Con sede en Boston, The Possible Zone, TPZ, es un programa empresarial práctico y gratuito para estudiantes del 10 y 11 grado de secundaria que estudien en las escuelas públicas de Boston y que pertenezcan a comunidades de escasos recursos.
“¿Quieres ser astronauta, biólogo, científico o empezar tu propio negocio? Nosotros te proveemos las clases de manera gratuita en el 31 Health Street de Jamaica Plain, somos una organización sin fines de lucro, queremos que vengas aprender las ciencias y participes con nosotros, te pagamos 22 dólares por cada clase que asistas”, informó Juan Carlos Ferrufino, director senior de participación comunitaria de The Possible Zone. Para recibir más información los estudiantes interesados deben escribir a vilma@possiblezone.org
Ingresar a las instalaciones de The Possible Zone es como entrar a un mundo en donde los sueños de enseñanza y aprendizaje se hacen realidad de la mano de la tecnología, cuyas instalaciones son modernas, elegantes y funcionales. Cuenta con un espacio de 36 mil pies cuadrados y cinco pisos repletos de tecnología de punta, incluido un espacio de creación profesional y estudios multimedia disponibles para los estudiantes y la comunidad.

Cada alumno recibe una computadora, comida saludable y si necesita ropa, también se la proveen. “Todos los materiales se los damos, los chicos no tienen que pagar nada, solo tienen que tener el deseo de superarse y ver más allá de su futuro, la única condición es asistir a las clases”, manifestó Ferrufino, quien llegó a Boston hace 32 años procedente de su natal Bolivia, tiempo en el cual ha podido palpar las necesidades de la comunidad inmigrante.
Durante la última década,
The Possible Zone ha graduado
a más de 1000 jóvenes
y el nuevo desafío es servir a 1000 por año.
La organización brinda a los estudiantes de secundaria apoyo y tutoría a través de un plan de estudios de emprendimiento. TPZ ofrece un programa extracurricular de tres años en el que los estudiantes avanzan a través de seis niveles progresivos, adquiriendo importantes competencias personales y profesionales en cada fase del programa. El objetivo del centro es crear caminos para que los estudiantes prosperen en su trayectoria profesional rumbo a la universidad.
Los jóvenes emprendedores del TPZ a más de estudiar, pueden diseñar y lanzar sus propios negocios. Utilizan espacios de creación y tecnología de última generación, participan en oportunidades de aprendizaje basado en el trabajo con empresas locales, acceden a servicios integrales de socios de la comunidad, reciben asesoramiento universitario y profesional de la mano de maestros calificados, que enseñan basados en la práctica y no en la teoría.
En el proceso de formación los estudiantes desarrollan habilidades socioemocionales, SEL y STEAM. SEL es la parte integral de la educación y el desarrollo humano mediante el cual todos los jóvenes y adultos adquieren y aplican los conocimientos, las habilidades y las actitudes para desarrollar identidades saludables, manejar las emociones, lograr metas personales y colectivas, sentir y mostrar empatía por los demás, establecer y mantener relaciones de apoyo, para lograr decisiones responsables y afectuosas. SEL promueve la equidad y la excelencia educativa a través de asociaciones auténticas entre la escuela, la familia y la comunidad. Mientras que STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths) brinda identidad profesional y las redes profesionales necesarias para el éxito después de la secundaria y la vida profesional.
“The Possible Zone se alinea con la política
del respecto a la participación de los
estudiantes en la educación.
A ninguna familia se le niega
el acceso por su estado migratorio”, Juan Carlos Ferrufino,
director senior de participación comunitaria.

“Lo que queremos es que los muchachos de este vecindario tomen ventajas aprendiendo la estructura de un negocio, nuestra meta por ejemplo es que una niña de 15 años aprenda a estructurar un negocio, por ejemplo, su mamá limpia casas para sobrevivir y la hija le dice mamá te voy hacer un plan de negocio para que hagas una compañía de limpieza, es decir tu hija ya te puso en otro nivel”, expresó Ferrufino.
Para poder unirse a TPZ los estudiantes deben vivir e ir a una escuela en Boston, estar en el segundo semestre del noveno grado o en el grado 10 u 11, tener un nivel de inglés 3 o superior. Los estudiantes pueden participar de un plan de servicios de educación especial, IEP, con su escuela.
Los beneficios que logran los jóvenes al unirse al programa a más de recibir un incentivo de 22 dólares por cada clase a la que asisten, pueden obtener créditos para la escuela secundaria y la universidad, a través del Instituto de Tecnología Ben Franklin, Cambridge College y la Universidad Bay Path. “La idea es eliminar cualquier excusa o barrera que el muchacho pueda tener para dejar de participar en el programa. Al momento tenemos 60 estudiantes en el verano, de los cuales el 17% son latinos y el resto son afroamericanos”, comentó el Director Senior de Participación Comunitaria de The Possible Zone.
Los esposos Mark y Becky Levin son los creadores de The Possible Zone, unos exitosos empresarios en el área de la biotecnología, pero al darse cuenta que no había la presencia en esta área de las minorías decidieron formar el instituto para animar que la comunidad ingrese y se involucre. Originalmente funcionaba en Cambridge, pero decidieron expandir su obra y hace 3 meses la nueva casa de TPZ abrió sus puertas con el propósito de expandir su misión, consolidarse en Boston y de allí cubrir otros barrios de cercanías para cambiar la vida de miles de jóvenes de escasos recursos económicos. El objetivo de los fundadores es hacer un programa a nivel nacional para tener estos centros de innovación en todas partes de Los Estados Unidos.
Los adolescentes estudian habilidades empresariales como la resolución de problemas, el proceso de diseño y destrezas técnicas de los negocios. Tienen oportunidades de aprender con socios de la industria local como la empresa Converse. “Los estudiantes hacen sus propios diseños de zapatos y los presentan a los empresarios. Desarrollan su conocimiento en mentalidad de crecimiento, en habilidades de relación y aprenden a navegar caminos profesionales y universitarios”, comentó Ferrufino al indicar que solamente los chicos menores de 18 años requieren del consentimiento de sus padres.
El proceso de inscripción es fácil, los aspirantes deben completar un formulario que lo encuentra en www.possiblezone.org, luego de ello un reclutador se comunicará por teléfono o correo electrónico para realizar un seguimiento y avanzar con los pasos siguientes para convertirse en estudiante de Possible Zone.

Los alumnos se reúnen dos veces por semana y al momento de la inscripción pueden elegir reunirse los lunes y miércoles, o los martes y jueves después de la escuela de 4 a 6:30 de la tarde. Es válido reiterar que en los horarios de clases se proporciona comida.
“Ofrecemos no solo cursos de Emprendimiento, sino también aprendizaje basado en el trabajo, pasantías, asignaturas optativas de STEAM llamadas inmersiones profundas y una experiencia de Senior Pathways para ayudar con la transición a la carrera y la universidad. Además, incluso después de graduarse de la escuela secundaria, nuestros ex alumnos tienen la oportunidad de continuar con sus negocios en nuestro programa Venture Fellowship o seguir una carrera en nuestra experiencia Career Fellowship”, puntualizó Ferrufino al asegurar que los estudiantes tendrán acceso a los suministros del proyecto para lanzar su negocio.
The TPZ ofrece transporte desde las escuelas asociadas Brighton High, Dearborn STEM Academy, English High y Madison Park hasta el Centro de Innovación, ubicado junto a la parada Jackson Square de la Línea Naranja, se puede también acceder mediante las rutas de los autobuses 22, 29, 14 y 41.
Jenny Fernández es Directora de Apoyo para los estudiantes que asisten al Centro de Innovación y se encarga de seguir uno a uno las necesidades que tengan como ropa y comida. También los conecta con especialistas de salud mental, en caso de que lo necesiten. “Nuestros chicos tienen un montón de responsabilidades porque tienen que ayudar a sus padres y vienen con una carga emocional tremenda”, expresó al decir que atender la salud de los jóvenes es el punto más importante dentro de su gestión, para que puedan recibir ayuda y conectar con otras organizaciones.
Al ser hija de una madre inmigrante que crio sola a 7 niños al huir de la guerra de El Salvador, Jenny conoce de primera mano el sufrimiento de una familia que depende de un solo progenitor para mantenerlos. “Mi mamá vino aquí, tuvo que caminar por el río cuando estaba embarazada de mí, ella se sacrificó por nosotros para que tengamos una mejor vida, es mi ejemplo porque si ella lo pudo hacer con 7 hijos por qué yo no lo voy a poder hacer también”, indicó al decir que su historia puede ser la misma que la de cualquier estudiante del Instituto.

El objetivo de The Possible Zone es apoyar a los adolescentes y ayudarlos a convertirse en estudiantes empoderados, líderes y jóvenes emprendedores. El Centro de Innovación cuenta con aulas, equipos y estudios de última generación similares a los que se encontraría en las mejores escuelas y en el mundo empresarial. El trabajo de los maestros es introducirlos a una diversidad de industrias y ayudarlos a desarrollar habilidades que puedan prepararlos para trabajar en estos campos. Los alumnos de The Possible Zone aprenden a diseñar e imprimir productos en 3D, diseñan ropa e imprimen obras de arte en las prendas. Estudian los conceptos básicos de la robótica, se vuelven expertos en comercializar y vender sus productos.
Mientras hacen todo esto adquieren más confianza en sus propias habilidades, desarrollan amistades de apoyo, se sienten optimistas sobre el futuro y tienen claro cómo pueden seguir una educación superior o construir carreras que coincidan con sus intereses y pasiones, y sobre todo se divierten junto a sus compañeros.
El 88 % de los estudiantes de TPZ han seguido una educación adicional después de la escuela secundaria, y casi el 70 % se inscribió en un programa de grado de cuatro años. El 3% de los ex alumnos han obtenido certificaciones. Hasta la fecha, el 16% de los estudiantes son latinos.