La enorme obra de madera, una creación del escultor danés Thomas Dambo, cierra temporalmente debido a la sobrecarga de tráfico en la zona
En los últimos días Vermont ha atraído a una inesperada oleada de turistas. ¿La atracción? Un gigantesco trol de madera, apodado “Lost Finn”, obra del mundialmente reconocido escultor danés Thomas Dambo. Sin embargo, el encanto de la ciudad, unido a la fascinación por el gigante de madera, provocó un caos de tráfico que obligó a cerrar temporalmente el lugar donde se exhibía el trol.
La imponente figura de “Lost Finn” cobró vida tras semanas de meticuloso trabajo, en el que se combinaron los esfuerzos de unos cincuenta artistas y voluntarios. La escultura, de 2.5 por 3 metros, se convirtió en un espectáculo impresionante en medio de la exuberante vegetación de South Londonderry, Vermont. Desde su inauguración el 5 de julio, tanto los habitantes como los turistas han acudido en masa a admirar la obra maestra.
Desgraciadamente, el entusiasmo en torno al coloso de madera provocó atascos de tráfico debido a la gran afluencia de visitantes. A las pocas semanas, el sendero de acceso a la maravilla de madera tuvo que cerrarse al público.
A través de una actualización en las redes sociales, Dambo informó a sus seguidores del cierre temporal, expresando su tristeza por no poder seguir visitando la escultura. Mencionó que en un momento dado se observaron hasta cincuenta autos estacionados a lo largo de Winhall Hollow Road.
El troll de madera fue encargado por Tim y Elizabeth Dugan, dueños de la propiedad . En un principio, los Dugan abrieron la gigantesca escultura a la vista del público, una vez que Dambo y su equipo la terminaron. La afluencia de público empezó a aumentar cuando mejoró el tiempo tras las inundaciones del verano, lo que acabó provocando el cierre por complicaciones de tráfico.
Los Dugan se refirieron al caos de tráfico como una “carga injusta para la ciudad y nuestros vecinos” y un “problema de seguridad”. La policía local también recibió múltiples quejas por coches que bloqueaban la carretera. Ni siquiera el aparcamiento de diez plazas previsto para la atracción pudo acoger al exceso de visitantes, y muchos recurrieron a aparcar en la carretera principal a pesar de las señales que recomendaban lo contrario.
Por el momento, “Lost Finn” sigue inaccesible para los visitantes, sin un calendario claro para su reapertura.
Dambo se ha mostrado comprensivo con la decisión tomada por los terratenientes, respetando a la comunidad local y las normas de tráfico.