Pese a que el índice de inflación descendió de 9,1% a 8,5% en el mes de julio, esta sigue siendo la más alta en 40 años. El Congreso estadounidense aprobó este viernes la Ley de Reducción de la Inflación planteada por los demócratas, defendida por los demócratas como una de las soluciones al problema climático y económico.
Este título nos tienta a preguntarnos si de verdad esta medida logrará contrarrestar el incremento de los precios en Estados Unidos. Los especialistas en el tema advierten que la respuesta posiblemente negativa, al menos a corto plazo.
Pros y contras. Esta nueva Ley no tratará de forma directa algunas de las causas más importantes de la subida de los precios en rubros como la gasolina, los alimentos y los alquileres, entre otros.
- Pero, no todo es malo, pues también podría significar un ahorro de dinero para algunas personas luego de que se reduzca el costo de los medicamentos recetados para los ancianos, se extiendan los subsidios al seguro médico y baje los precios de la energía.
- El déficit presupuestario del Gobierno también bajaría modestamente, esto traería una ligera reducción en la inflación para fines de esta década.
No trascendental. En lo que respecta a las cifras inflacionarias de este año y el siguiente, la Oficina de Presupuesto del Congreso no partidista dedujo la semana pasada que estos cambios representarían un impacto «insignificante».
- Por su parte, el modelo de presupuesto Penn Wharton de la Universidad de Pensilvania llegó a la conclusión de que durante los próximos 10 años, «el impacto en la inflación es estadísticamente indistinguible de cero».
- Ambas previsiones debilitan los argumentos de algunos republicanos, como por ejemplo, el del líder de la minoría de la Cámara Kevin McCarthy, de que esta «causaría inflación».
El presidente Biden ha mencionado cautelosamente que el efecto de esta legislación sobre la inflación traerá precios potencialmente más bajos en categorías individuales, en vez de disminuir la inflación en general.
Fuente principal: AP