ir al contenido

La obesidad infantil nace en la casa: ¿qué pueden hacer los padres?

Una mujer compra churros para sus hijos en un mercado callejero en San Cristóbal de las Casas, México. | Foto de archivo de J
Una mujer compra churros para sus hijos en un mercado callejero en San Cristóbal de las Casas, México. | Foto de archivo de John Taggart/The New York Times.

La obesidad infantil es un problema que afecta a casi 15 millones de niños y adolescentes en Estados Unidos. Uno de cada cinco niños tiene obesidad, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

De este problema hablamos en el Podcast Salud, en su segunda temporada y conducido por la periodista Tibisay Zea. Abordamos qué causa la obesidad infantil, los riesgos que conlleva pero también las soluciones.

Este episodio es posible gracias al apoyo del Beth Israel Lahey Hospital, Blue Cross Blue Shield Massachusetts y la Boston Public Health Commission.

Entre estos niños se encuentra el hijo de la mexicana Rosario Estrada, quien resolvía la alimentación de su hijo con comida chatarra hasta que el médico le dijo: «Esto es un 911. Señora, usted tiene que hacer cambios con su hijo ya». Desde ese momento, Emmanuel asiste a un gimnasio para niños llamado Healthy Kids Gym e hizo cambios radicales en su estilo de vida.

La obesidad es un problema principalmente hormonal

El doctor Moisés Roizental, quien estudia la relación entre la obesidad y las  hormonas, explicó que el proceso hormonal de una persona con obesidad es diferente al de una persona saludable.

Roizental comentó que existe una hormona de la saciedad llamada leptina, esta se produce en las células grasas (adipositos) y al llegar al cerebro produce una señal en el hipotálamo que hace saber a la persona cuando está llena.

Sin embargo, las personas obesas tienen resistencia a la leptina y esto hace que la hormona no actúe con normalidad, por lo que no se sienten saciadas, explicó.

Existen otras hormonas que participan en el proceso de hambre y saciedad, como por ejemplo la grelina, conocida como la hormona del hambre. Uno de los roles más importante de esta hormona es activar el deseo de comer cuando el estómago está vacío.

La insulina es otra hormona resaltante que tiene un rol clave porque regula la cantidad de glucosa o azúcar en la sangre. Cuando hay mucha insulina en el cuerpo, se acumula más grasa y es más difícil eliminarla.

Enfermedades son cada vez más comunes en niños

«Ya tengo niños de nueve años con hígado graso, alto colesterol, alta presión y problemas del corazón», afirmó Adriana Saenz, dueña de Healthy Kids Gym, el primer gimnasio para niños en Las Vegas, Nevada.

Saenz explicó que estas enfermedades solían padecerlas personas de entre 50 o 60 años, pero ahora se están viendo en niños de tan solo 9 o 10 años de edad.

Rebeca Pastor, nutricionista infantil y familiar, señaló que se debe al consumo de comida chatarra, que incluye generalmente alimentos ultraprocesados, cada vez más temprano. El experto sostuvo que estos alimentos (que incluye galletas, bollería y dulces) provocan una alteración hormonal, y a su vez tres consecuencias:

  • Acumulación de grasa.
  • Aumento del apetito hacia este tipo de alimentos excesivamente palatales (que son agradables en sabor) e incitan a no parar de comer.
  • Estos alimentos también provocan subidas grandes de insulina que luego bajan enormemente y dan mucha más hambre.

Estos picos de insulina que señaló Pastor son responsables de la aparición temprana de la diabetes.

Ser inmigrante contribuye al problema

Según los CDC, los latinos son el grupo más afectado por la obesidad infantil: las condiciones económicas de los inmigrantes no suelen ser favorables. Muchos padres tienen horarios agotadores que les dificultan llevar una rutina tanto para ellos como para sus hijos.

Estrada es el ejemplo de una inmigrante que, entre tanto trabajo duro, descuidó la alimentación de ella y de su familia.

«Cuando empecé a trabajar limpiando casas pasábamos por un 7-Eleven y pues agarrábamos una pizza, agarrábamos un pedazo de pollo, lo que encontrábamos hecho entonces, pues era más fácil», relató Estrada.

La pediatra Kimberly Edwards señaló diferentes factores que condicionan e impiden que las familias latinas puedan tener una buena alimentación:

La situación socioeconómica hace difícil para los latinos acceder o pagar opciones de alimento saludable.

Entornos físicos inseguros pueden limitar las oportunidades para la actividad física.

El estrés, como la exposición al racismo, puede afectar las hormonas que regulan el peso.

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo con obesidad infantil?

La obesidad es un problema principalmente hormonal que puede tener un origen genético, y ser causado por enfermedades o factores externos. Pero la causa más común de la obesidad son los malos hábitos, como no comer sano, no hacer ejercicio y no dormir suficiente. Así que su tratamiento, en la mayoría de los casos, comienza por cambiar el estilo de vida.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) publicó nuevas directrices para el tratamiento de la obesidad infantil que puedes seguir. A pesar de tener un enfoque audaz y un poco controversial, los expertos es la mejor forma de atacar el problema.

Los expertos entrevistados también dejaron sus recomendaciones. Entre ellas, Pastor señaló que no se debe obligar a comer a los niños, ya que el hambre es un instinto natural, y que es mejor que los padres se centren en la calidad de los alimentos.

«Tenemos que darnos cuenta. Es centrarnos en la calidad del alimento y hacer que cada bocado sea lo más nutritivo posible y hacer que la alimentación sea a demanda, porque ellos mismos sabrán pautar su punto de saciedad», expresó.

Algo que debe existir en la rutina de cada niño es al menos una hora diaria de ejercicio de intensidad alta o moderada. Hacer ejercicio lo ayudará a convertir la grasa en energía en lugar de acumularla.

No dormir lo suficiente también contribuye a aumentar el peso. Perder el sueño puede desencadenar cambios cerebrales y hormonales, como el aumento de grelina, que estimulan los antojos de comida. Los CDC indican que los niños entre 6 y 12 años necesitan dormir de 9 a 12 horas diarias.

La doctora Pastor insiste en que las verduras estén siempre presentes en el plato de los niños. Incluir más verduras en las comidas mejora la salud intestinal, por lo tanto, hay una mejor respuesta ante la producción de hormonas.

Pastor también señaló la importancia de involucrar a los hijos en el cuidado de su salud, específicamente en la elección de los alimentos y así crear un estilo de vida. «Llevarlos a la compra y que empiecen a conocer los diferentes alimentos, verduras, hortalizas y frutas. También que ayuden a la hora de preparar la comida», especificó.

Se debe dejar de lado el premiar el buen comportamiento con chucherías, tampoco se debe hacer como recompensa si el niño se ha comido un plato saludable. La doctora Pastor advirtió que recompensar con comida distorsiona nuestra relación con la alimentación.

En cuanto a las situaciones sociales en las que abunda la comida chatarra, como los cumpleaños, la nutricionista aconsejó que lo mejor es relajarse, porque se trata de una excepción. «Si lo negamos, lo único que va a provocar es incitar a que ellos mismos quieran comerlo más».

Últimas Noticias