El reciente hallazgo de unas pequeñas huellas en la selva del sur de Colombia ha despertado nuevas esperanzas en la búsqueda de cuatro niños indígenas desaparecidos, quienes sobrevivieron a un accidente aéreo el 1 de mayo.
Los rescatistas encontraron las huellas el 30 de mayo, a unos 3,2 kilómetros al noroeste del lugar del accidente, según el general Pedro Sánchez, comandante del Mando Conjunto de Operaciones Especiales.
En el avión viajaban tres adultos y cuatro niños indígenas de 13, 9, 4 y 11 meses. En una entrevista con The Associated Press, Sánchez reveló que el equipo cree que las huellas pertenecen al mayor de los niños, lo que sugiere un cambio de rumbo del grupo.
Más de 100 miembros de las fuerzas especiales colombianas y más de 70 indígenas de la zona se han unido a las labores de búsqueda en la inexplorada selva del Amazonas colombiano.

El proceso de búsqueda ha sido laborioso, con algunos soldados recorriendo casi 1.000 millas (casi 1.500 kilómetros). Sánchez comparó la búsqueda con «encontrar una minúscula pulga en una enorme alfombra que se mueve de forma impredecible». A pesar de los retos, Sánchez se mantiene esperanzado: «Tenemos un 100% de expectativas de encontrarlos con vida».
El Presidente colombiano, Gustavo Petro, ha declarado que la búsqueda de los niños es una prioridad absoluta, y no se ha fijado ningún plazo para la operación. Los restos y los cuerpos del piloto y otros dos adultos fueron descubiertos dos semanas después del accidente, pero los niños no aparecieron. Sin embargo, había signos evidentes de que habían sobrevivido al accidente.
La creencia de que los niños siguen vivos se basa en la ausencia de actividad animal cerca de sus restos, según Sánchez. Los soldados que buscan a los niños se enfrentan a duras condiciones, como lluvias de hasta 16 horas diarias, que pueden borrar cualquier rastro de las huellas de los niños. También deben navegar por la densa selva, donde corren el riesgo de encontrarse con animales salvajes como jaguares, ocelotes y serpientes venenosas.

En las últimas semanas, los equipos de búsqueda han descubierto un biberón, toallas, pañales usados y tijeras, así como otras huellas cerca del lugar del accidente. Sin embargo, no se sabe con certeza si los niños dejaron intencionadamente estos objetos como pistas para los buscadores.
Para localizar a los niños, los equipos de búsqueda han estado utilizando cintas para delimitar las zonas buscadas y han dejado silbatos por si los niños se cruzan con ellos. También han estado transmitiendo la voz de la abuela de los niños, aunque la fuerte lluvia ha dificultado que se oiga.
El accidente se produjo en la mañana del 1 de mayo, después de que el piloto informara de una emergencia por fallo del motor. El vuelo se dirigía hacia el norte desde la ciudad de Araracuara, en el sur, y se estrelló a unos 175 kilómetros de San José del Guaviare.
Fuente de la noticia: ETL.