Eso que tanto pedían los aficionados de los Piratas y prácticamente toda la fanaticada en República Dominicana es por fin una realidad. Oneil Cruz ya está en las Grandes Ligas. Y si se cumplen las expectativas, esta vez será definitivo.
El súper prospecto dominicano fue llamado por Pittsburgh este lunes al Big Show. Tuvo un estreno clamoroso. Y de esa forma anunció que puede estar por comenzar toda una nueva era en su organización.
Basta, de hecho, darle un vistazo a las redes para ver el impacto que este quisqueyano con 23 años de edad puede causar en su divisa.
Cruz es uno de los talentos jóvenes más notables del beisbol. Lo dicen todos los scouts. Es el número uno de los bucaneros en el ranking de MLB Pipeline y en el conteo de Baseball America. Un pilar sobre el que esperan construir un equipo realmente competitivo en el PNC Park.
«Este muchacho es irreal», aseguró su compañero Bligh Madris, que le acompañó desde las Ligas Menores en este viaje a la Gran Carpa.
Y puede que Madris no se equivoque. Allí están las primeras pruebas.
Cruz se estrenó con dos hits en cinco turnos. Uno de sus imparables, un doblete, empujó tres carreras. Sumó cuatro remolques en total y se lució con el guante y con las piernas.
“Tiene herramientas que aparecen una vez cada 100 años», expresó Madris, citado por MLB.com. «Es especial, por decir lo menos. Puede hacer cosas con el bate. Puede sacar del estadio algunos pitcheos que muchos con suerte podrían sacar del infield. Es increíble poder ver lo que es capaz de hacer”.
MLB Pipeline, el sitio oficial de las Grandes Ligas dedicado al análisis de los propectos, lo resumió con tres datos abrumadores, todos del juego de este lunes.
«Después de solo tres innings de su debut en 2022, Oneil Cruz, de los Piratas, ha registrado:
- El tiro más potente de un infielder este año en toda la MLB (96,7 millas por hora).
- La pelota más fuertemente bateada este año por alguien de los Piratas (112,9 MPH).
- Las tres esprintadas más veloces para un jugador de los Piratas este año (31.5, 30.7 y 30.3 MPH)».
Todos esos registros y el encuentro ni siquiera había llegado a la mitad.
IMPACTO REAL
Cruz causó impacto apenas llegó al Big Show. Aquello fue a finales de 2021, por solo dos juegos y como premio a su proyección en las granjas.
Ya entonces se convirtió en el shorstop más alto en la historia del beisbol mayor, con 2,01 metros de estatura (nada menos que 6 pies con 7 pulgadas).
Pero el dominicano es mucho más que un físico por arriba de la media.
«Es alguien que puede impactar el juego de muchas maneras diferentes, lo vimos esta noche», sostuvo el manager Derek Shelton, en declaraciones transmitidas por The Associated Press.
Ese cañón que tiene por brazo es solo una de las cinco herramientas que maneja:
Apenas está dando sus primeros pasos y ya está haciendo cosas que solamente han hecho los grandes.
ESPN.com publicó este detalle de asombro sobre el estreno de Cruz en el Big Show: contando sus dos juegos de 2021, sumó siete empujadas en sus primeros tres cotejos arriba. ¿Cuántos compocortos han hecho eso en la historia? Pues solo tres: el inmortal Paul Molitor, el estelar Trevor Story y ahora él.
«Los récords están allí para romperse», comentó el quisqueyano después del choque, a través de un traductor.
Alguien en Los Ángeles debe estar mirando al piso, ahora mismo. Porque Cruz firmó originalmente con los Dodgers y ha debido dar el salto en Chavez Ravine, no en Three Rivers. Pero en 2017 fue enviado a Pittsburgh ¡junto con su compatriota Ángel Germán! por el lanzador Tony Watson, ya fuera de acción.
Ahora es la estrella en ascenso y la cara más visible de unos Piratas que esperan estar completando su reestructuración, para ser competitivos a partir de 2023.
Su rostro, de hecho, es el nuevo avatar en la cuenta de Twitter de esa divisa.
La afición esperaba tenerle en la Ciudad del Acero desde el Día Inaugural. Pero el equipo prefirió mantenerlo en Triple A por algunas semanas más, a pesar de que demostró en el Spring Training que estaba listo para quedarse.
Esa espera terminó. Cruz está en la MLB y es protagonista desde su primer desafío, entre aplausos, entrevistas y enormes expectativas. Quizás sea exagerado decir que alguien así únicamente aparece cada 100 años. Pero si es verdad todo lo que brilla, puede que esté comenzando una era de oro en Pittsburgh, para alegría del beisbol hispanoamericano.
