El conejo de Pascua es una figura que se ha convertido en un símbolo de la Pascua en los Estados Unidos, pero ¿cómo se convirtió en un icono de la temporada?
El origen del conejo de Pascua se remonta a la antigua cultura germánica. La diosa Eostre, o Ostara, es la diosa germana de la primavera y la fertilidad. Con la llegada de la primavera, se celebra su fiesta donde se presenta su símbolo animal, el conejo, como un animal sagrado.
La tradición del conejo de Pascua llegó a América con los inmigrantes alemanes en el siglo XVIII. Los niños alemanes solían decorar nidos hechos de pasto y colocarlos en casa para que el conejo de Pascua, conocido como Osterhase, pusiera huevos de colores en ellos.

Es interesante notar que, originalmente, el conejo de Pascua solo ponía huevos de colores, y no los famosos huevos de chocolate que se hacen hoy en día. Los huevos de pollo y los huevos de Pascua decorativos eran populares en la antigua Alemania. Fue solo cuando los inmigrantes alemanes llegaron a América que se introdujeron los huevos de chocolate.
A lo largo de los años, la tradición del conejo de Pascua se ha expandido en los Estados Unidos. Los niños esperan ansiosamente la llegada del conejo de Pascua para llenar sus canastas con huevos de colores y chocolates. También se organizan búsqueda de huevos en parques y jardines públicos para celebrar la temporada.
El origen alemán del conejo de Pascua se ha convertido en una tradición estadounidense en constante evolución. Desde el nido de pasto hasta la canasta de golosinas, la imagen del conejo de Pascua ha pasado a ser sinónimo de la llegada de la primavera y la celebración de la Pascua en los Estados Unidos.