El cerebro humano experimenta una cantidad de cambios a medida que envejecemos. Ahora un nuevo estudio descubrió que en las personas con trastorno por consumo de cocaína esos cambios pueden acumularse a un ritmo acelerado.
La cocaína es una de las sustancias más adictivas que conoce el ser humano. Interfiere en las vías de recompensa del cerebro, obligando a sus células a seguir emitiendo señales placenteras hasta que desaparece el efecto de la droga. Según estimaciones estadounidenses, una de cada cinco personas que consumen cocaína acaba desarrollando una adicción.
Los investigadores aún están tratando de entender cómo la droga interfiere en las uniones de las células cerebrales y provoca comportamientos adictivos que, a su vez, se manifiestan en el abuso de sustancias, publicó la revista Science Alert.
Pero el estudio realizado explica que los consumidores de cocaína tenían secciones de ADN onduladas de grupos metilo, cambios químicos que se ha comprobado que se acumulan con la edad y en enfermedades relacionadas con ella.
¿Cuánto cuesta la cocaína en el mundo?
Pocas investigaciones han examinado los efectos duraderos de la cocaína en el tejido cerebral humano, aunque dos estudios realizados hasta la fecha han detectado regiones del ADN que muestran una metilación excesiva en los cerebros de personas con adicción a la cocaína.
«Detectamos una tendencia hacia un mayor envejecimiento biológico del cerebro en individuos con trastorno por consumo de cocaína en comparación con individuos sin trastorno por consumo de cocaína», afirma Stephanie Witt, autora principal del estudio y bióloga molecular del Instituto Central de Salud Mental de Alemania.
¿Cómo se concluyó que la cocaína envejece el cerebro?
Una de las hipótesis que manejan los científicos es que las modificaciones no codificantes del ADN en el interior de las células cerebrales se alteran debido a la forma en la que sus genes se activan y desactivan.
Situada en el córtex prefrontal -la parte frontal del cerebro que descansa detrás de la frente-, se cree que el área 9 de Brodmann (BA9) es importante para la autoconciencia y el control inhibitorio, dos aspectos que se confunden en los trastornos por consumo de sustancias.
Para llegar a estos resultados, los investigadores compararon los niveles de metilación del ADN en muestras de tejido cerebral de 21 personas que padecían trastorno por consumo de cocaína y otras 21 que no.
La metilación del ADN se considera uno de los distintivos moleculares del envejecimiento. Normalmente, la presencia de más grupos metilo reduce la actividad de los genes cercanos porque la maquinaria celular ya no puede acceder a las instrucciones genéticas que contienen.
Sabiendo cómo se adhieren los grupos metilo al ADN a lo largo del tiempo, la metilación del ADN puede utilizarse como un «reloj epigenético» para saber si los tejidos envejecen más rápido o más despacio en comparación con su edad cronológica prevista.
La investigación completa está en Frontiers in Psychiatry.