Un bombazo. El jonrón 50 de Aaron Judge en esta temporada tenía que ser un verdadero bombazo. El slugger de los Yanquis está mucho más cerca de su esperada cita con la historia. Y para celebrarlo, se anotó otro logro digno del libro de récords.
En Nueva York tendrán que preparar la chequera si ven posible retener más allá de 2022 al actual líder de la MLB en cuadrangulares, una vez se declare agente libre.
Judge mandó la pelota a 434 pies de distancia respecto al home, este lunes. Comenzó la semana con otra exhibición de poder. Y gracias a eso, se convirtió en apenas el décimo jugador en los anales de la Gran Carpa con múltiples cosechas sobre 50 vuelacercas.
Es una lista inaugurada por el mismísimo Babe Ruth. Un club tan exclusivo, que Barry Bonds no forma parte de él, a pesar de haber sacudido 762 bambinazos en su carrera.
La conexión pudo ser una fiesta para los Bombarderos del Bronx. Si tan solo el novato Oswaldo Cabrera hubiera llevado la pelota un poquito más lejos en el último turno del encuentro, la ocasión se habría sellado con una victoria para los dirigidos por Aaron Boone.
Pero Judge tiene mucho que celebrar, a pesar de la derrota en Anaheim.
Apenas tres toleteros de los Yanquis han conseguido sacar 50 pelotas del parque en múltiples campeonatos: Ruth, Mickey Mantle y él.
Se convirtió en el segundo madero de la franquicia con medio centenar de jonrones antes de llegar septiembre. ¿Y quién fue el primero? Pues Roger Maris, el dueño del récord absoluto en la institución neoyorquina.
Maris quebró en 1961 el tope de 60 cuadrangulares que en 1927 implantó Ruth en las Grandes Ligas. Y ese registro se mantuvo incólume hasta la aparición de la cuestionada generación de aporreadores surgidos en la Era de los Esteroides.
Para no pocos aficionados, los 61 son una frontera simbólica que va más allá de lo hecho por quienes usan el uniforme a rayas.
Judge lleva mejor ritmo que Maris. ESPN.com publica todos los días la proyección de cada pelotero en cada temporada activa. Y el slugger, a este paso, va camino a poner 63 pelotas al otro lado de la barda.
«Es solo otro número más», declaró Judge a la periodista Marly Rivera, que le sigue los pasos en su camino a la definitiva consagración.
Y puede que el gigantón nacido en Linden, California, sintiera legítimamente esas palabras. Después de todo, sus Bombarderos son líderes en la División Este, pero no terminan de sacudirse el mal momento que han sufrido en la segunda mitad.
«Es algo grandioso», reconoció Judge, explicando sus emociones. «Pero estoy un poco molesto, porque perdimos. Fue un juego cerrado, que podríamos haber ganado. No quiero restarle valor, pero no me gusta estar pensando en estadísticas”.
A la fanaticada sí le gusta. Y a los medios de comunicación.
Solo en su año de novato alcanzó tantos vuelacercas. Aquella vez dio 52, en 2017, y sentó un récord para reclutas que poco después Pete Alonso le arrebató.
Si mantiene la buena salud, tiene un mes por delante para literalmente triturar ese tope personal.
«Van 50 y es agosto», dijo Boone, asombrado. «Es difícil pensar en lo increíble que ha sido la temporada que ha tenido hasta ahora. El único pitcheo bueno que le hicieron, él lo mandó contra las rocas del centerfield. Lo que está haciendo es realmente especial».
Judge fue el protagonista del juego. Pero el héroe fue el japonés Shohei Ohtani. El fenómeno asiático llegó a 29 bombazos en la temporada y empujó las dos carreras que le dieron la victoria a los Ángeles de Los Ángeles.
Fue un twist apasionante para quienes siguen la lucha que ambos sostienen para convencer a los votantes en la elección del Más Valioso.
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Ohtani sigue engordando su currículo. Su inigualable combinación de pitcheo dominante y bateo devastador todavía puede darle un segundo MVP consecutivo.
Pero lo de Judge es histórico de muchas otras maneras. Y así lo dice el libro de récords, al recibir entre sus páginas este quincuagésimo jonrón.