Emoción, fraternidad y una sana competencia fue lo que se vivió en la Maratón número 126 de Boston, una de las competencias más antiguas del mundo que celebra el espíritu comunitario y la búsqueda de la excelencia atlética cada año, donde los deportistas y los aficionados a las carreras de las 26,2 millas anhelan alzarse con las tan ansiadas medallas de unicornio. Tras 1099 días, la maratón de Boston volvió a celebrarse en el Día de los Patriotas. Después de dos años de pausa por la pandemia del COVID-19, la maratón del 2022 fue realmente uno de los duelos más emocionantes en Boylston Street en la historia de las carreras.

Fue un día perfecto para correr, una temperatura que no superó los 50 grados Fahrenheit, donde un total de 25,314 atletas comenzaron en Hopkinton con destino a Boston. La maratón inició a las 6 am, cuando los militares arrancaron por la línea de partida. A las 9:02 am, comenzó la categoría denominada hombres en sillas de ruedas “Wheelchair Division”, seguido por las mujeres “Wheelchair Division”. Con una diferencia de 25 minutos partieron las personas discapacitadas que manejan sus bicicletas con las manos “Handcycle & Duo Participants”. A las 9:37 de la mañana fue el turno para los corredores profesionales “Professional Men” y a las 9:45 am las “Professional Women” partieron desde la línea inicial. Y el turno para la división de atletas “Athletics Division” comenzó a las 9:50 am.

La suiza Manuela Schar ganó por cuarta vez la Maratón de Boston, en la división femenina de silla de ruedas, mientras que el atleta paralímpico de nacionalidad americana, Daniel Romanchuk venció la carrera masculina en silla de ruedas. Evans Chebet de Kenia conquistó el primer lugar en la participación masculina de corredores profesionales y Gana Peres Jepchirchir también de Kenia, se alzó con el primer lugar en la categoría femenina de corredoras expertas.
La maratón contó con extremas medidas de seguridad por tierra y aire, por parte de la policía local, estatal, miembros del FBI y la Unidad Antiexplosivos, para prevenir cualquier intento terrorista tras tener en mente el ataque de 2013. Todos los asistentes fueron chequeados minuciosamente tanto sus objetos personales como de trabajo, en el caso de los diferentes medios de comunicación; pero ninguna medida fue excesiva a la hora de salvaguardar la integridad del público asistente y de los participantes. Durante las casi 9 horas que duró la maratón, se pudo escuchar los sobrevuelos de helicópteros a baja altitud sobre la ruta de competencia como medida de protección de la seguridad pública, operativo que estuvo a cargo de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear.

Fue una gran fiesta donde las familias se volcaron desde tempranas horas de la mañana para tener la mejor ubicación que les permitió captar fotos, videos o simplemente alentar a su corredor favorito. “Yo vengo desde Chelsea para disfrutar de esta fiesta deportiva”, manifestó Ana Suárez, quien junto a su esposo don Eduardo, llegaron a las 8 de la mañana para disfrutar de la maratón, evento al que calificaron como el más interesante y emocionante que se puede vivir todos los años en Boston, ciudad a la que hicieron su hogar desde hace 10 años, dejando atrás a su amada Guatemala en pro de mejores días para su familia.

Con una tasa de finalización de la carrera del 98,4 %, es válido indicar que 25 mil 314 atletas cruzaron la línea de salida en Hopkinton, mientras que 24 mil 918 corredores llegaron a la meta en Boylston Street, aproximadamente desde las 10:50 de la mañana hasta las 5:35 pm.
La carrera 126 de Boston tuvo un equipo honorario en conmemoración de los 50 años desde que por primera vez las mujeres, en 1972, pudieron participar en esta maratón, el cual estuvo representado por Valeria Rogosheske, Mary Ngugi, Manuela Schär, Melissa Stockwell, Sarah Fuller, Kristine Heavey “Lilly”, Verna Volker y Jocelyn Rivas, quien es poseedora del récord mundial Guinnes.

Rivas terminó su maratón número 112 en un tiempo de 4:40:47. La salvadoreña expresó en su cuenta de Instagram: “Gracias al Comité de la Maratón de Boston por brindarme el honor tan especial de ser parte del equipo que rindió homenaje al poder y la fuerza de la mujer quienes tenemos la oportunidad de cambiar el mundo”.

Todos los deportistas tuvieron que presentar el certificado de vacunación y una prueba negativa del COVID-19, aunque la mascarilla no fue requisito obligatorio ni dentro del hotel Fairmont Copley Plaza, sede de los atletas y centro de transmisión de los diferentes medios de comunicación locales e internacionales, ni en los exteriores donde hubo gran conglomerado de personas. El furor y adrenalina que genera este tipo de fiesta deportiva hizo que la población se olvidara que aún el mundo está en pandemia.
Quien se llevó una atención especial fue Cori, un hermoso perro negro, huésped especial del Fairmont Copley Plaza, que sobre su cómoda cama café posó con los atletas y todos los que querían llevarse un recuerdo de este amigo de cuatro patitas. Su única condición para dejarse fotografiar era recibir una golosina y una caricia sobre su cabeza.

Al final del día con una temperatura primaveral y con un sol radiante, los atletas cumplieron su cometido, que fue correr las 26,2 millas que impone una maratón, en busca de una hazaña, por una causa social o simplemente por satisfacción personal. El público estuvo feliz alentando a su corredor o a su país. El balance final fue una excelente labor cumplida por los organizadores del evento de la mano de la Asociación Atlética de Boston, organización sin fines de lucro, cuya misión es promover un estilo de vida saludable a través del deporte, especialmente el atletismo, y con su evento principal: la Maratón de Boston, la que concluyó con absoluto éxito, a la espera de más atletas en el 2023.

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