En un intento por combatir las crecientes tasas de enfermedades crónicas en Estados Unidos, la Asociación Americana del Corazón (AHA) llamó la atención sobre una afección médica emergente denominada síndrome cardiovascular-renal-metabólico, o síndrome CKM.
Esta afección recientemente reconocida pone de relieve la conexión existente entre la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas y renales, cada vez más extendidas entre los estadounidenses de todas las edades.
Según un aviso publicado el lunes por la AHA, la identificación del síndrome CKM es una medida proactiva para fomentar la detección y el tratamiento precoces, lo que podría salvar a quienes están a punto de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
“Reducir el número de personas que progresan hacia enfermedades cardíacas es nuestro objetivo principal”, declaró Chiadi E. Ndumele, autor principal del aviso y director de investigación sobre obesidad y cardiometabolismo de la Universidad Johns Hopkins.
El reconocimiento del síndrome CKM marca un cambio importante en el panorama médico. Hace hincapié en las graves consecuencias para la salud derivadas de los efectos combinados de afecciones como la obesidad, la diabetes y las enfermedades renales, que aceleran la aparición de cardiopatías.
Las afecciones del síndrome CKM
El síndrome CKM engloba los efectos nocivos de los factores de riesgo metabólicos, como la grasa abdominal, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y la hiperglucemia, en nuestros órganos vitales.
En apoyo de este enfoque innovador, Pam R. Taub, cardióloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego, explicó el concepto de “diafonía orgánica”.
Se refiere a la compleja interacción entre distintos órganos del cuerpo. Por ejemplo, la enfermedad renal precoz, un componente del síndrome CKM, puede identificarse mediante un simple análisis de orina. La detección precoz, combinada con un tratamiento adecuado, puede evitar la progresión a enfermedad renal crónica.
Afortunadamente, la progresión del síndrome CKM puede detenerse o incluso invertirse.
Ndumele reveló que los cambios significativos en el estilo de vida y la pérdida de peso han provocado una regresión en varios de sus pacientes diagnosticados de síndrome CKM.
Las preocupaciones
Con un plan de cuatro etapas desarrollado por el equipo de Ndumele, los médicos pueden identificar a los pacientes de riesgo e intervenir en etapas cruciales, desde la etapa 0 (sin factores de riesgo) hasta la etapa 4 (enfermedad cardiaca diagnosticada, exceso de grasa corporal, factores de riesgo metabólico o enfermedad renal).
Howard Weintraub, director clínico del NYU Langone Heart, expresó su preocupación por la asequibilidad de los nuevos fármacos, sobre todo para los pacientes en las primeras fases del síndrome NCM, ya que las compañías de seguros pueden resistirse a cubrir los costes.
Sugirió que los médicos deberían «mirar a un objetivo mayor» y motivar a los pacientes para que reconozcan la obesidad como un riesgo para la salud y participen activamente en las medidas preventivas.
“Necesitamos mantener a los jóvenes estadounidenses en un peso saludable y no permitir que sus arterias se conviertan en tuberías de plomo cuando lleguen a los 30 años”, recomendó Weintraub en entrevista con NBC News.