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Alto costo de la vida está afectando a latinos de la tercera edad en EEUU

LATINOS. La población latina de la tercera edad está afectada por el alto costo de la vida y de los suministros y equipos méd
LATINOS. La población latina de la tercera edad está afectada por el alto costo de la vida y de los suministros y equipos médicos. Credit: Cortesía.

Pese a que la Ley de Justicia para Ancianos de 2010 hace énfasis en “…dar preferencia a los ancianos con más necesidades sociales y económicas”, para buena parte de los latinos de la tercera edad, esta posibilidad no está disponible.

Falta de acceso al sistema de cuidados de salud, bajos beneficios de la seguridad social, carencia de vivienda, transporte y la inflación son solo algunas de las dificultades que este grupo enfrenta en el área metropolitana y en el resto del país.

Según el último censo, los mayores de 65 años latinos constituyen el grupo que más rápido está creciendo.

Hoy siete de cada 100 mayores de 65 años son latinos. En 30 años más, 20 de cada 100 pertenecerán a esta minoría, lo cual será un desafío, en términos de salud, cuidados y calidad de vida.

“Frente al aumento de la población envejeciente nada podemos hacer, lo que sí podemos es asegurarnos de colocar en los puestos de decisión política a las personas empáticas con nuestra realidad y que tomen decisiones en favor de nuestros adultos mayores”, dice Yanira Cruz, directora ejecutiva del Consejo Nacional Hispano sobre la Tercera Edad (NHCOA por sus siglas en inglés).

Los latinos son la tercera parte de la población en el área metropolitana de Washington DC. Este es el grupo que menos y más tarde accede a los beneficios y a una atención oportuna.

Por razones como éstas a Cruz le preocupa el mayor interés de más legisladores en el Capitolio en la privatización del seguro social y de hacer cambios drásticos a Medicaid y Medicare.

El costo de la vida -dice ella- golpea con crudeza a los latinos de la tercera edad porque tienen ingresos bajos y fijos.

Antes de la pandemia ya batallaban para cubrir sus necesidades, pero con “esta nueva ola de precios, las camas y los colchones medicados, las botas ortopédicas, las sillas de ruedas, los tanques de oxígeno, los alimentos y la vivienda valen más”.

Esto lo confirma Meredith Hendrie, directora financiera de Spectrum Medical, Inc., en Silver Spring, quien observa que en los últimos 10 años los reembolsos por los equipos y suministros médicos se han reducido y siguen recortándose. Medicare permite montos fijos de cobertura, el resto debe cubrirlo el paciente.

“Me temo que los desafíos de acceder a los suministros médicos continuarán. Un 30% de las compañías proveedoras ha desparecido en el área de Washington DC. Todos los días recibimos pedidos que no podemos cubrir inmediatamente. Lo que estamos viendo es que alguien no puede dejar el hospital a tiempo porque el equipo que necesita para estar seguro en casa no existe”, asegura Hendrie.

Los latinos de la tercera edad están entre los más afectados por los costos. Esta compañía, dependiendo de cada caso y necesidad, dona equipos o piezas indispensables.

También acepta donaciones, como sillas de ruedas y otros implementos, que los pacientes ya no requieren o han fallecido para entregarlos a quienes necesitan. “Hacemos lo que podemos y cuando podemos, pero no estamos viendo una solución sistemática que resuelva esta situación.

Si no hay un cambio en el sistema de reembolsos de Medicare y los recortes continúan, sucederán más cierres de proveedores, dejando a la población sin este servicio indispensable”, asegura la vocera.

Las ayudas a los latinos de la tercera edad no son suficientes

DC tiene programas más generosos para atender a los mayores. Por ejemplo, NHCOA y la Oficina de Asuntos Latinos (MOLA) crearon una alianza para fomentar la actividad física en los adultos mayores con profesionales especializados.

Esto incluye una canasta básica abundante en vegetales, frutas proteínas saludables. “Hemos visto una transformación en nuestros viejitos hispanos, están más alegres y saludables, especialmente después del aislamiento”, dice Cruz.

Otro ejemplo es el de Mary’s Center y Delta Dental de California. Juntos llevan adelante un plan piloto de cinco millones para mejorar la salud dental de pacientes de tercera edad afroamericanos y latinos pobres, incluidos los inmigrantes en DC.

En el condado de Montgomery está la iniciativa Por su Salud y Bienestar y el Hospital en Casa, este último está orientado a atender a los pacientes que tienen seguro médico o Medicaid, pero también ofrece el servicio a quienes no tienen seguro ni documentos. Para quienes no pueden pagar, el estado y el condado cubre estos costos.

Lo importante es informarse sobre cuáles son nuestros derechos porque, según Cruz, hay servicios que se ofrecen para para los inmigrantes sin documentos, aunque todavía falta dar soluciones más extendidas.

Es el caso de las vacunas de la influenza, solo el 44% de los viejitos latinos se beneficia de esta medida preventiva y gratuita.

“Dejé mi vida para cuidar de mi madre”

Para la tercera edad son tan indispensables las medicinas como la compañía y cariño. Aquí es cuando un asistente a domicilio es como un ángel caído del cielo.

Existen programas como el pago temporal por enfermedad o para cuidar a un familiar enfermo, pero como dice Carmen Pastor “las ayudas no son suficientes frente al inmenso desgaste emocional y sicológico que sufrimos los familiares”.

Ella cuida de su madre desde hace 16 años. Trabajaba en una empresa de publicidad en Nueva York, tuvo escoger entre el trabajo y su madre. Su esposo no entendió su nueva realidad y su matrimonio se acabó.

Su madre Carmen Berríos, antes de que el Alzheimer se apodere por completo, hizo prometerle que nunca la llevará a un centro de cuidados. Pastor ha cumplido ese deseo y vive junto a ella en casa de retiro en Alexandria.

“Ha sido difícil, pero me ha ayudado a sentirme más ser humana. Sigo olvidándome de mí, porque mis necesidades son las de mi mamá, pero no me arrepiento”.

La Asociación de Alzheimer proyecta que, para los próximos 30 años, un millón 300 mil latinos serán afectados por la enfermedad del olvido.

Ahora hay unos 200 mil hispanos mayores afectados por la demencia, lo alarmante es que al diagnóstico y el tratamiento llegan tarde.

“Necesitamos más información y atención en nuestro idioma. Necesitamos más cuidadoras que hablen español, más adiestradas y mejor pagadas. No tiene que ser triste envejecer, lo triste es cuando no hay atención y cuando la familia los abandona”, dice Pastor.

Entre los latinos, lo común es que la familia asuma el cuidado de los ancianos y eso tiene un precio: renunciar a su empleo y perder ingresos. En Estados Unidos existen unos 39.8 millones de cuidadores, según Family Caregiver Alliance.

La más alta prevalencia, por etnia, está entre los latinos (21%) y como, dice Cruz, “muchos de los latinos no saben que son cuidadores, por eso no buscan información, entrenamiento ni ayudas”.

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