ir al contenido

Otorgan Premio Nobel de Medicina a dos creadores de vacunas contra el COVID-19, uno de ellos es de Massachusetts

El Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2023 fue otorgado conjuntamente a Katalin Kariko y Drew Weissman. | Foto: EFE/EPA/JESSICA GOW

El Premio Nobel de Medicina fue concedido este lunes a dos investigadores pioneros, cuya labor innovadora en el desarrollo de vacunas de ARNm ha sido decisiva en la batalla mundial contra el COVID-19.

Katalin Karikó, profesora húngara de la Universidad de Sagan, y Drew Weissman, de la Universidad de Pensilvania, recibieron el prestigioso galardón por su investigación transformadora, que ha revolucionado nuestra comprensión de la interacción del ARNm con el sistema inmunitario.

Weissman nació en el seno de una familia judía en Lexington, Massachusetts. En 1981 obtuvo una licenciatura y un máster combinados en Bioquímica y Enzimología​ en la Universidad de Brandeis en 1981. En 1987 obtuvo un doctorado y un máster combinados en Inmunología y Microbiología en la Universidad de Boston. Tras completar su residencia en 1990 en el Hospital Beth Israel, en Boston, trabajó en los Institutos Nacionales de Salud, y en 1993 fue becario principal de Anthony Fauci​ en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.

Desde 1997, Weissman está vinculado a la Universidad de Pensilvania, donde se desempeña como profesor de medicina en la Escuela de Medicina Perelman. Su grupo de investigación se centra, entre otras cosas, en la importancia del ARN para el desarrollo de vacunas y la terapia génica y en la antigenicidad del VIH.

“Los galardonados contribuyeron a un ritmo sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos”, expresó el panel del Premio Nobel de Medicina.

Al recibir la noticia con sorpresa y alegría, Karikó destacó que las vacunas de ARNm se estaban estudiando para otras enfermedades, como el Zika, la gripe y la rabia, incluso antes del brote de COVID-19.

“Ya había ensayos clínicos antes del COVID, pero la gente no estaba al tanto”, comentó.

Sin embargo, la acuciante necesidad generada por la pandemia lanzó esta técnica vanguardista a la palestra.

Un estudio digno del Premio Nobel de Medicina

A diferencia de los métodos tradicionales de producción de vacunas, que requieren el cultivo y purificación de virus, la tecnología del ARNm aprovecha un minúsculo fragmento de código genético para incitar al organismo a generar proteínas.

De este modo, el organismo se transforma en una miniunidad de producción de vacunas, lo que supone un cambio revolucionario en las prácticas de inmunización.

Últimas Noticias