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La Marcha sobre Washington: Nos manifestamos con una voz común

El 28 de agosto de 1963, el reverendo Dr. Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso «Tengo un sueño» ante más de 250,000 seguidores reunidos en el National Mall.

Martin Luther King III, Arndrea Waters King y Yolanda Renee King, incansables en su labor por continuar el legado del Dr. Kin
Martin Luther King III, Arndrea Waters King y Yolanda Renee King, incansables en su labor por continuar el legado del Dr. King, junto a Jonathan Greenblatt, director ejecutivo de la ADL, durante la Marcha sobre Washington 60. (Cortesía ADL).

Por Jonathan A. Greenblatt

El 28 de agosto de 1963, el reverendo Dr. Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso «Tengo un sueño» ante más de 250,000 seguidores reunidos en el National Mall.

Ese día, el rabino Joachim Prinz, sobreviviente de la Alemania nazi, habló justo antes que el Dr. King y recordó al público que «el problema más urgente, más deshonroso, más vergonzoso y más trágico es el silencio».

A principios del siglo XX, a pesar de la enorme diferencia en sus experiencias estadounidenses, las comunidades judía y negra enfrentaron la violencia, la discriminación, el ostracismo y los estereotipos basados en la identidad. El racismo y el antisemitismo estaban muy extendidos.

En abril de 1958, se colocaron 54 cartuchos de dinamita en el exterior del templo Beth-El de Birmingham, Alabama, en un intento fallido de atentado con bomba, solo unos años antes de que el atentado contra la iglesia bautista de la calle 16 de esa misma ciudad acabara con la vida de cuatro niñas. En 1964, los voluntarios judíos y afroamericanos Chaney, Goodman y Schwerner fueron asesinados por miembros del Ku Klux Klan.

Aunque ha habido enormes avances, pues desde entonces se han promulgado leyes de derechos civiles y al voto, y se han ampliado las protecciones contra la discriminación, los últimos acontecimientos han amenazado con hacer retroceder el reloj de ese progreso.

Hemos sido testigos del racismo y el antisemitismo desencadenados en el mitin de supremacistas blancos de Charlottesville, de la violencia de los supremacistas blancos contra la comunidad afroamericana en un ataque por motivos raciales en Buffalo, y de tiroteos motivados por el odio en iglesias y sinagogas —desde el asesinato de nueve fieles en la iglesia Mother Emanual AME de Charleston hasta la matanza de 11 judíos en la sinagoga Tree of Life de Pittsburgh. También está el flagelo de la violencia y la brutalidad policial contra los negros —desde George Floyd hasta Breonna Taylor y Daunte Wright.

El informe anual del FBI sobre delitos de odio revela sistemáticamente que los delitos motivados por el odio contra los negros constituyen la mayoría de los incidentes de odio racial —y la mayor parte de los delitos motivados por el odio en general— y que los delitos motivados por el odio contra los judíos representan más de la mitad de todos los delitos motivados por el odio religioso, a pesar de que los judíos estadounidenses representan un escaso 2% de la población del país.

Líderes de los derechos civiles en Estados Unidos, incluyendo los descendientes de Martin Luther King Jr., marcharon unidos en solidaridad en el 60mo. aniversario de la Marcha sobre Washington, el sábado 26 de agosto de 2023. (Cortesía ADL)

Desde nuestra fundación en 1913, la Liga Antidifamación (ADL) ha creído que no se puede luchar contra el antisemitismo sin oponerse al racismo y el odio contra otros grupos. Ninguna de nuestras comunidades estará segura hasta que todos estemos seguros. Nadie será libre a menos que todos seamos libres.

El sábado pasado, destacados líderes afroamericanos y de derechos civiles volvimos a reunirnos en Washington D.C. para conmemorar el sexagésimo aniversario de aquella marcha. Como director general de la ADL, me siento profundamente honrado de haber copresidido este importante acontecimiento. Como judío cuya familia huyó de la persecución en Europa y el Medio Oriente, no podría estar más orgulloso de haberme dirigido a esta reunión desde las escaleras del Lincoln Memorial, un símbolo de la larga y continua lucha por la libertad en Estados Unidos. De hecho, este acto no pretendió ser una conmemoración de acontecimientos anteriores sino, más bien, una continuación de la labor del Dr. King y de la permanente búsqueda para cumplir su sueño.

La comunidad judía estuvo presente en solidaridad con nuestros aliados y socios afroamericanos. No solamente por razones históricas, sino por la lucha común a la que nos enfrentamos juntos en los cada vez más divididos Estados Unidos de hoy. Consagramos el Shabat rezando por la mañana y marchando por la tarde, esencialmente rezando con nuestras piernas y cerrando filas como uno.

Las comunidades judía y negra hemos tenido nuestras diferencias a lo largo de los años, pero tenemos claros puntos en común en la lucha contra la supremacía blanca, el racismo y el antisemitismo. Tenemos historias diferentes, pero indudables traumas. Tenemos historias diferentes, pero valores compartidos. Y los judíos afroamericanos viven la encrucijada de esas historias y relatos. La Marcha sobre Washington fue una oportunidad para ampliar la conciencia sobre la increíble diversidad de nuestras comunidades, para resaltar los valores comunes que compartimos y para discutir el impacto que el antisemitismo y otras formas de prejuicio siguen teniendo sobre todos nosotros.

Juntos, exigimos un programa audaz de justicia y poner fin a todas las formas de intolerancia incluyendo políticas más firmes para combatir, reducir y abordar los delitos de odio; la protección del derecho al voto para garantizar que todos tengan acceso a las herramientas básicas de nuestra democracia; y políticas que garanticen que la promesa de prosperidad económica y el sueño americano puedan ser alcanzados por todos.

Demostramos a todo el país que el silencio no es una opción. Un cambio poderoso y transformador puede producirse cuando nuestras comunidades se unen. Y, para invocar al Dr. King en ese día histórico, «Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de nuestra democracia… Ahora es el momento de hacer realidad la justicia para todos los hijos de Dios». Ahora es el momento de hacer realidad el sueño del Dr. King.

Jonathan Greenblatt es Director Ejecutivo y Director Nacional de la Liga Antidifamación (ADL). Esta columna fue publicada originalmente en inglés en la revista TIME.

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