Por: Yulieth Osorno para El Planeta
La llegada de una Pandemia inesperada, demostró que, a raíz de las crisis, surgen otras oportunidades y nuevas ideas, permitiendo un panorama más alentador y de esperanza en tiempos difíciles. Con la llegada del COVID-19, pequeñas y medianas empresas a nivel mundial, debieron enfrentarse a nuevos desafíos y encontrar la forma de sobrellevarlos para alcanzar sus metas o simplemente, permanecer. Las diversas plataformas y herramientas digitales fueron claves para que los emprendedores dieran a conocer sus negocios en un mundo afligido por tantas pérdidas y conmocionado por los cambios.
También fue evidente los casos de personas que vieron la Pandemia como la oportunidad de salir a flote con las ideas de negocios que venían navegando en sus cabezas y que quizás, por miedo, no se habían atrevido a dar a conocer, la diferencia ahora, es que el miedo puso a las personas en una igualdad de condiciones.
ADV es una tienda de litografía ubicada en East Boston, creada hace 4 años por Juliana Gómez en colaboración con su hermana, Sara. Aunque el propósito de esta empresa ha sido, desde su origen, contribuir con la imagen gráfica de las empresas pequeñas, estas hermanas se dieron cuenta que la mejor forma de ayudar, es siendo esa voz de aliento para los nuevos emprendedores, aconsejando a través de la experiencia “No es sólo ser recursivos y ver qué hacer para no quedarnos en casa, el segundo paso es cómo voy a continuar, porque aunque este país nos exige, es nuestro deber tocar puertas”, dice Juliana quien además asegura que los latinos tienen mucho desconocimiento y son poco participativos, razón por la cual los invita a conocer la normativa y que visualicen sus emprendimientos en un país donde se puede ser competitivos con empresas ya legalmente establecidas. “El reto en pandemia era vender y ahora el reto es demostrar esas ventas de forma legal” finaliza Juliana.
En medio de cuarentenas y de una paralización de actividades económicas, nacieron en Boston emprendimientos de manualidades, comidas, helados y bebidas como: Popsicools, La dulce Vaca, Carnes.lc, Elenas Bakeshop, La finca Burguer, Platanesco, Aneska_handmade, Vida Buena y muchos más. De voz a voz y las redes sociales se han convertido en el principal aliado de estos y otras pequeñas empresas durante casi dos años de pandemia.

En mayo de 2020, pocos meses después de haber comenzado el COVID-19, La Finca Burguer, dio inició a su negocio de comidas rápidas en casa y ahora se encuentra en un local en la ciudad de Revere. Natalia Lopera, creadora de este local junto a su familia, asegura que su estrategia de ventas en Instagram y en las redes sociales, ha atraído clientes de otras nacionalidades, dice que las personas se comen una hamburguesa y sienten el sabor original de Colombia, además en épocas de futbol, las picadas se han vuelto famosas por los combos especiales y el contenido variado de las mismas.
“Seguimos en pie de lucha, conquistar paladares de diferentes naciones ha sido nuestro principal reto” comenta Alexis Rigual, creador de Puerto Rican Cravings.
Instagram y Facebook es su mayor apoyo, no hace ningún tipo de promoción, su estrategia es mantener la consistencia del mismo sabor y participar activamente a los eventos de la ciudad. Así mismo, incluir en sus ventas artículos como las empanadillas, arroz con dulce, tembleque, entre otros.
“Me reinventé porque lo que yo vendía eran desayunos sorpresa y empecé a notar que la competencia crecía, entonces surgió la idea de hacer algo diferente y con mucho significado” comenta Paola Vargas, creadora de Aneska_handmade, emprendimiento que consiste en tejer muñecas de trapo personalizadas como parte de los regalos. Paola también dice que ser constante y aprender sobre marketing y redes sociales es uno de los grandes desafíos a la hora de elegir ser emprendedor.

Popsicools por su parte, es un comercio que consiste en la creación de paletas artesanales. Su estrategia de ventas se basa en la creación de piezas publicitarias, según la estación del año y por medio de fotografías, crear una experiencia que involucre personas de todas las edades, e incluso mascotas, siendo los perros uno de los principales clientes de los productos de Popsicools. Debido a que el verano ya terminó por este año, su fuerte ya no son las ventas a domicilio, es por ello, que su estrategia es entrar en el gremio de los restaurantes, tiendas de mascotas y cafés, analizando el mercado, enviando propuestas por medio de correos electrónicos, donde se invita a los dueños de los establecimientos de comercios, a tener una nevera con paletas Popsicools. Así mismo incorporar sus paletas como parte de la decoración “garnish” en los cócteles de los restaurantes.
En medio de la pandemia y después de estar en casa, a Carnes L.C se les ocurrió hacer 130 chorizos caseros y venderlos para generar algo de ingresos. Antes de llegar a este país, la carnicería era la principal fuente de empleo de Andrés Lopera, quien está detrás de este negocio, junto con su esposa Tatiana. “Buscamos facilitar la vida de las personas llevando los productos hasta la puerta de su casa, carnes con cortes típicos, adobados y con empaque según sus necesidades. Hacemos productos artesanales con sabores tradicionales y brindamos servicio personalizado vía whatsapp”, comentó Tatiana. Actualmente Carnes L.C cumple con todas las licencias y se encuentran en un local en Lynn, su método de ventas consiste en ofrecer una propuesta en el mercado 100% online por medio de sus redes sociales y a la vez consejos para el manejo de carnes y recetas.

Por otro lado, Elena´s Bakeshop, surge como muchas otras ideas, como respuesta al momento de la crisis que comenzó en el 2020. “Hemos descubierto que las personas más allá de un buen producto, sabor y costo razonable, están en búsqueda de una experiencia y esa es nuestra estrategia principal; ofrecer experiencias memorables a través de nuestros productos, de esas que hagan que los clientes nos elijan y nos sientan parte de sus momentos más especiales”, comenta John Medina uno de los creadores de Elena’s. quienes se caracterizan en la comunidad latina por sus productos de panadería.
Sin embargo, no es el mismo panorama para todos, hay negocios de pequeños emprendedores que tienen obstáculos en el camino y aunque quieran crecer, deben volver a la esencia de su hogar para continuar con su idea de negocio. Una pareja de emprendedores comenta que no tuvo tanto éxito, no diremos sus nombres por respeto a su identidad. Su mayor tropiezo fue que dicho crecimiento, los obligaba a acudir a licencias y maquinarias que cumplieran con los reglamentos del estado de Massachussets. “Hay pocas cocinas comunitarias y en algunas ocasiones es difícil entrar y se requiere hablar inglés. Rentar un lugar propio es casi imposible por los costos fijos y para obtener una licencia desde casa es primordial ser los dueños de la vivienda”.
Vida Buena es una idea de jugos saludables y como lo dice su creadora Cecilia Moya, “ya no es la típica empresa de los juguitos”; su estrategia siempre ha sido educar a las personas por medio de retos de desintoxicación, recetas y autoestima. Tiene la certeza de que su negocio es potencialmente viable para llevarlo a una cocina comercial y seguir produciendo los jugos a mayor demanda, pues anhela con esperanza que esa sea la principal fuente de ingresos en su vejez.
Vida Buena nació en agosto del 2020 cuando el mundo seguía con el sin sabor de una pandemia inesperada. “He crecido orgánicamente, también hemos estado en la búsqueda de mentores, abogados y ahora Vida buena, es una marca ya registrada, pagamos nuestros impuestos y hasta tengo dos empleados. Hay que tener paciencia, ir escalando, tocar puertas”, agregó Cecilia. Los latinos siempre se han caracterizado por salir adelante con ímpetu y valentía, están en constante búsqueda de oportunidades y en el caso de Massachussets, son personas que, aunque tengan barreras como el idioma, el estatus migratorio o las diferencias raciales, siempre quieren sobresalir.