Una novedosa iniciativa para ayudar a los inmigrantes a desenvolverse en los intrincados aspectos jurídicos del proceso de asilo
Massachusetts está dando un paso importante en el apoyo a los inmigrantes con la introducción de una iniciativa sin precedentes, dirigida por la Oficina para Refugiados e Inmigrantes del estado.
En colaboración con una serie de organizaciones sin fines de lucro, el objetivo de la iniciativa es prestar apoyo jurídico a los inmigrantes recién llegados con el fin último de facilitar su asimilación en el estado.
Al frente de este programa innovador está Susan Church, una abogada especializada en inmigración y recién nombrada directora de operaciones de la oficina estatal de inmigración. Destaca la singularidad del programa en Massachusetts y subraya la importancia de este tipo de apoyo para los inmigrantes, cuyo principal objetivo es conseguir un empleo y salir de los centros de acogida.
Los servicios ofrecidos dentro de esta iniciativa son integrales y se centran principalmente en ayudar a quienes viven en los albergues y refugios de asistencia de emergencia del estado. E incluyen ayuda para preparar las solicitudes de asilo, un paso vital para obtener permisos de trabajo y, en consecuencia, un empleo legal.
La iniciativa de Servicios de Asistencia a la Inmigración, que se puso en marcha el lunes, es un programa financiado por el Estado con un presupuesto de 1,75 millones de dólares. El objetivo es ampliar los servicios a unos 800 inmigrantes que residen en centros de asistencia de emergencia.
El programa es un esfuerzo conjunto de la oficina estatal, Caridades Católicas de Boston y la Coalición de Defensa de Inmigrantes y Refugiados de Massachusetts (MIRA). Tras su plena implantación, un equipo de gestores de casos y profesionales jurídicos estará a disposición de los inmigrantes para ayudarles a organizar sus documentos y orientarles en el proceso de asilo, si procede.
El alcance del programa no se limita a las personas que solicitan asilo, sino que incluye a los inmigrantes que han entrado en Estados Unidos en diversas circunstancias. Entre ellos están los que han cruzado la frontera sin documentación, los que se encuentran en distintas fases del proceso de asilo y las personas que intentan eludir la deportación ante los tribunales.
Algunos beneficiarios del programa entraron en EE.UU. con visados válidos. Jeffrey Thielman, director general del Instituto Internacional de Nueva Inglaterra, señala que muchos de los 800 inmigrantes que se beneficiarán del programa aún no han iniciado el proceso de asilo. Sin embargo, los que lo hacen suelen conseguir un permiso de trabajo mientras se revisa su caso.
Obtener permisos de trabajo y avanzar en el proceso de asilo son objetivos clave del nuevo programa. Pero también está concebido para proporcionar un asesoramiento jurídico fiable, vital en un contexto en el que los pequeños errores pueden dar lugar a largos períodos de espera.
El programa es una respuesta estratégica a la creciente afluencia de inmigrantes al Estado, que ha dado lugar a una acuciante necesidad de más espacio de acogida.
Esto se produce en un contexto de aumento de la inmigración impulsada, principalmente por la inestabilidad política y las graves condiciones económicas en regiones como el Caribe, América Latina, Oriente Medio y Ucrania.
Los organizadores del programa prevén que los servicios jurídicos prestados crearán un efecto dominó, aliviando la carga de los gestores de los refugios y permitiéndoles construir en otras tareas esenciales. De cara al futuro, existen planes para asociarse con destacados bufetes de abogados con el fin de llenar el vacío existente en los servicios jurídicos para inmigrantes. La colaboración entre los sectores privado, público y sin fines de lucro se considera crucial.