las personas más afectadas son aquellas de comunidades de bajos ingresos y minorías étnicas. Mi padre finalmente falleció luego de luchar dos meses contra el virus, dos días antes de que naciera mi hija. De alguna forma, su último aliento fue el primero de mi hija.

Otro recordatorio devastador de que respirar aire contaminado impacta la salud fue el recurrente cáncer de seno de mi madre. Las investigaciones han demostrado la relación entre la salud de las mujeres y la contaminación del aire, así como los mayores riesgos de desarrollar demencia (mi madre recibió un diagnóstico relacionado a principios de este año).

Estas experiencias intensificaron mis temores sobre qué tipo de aire respiraría mi hija en el futuro. Pero también me ha impulsado a hacer todo lo que puedo para reparar y restaurar mi comunidad. Como activista ambiental, celebro los avances de la Ley de Reducción de la Inflación. . Esta ley otorga créditos fiscales a las familias que invierten en vehículos eléctricos y paneles solares. Esto podría ser un cambio transformador para las familias latinas en Nevada, donde las facturas de energía aumentaron en $70 tras un verano de calor récord, añadiendo presión a las familias con gastos de alquiler, alimentos y salud.

La ley IRA ha creado más de 35,000 empleos para las comunidades latinas en los Estados Unidos y puede transformar aún más vidas creando un futuro verde. Pero este escenario depende de la implementación de la ley por parte de los gobiernos estatales y municipales con programas específicos, cronogramas para fondos e inversión estratégica de los dólares federales. No hacerlo sería desaprovechar la oportunidad de abordar el racismo ambiental que afecta a los latinos y otras minorías.

A través de mi trabajo como activista por la justicia ambiental, he visto como mi comunidad latina continúa siendo injustamente impactada por el calentamiento de nuestro planeta, la mala calidad del aire, y la falta de inversión en infraestructura. Las desigualdades generalizadas significan que muchos de nosotros carecemos de acceso a árboles, parques y sombra que puedan refrescar a una de las ciudades que se está calentando más rápido en el país, Las Vegas. En mi código postal, no había ningún lugar donde una niña como yo pudiera ir para encontrar un alivio de las temperaturas de tres dígitos y el aire sucio. Ésta es una realidad que sigue siendo demasiado común.

Todas las familias merecen vivir en un ambiente saludable y seguro. Es vital maximizar el impacto de la ley IRA sin demora. Nuestros líderes estatales y municipales deben aprovechar estas oportunidades para proteger el futuro de nuestros hijos y sanar nuestro planeta.

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